jueves, 30 de abril de 2020

Su anhelo de vernos

“Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero  no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro; por lo cual quisimos ir a vosotros” (1 Tes. 2:17).
            Estas palabras de la pluma del apóstol Pablo a su amada iglesia en Tesalónica son un fiel reflejo del amor de Cristo para todos los creyentes de todas las iglesias. Sus palabras sientan bien en boca del Señor Jesús: “¿Cuál es nuestro gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros?” (2:19). El anhelo intenso de Pablo para estar con estos hermanos, para enseñarles y animarles y consolarles y fortalecer su fe, es una pequeña ilustración de cuánto el Señor Jesús anhela volver para estar con su iglesia. Mientras tanto, espera la hora del Padre. Él observa cómo vamos en medio de pruebas y tribulaciones. Envía siervos suyos para consolarnos y fortalecer nuestra fe, como lo hizo Pablo enviando a Timoteo: “Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas, y enviarnos a Timoteo  nuestro hermano, servidor de Dios… para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe” (3:2). Nuestro Señor está aún más pendiente de nosotros de lo que estaba Pablo de los tesalonicenses. Somos su gozo y corona.
“Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano” (3:5). Hemos de salvar las distancias entre Pablo y El Señor Jesús, pero las verdades son las mismas. Cristo ha puesto su vida por nosotros. Si nos apartamos de él y perdemos la fe, su sacrificio en nuestro caso habría sido en vano (3:5). ¡El Señor Jesús no va a estar menos solícito que Pablo! Sabe cómo vamos espiritualmente; su alma está unida a la nuestra: “Ahora vivimos si vosotros estáis firmes en la fe” (3:8). Se goza “con muy grande gozo” de ver nuestra perseverancia en la fe.
El Señor desea con toda su alma volver a nosotros. Sus sentimientos se plasman en Pablo: “Mas el mismo Dios y Padre nuestro… dirija nuestro camino a vosotros” (3:11). Tenemos a Alguien en el Cielo observándonos, pendiente de nuestra fe, añorándonos, anhelando estar a nuestro lado. Pablo es un fiel reflejo del corazón de Jesús, “el Gran Pastor de las ovejas”, en su preocupación, interés, y ardiéndote deseo para la prosperidad espiritual de esta amada congregación y en su anhelo de volver a verles, para estar con ellos. Mientras tanto, el Señor ha enviado a su Espíritu para enseñarnos, animarnos, y consolarnos mientras esperamos su regreso.
Reiterando y haciéndolo aún más personal: ¿Cómo vas tú? ¿Qué te pasa? ¿Vas superando tus pruebas? El Señor se desvive por ti. Sabe cómo vas. Te envía el necesario socorro. Está pendiente de ti en todo momento, protegiéndote de pruebas demasiado fuertes para ti, enviándote amigos, pastores y maestros para que permanezcas fiel a pesar de todo lo que arroja Satanás en tu camino. Desea que estés lleno de amor para Él, anhelando verle, preparado para su venida, para que finalmente se produzca el felicísimo encuentro en que le recibamos con los brazos abiertos y el corazón lleno de amor para Él, y Él para nosotros, para poder derramar su amor infinito sobre nosotros ya en Persona para toda la eternidad. 
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Jesús: La puerta de salvación

Juan 10.7-10

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

miércoles, 29 de abril de 2020

Reflexión de hoy

Las obras del Espíritu Santo

“Pero os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré” (Juan 16:7).
Convence de pecado: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8).
Regenera; nos ha hecho nacer a la familia de Dios: “Habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Aba, Padre!” (Rom. 8: 15). “Nos salvó… por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5).
Nos da seguridad de salvación e identidad como hijos de Dios: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Rom. 8: 16).
Supera el pecado y la muerte: “La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Rom. 8:2).
Nos da poder para matar las obras de la carne: “Si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” (Rom. 8: 13).
Nos da poder para testificar: “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos” (Hechos 1:8).
Habla al creyente y a las iglesias: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap. 2:7).
Intercede al Padre por nosotros: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Rom. 8:26).
Guía: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Rom. 8:14).
Prohíbe, dirige en cuanto a lo que no hemos de hacer: “Les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió” (Hechos 16:6-7).
Es nuestro andar e informa nuestra vida: “No hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Rom. 8:1).
Nos enseña: “Enviaste tu buen Espíritu para enseñarnos” (Neh. 9:20).
Consuela: “y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador” (Juan 14: 16).
Nos revela las cosas de Dios: “Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Cor. 2:10).
Hace la obra de Dios: “No con ejército, no con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:6).
Gracias, Padre, y gracias, Señor Jesús, por mandarnos el bendito Espíritu. Amén.
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Obra del Espíritu Santo


Estas cosas os he hablado

Juan 15.10 y 11

10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

martes, 28 de abril de 2020

El plan la unión y el medio la cruz

“Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblo hizo uno, derribando la pared intermedia de separaciónaboliendo en su carne las enemistades para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo” (Ef. 2:14-16).
            Este texto está cargado con palabras que hablan de unidad. Dios eliminó enemistades, quitó la pared de separación, efectuó una reconciliación, ¿y como lo hizo? Mediante la cruz. La metodología de Dios es única y muy profunda. Cuando hablamos del problema del hombre, la separación, ¿en qué culminó? En la muerte. Los males en todas las esferas de la vida siempre desembocan en la muerte, los males entre personas y entre naciones y aún los de la naturaleza. Y ¿qué hizo Dios para poner al revés el proceso del mal y la muerte? Fue a por su destino, la misma muerte, para poder abolirla, para conquistarla y eliminarla. ¡Brillante! Dios venció la muerte por medio de la resurrección. Utilizó la cruz para efectuar la muerte para poder conquistarla.
            Si la Iglesia es la demostración de la sabiduría de Dios al unificar todas las cosas, la resurrección es la demostración de su poder. Dios es sabiduría y también poder, es Todopoderoso, y su poder se hizo visible al levantar a su Hijo de entre los muertos después de haber pagado la consecuencia del pecado con su vida. Habiendo pagado, resucitó.
            El apóstol Pablo pide a Dios que entendamos “la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales” (Ef. 1:19, 20). En la cruz, Cristo pagó por el pecado, y quitó la desunión, la desavenencia, el desorden, la separación, el caos, el odio, que es la consecuencia de pecado, y conquistó la muerte. Resucitó y Dios le sentó “a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia” (Ef. 1: 20-22). La Iglesia es el resultado visible de la resurrección, es el cuerpo visible del Cristo resucitado donde hay amor en lugar de todas las desavenencias del pecado. ¿Cómo sabes que Cristo ha resucitado? ¡Ves su cuerpo vivo, la iglesia!
            Este es el plan brillante de Dios: por medio de la cruz pagar por el pecado, eliminar sus consecuencias, conquistar la muerte, resucitar a Cristo y formar la iglesia, una nueva sociedad en la cual se ve unidad y amor. ¿Qué atributos de Dios vemos en su Plan? Vemos su amor y su gracia al elegirnos, salvarnos e incorporarnos en su familia. Vemos su justicia y su amor en la cruz. Vemos su poder y su autoridad sobre todos los poderes celestiales en la resurrección. Vemos que es un Dios de paz, reconciliación, unidad y unión quien eliminó los obstáculos que nos separaban de Él para poder tener comunión con nosotros, otorgándonos entrada en su presencia. Y vemos que puede resolver lo que sea, porque tiene la sabiduría y el poder para hacerlo: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo, por los siglos de los siglos, Amén.” (Ef. 3:20, 21).  
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Un solo pueblo

Dos pueblos (judíos y gentiles) Un solo cuerpo (Cristo Jesús) ahora un solo pueblo (cristianos iglesia)


Lectura bíblica

Filipenses 2.1-11


 Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,
completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

lunes, 27 de abril de 2020

Cosechamos lo que sembramos

Es el tema desarrollado en la Escuela Bíblica Dominical
y está disponible para escuchar en el Canal, clic para ir

https://www.ministeriotv.com/video/cosechamos-lo-que-sembramos-19716

Símbolos del Espíritu Santo

Conoces estos símbolos del Espíritu Santo

“Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía” (Ex. 3:2).
Los símbolos que representan al Espíritu Santo nos hablan de cómo es. En la Biblia le vemos como fuego, agua, viento, aceite, y una paloma. Mirándolos uno por uno tenemos una descripción de su naturaleza y ministerio. Es:
Fuego
Cuando Dios se apareció a Moisés en la zarza ardiendo estaba revelando mucho acerca de su naturaleza. El fuego ardía pero no consumía la humilde zarza; la respetaba sin destruirla. La alumbraba con la gloria divina y la luz de la presencia de Dios. El fuego refina, purifica, quema las impurezas, calienta, alumbra. Dios ilumina nuestro entendimiento, inflama el corazón con pasión para Dios, con el fuego del amor. El fuego se respeta, pero no se toca: Dios es santo, temible, pero nos atrae. En la visión de Ezequiel, el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos. En Pentecostés bajaron lenguas de fuego, y los discípulos hablaban llenos del Espíritu.  
Agua
El agua refresca, da vida, hace crecer. Calma la sed. El Espíritu es una fuente, un manantial de vida. Brota, surge, fluye, corre, es un río impetuoso que vence todo obstáculo. Aunque se sumerge bajo tierra, vuelve a la superficie y continúa su curso. Es imposible de parar o de contener. En el desierto un río salió de la Roca. Jesús hablaba de ríos de agua viva. Un río de agua cristalina sale del trono de Dios, fluye por en medio de la Ciudad Santa, fluyen de nuestros corazones. Convierte la sequedad en vergel.
Viento 
Dios le dio a Adán el soplo de vida y fue un ser viviente. Un silbo apacible llevó la voz de Dios al profeta abatido. Un recio viento anunció la llegada del Espíritu el día de Pentecostés. El Espíritu respira, inspira, aspira, da aliento y ánimo.
Aceite
El aceite nos habla de la sanidad de nuestras heridas, como en la historia del buen samaritano. Se usaba para ungir a los reyes, sacerdotes y profetas para el ministerio. Simbolizaba el Espíritu que venía sobre los discípulos para prepararles, darles fuerza, autoridad y capacidad, para realizar sus funciones en el poder de Dios. 
La paloma.
Dios escogió una paloma, no un águila, para representar a su Espíritu. La paloma es humilde y discreta, suave y pura, tranquila y pacífica. No llama la atención a sí misma. Es un ser vivo, se mueve, vuela, siente, es sensible: si le espantas, se va. Representa la paz de Dios y su gracia. Es blanca e impecable, el Espíritu de la Verdad.
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el diablo… Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea” (Lu. 4:1, 14). Toda su vida funcionó bajo la dirección y en el poder del Espíritu. Él es nuestro modelo.         
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Misiones

Mensaje Pastoral

Ya puedes escucharlo en el Canal
Haz clic en el enlace siguiente:

https://www.ministeriotv.com/video/crisis-y-caos-el-fin-se-acerca-19715



Recordatorio

Evento del Mes

Buscar y salvar

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Lucas 19.10

viernes, 24 de abril de 2020

Caminando con la mejor compañía

“En ese momento se les abrieron los ojos, y lo reconocieron; pero él desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro: ‘¿Acaso no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?'” Lucas 24:31-32
Un antiguo dicho popular dice: “Dime con quién andas, y te diré quién eres”. Jesús fue conocido en su época por andar con personas de mala fama, por comer con pecadores, e incluso por romper reglas al sanar durante el día de reposo. Sin embargo, él no se preocupaba por su reputación, sino por las personas: por los dolientes, los pecadores, los enfermos, los angustiados, los que tenían ansias por una vida de paz. Para todos ellos Jesús fue, es y seguirá siendo, la mejor compañía.

Caminar con Jesús es caminar en el camino del Mesías que fue resucitado y nos da la salvación. Dos discípulos iban de camino a una aldea llamada Emaús, Jesús se acercó y los iba acompañando. “Y se decían el uno al otro: ¿Acaso no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lucas 24:32). Camina con Jesús, y que arda tu corazón.
Por CPTLN

Venid y haré

Mateo 4.18-20

18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.

jueves, 23 de abril de 2020

Inmunízate hoy

Audio nuevo disponible en el canal y puedes escucharlo haciendo clic en el enlace provisto a continuación, te esperamos, Dios te bendiga y gracias

https://www.ministeriotv.com/video/inmunzate-hoy-19697

Seamos ricos para con Dios

Lucas 12.18-21

18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.

No te jactes

Proverbios 27.1-2

No te jactes del día de mañana;
Porque no sabes qué dará de sí el día.
 

miércoles, 22 de abril de 2020

Resultado imposible

“Ellos se asombraron aún más, y se preguntaban unos a otros: ‘Entonces, ¿quién podrá salvarse?’ Jesús los miró fijamente y les dijo: ‘Esto es imposible para los hombres, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible.” Marcos 10:26-27
En los deportes siempre hay una oportunidad, por mínima que sea, de que el equipo considerado más débil triunfe sobre otro más fuerte. Las victorias o derrotas consideradas imposibles, pueden suceder. Sin embargo, ante la ley de Dios no tenemos ninguna posibilidad de triunfar. Su ley es santa, justa y perfecta, y nosotros somos pecadores, injustos e imperfectos.

Por lo tanto, ¿quién puede triunfar y salvarse? Jesús nos responde: Esto es imposible para los hombres, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible” (Marcos 10:27). ¿Cómo hizo Dios posible nuestra victoria? Enviando a su hijo Jesús al mundo, quien cumplió al pie de la letra toda la ley, y dio su vida en la cruz para pagar con su sacrificio el precio que nuestros pecados demandaban. Por eso, quien confía en él recibe el perdón por sus pecados, la paz con Dios, y la esperanza segura de la vida eterna. Contra todas las probabilidades, Jesús hizo que nuestra victoria sea posible.
Por CPTLN

Visibles desde la creación

(Refiriéndose al Trino Dios)

Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Romanos 1.20

Recordatorio

Recordatorio para hoy 
y cada miércoles de semana

martes, 21 de abril de 2020

Destrucción

Reflexión de hoy

“Entonces mi pueblo vivirá en lugares de paz, en poblaciones seguras, en sitios de reposo.” Isaías 32:18
A todos nos gusta sentirnos seguros, pero no siempre estamos tan seguros como creemos estar.
Hace unos años, cuando estaban cambiando la alfombra, una familia de Chicago encontró en el living de su casa una puerta secreta. El dueño decidió abrirla, pensando que quizás encontraría un tesoro de joyas o tal vez oro.
Pero en vez de un tesoro encontró dinamita: cuatro cartuchos viejos de dinamita. Sin lugar a dudas suficiente como para volar la casa. Durante años su familia había vivido allí sintiéndose segura, cuando en realidad debajo de sus pies había una fuerza capaz de destruirlos a ellos y a todo el vecindario.
Lo cierto es que hay innumerables fuerzas cuyo único objetivo es destruir nuestra seguridad, sólo por placer. Y no estoy hablando de la destrucción del cuerpo por enfermedades, o de las divisiones en las familias, o del aumento de la inmoralidad.
Estoy hablando del pecado, de Satanás y la muerte, que luchan y hacen todo lo posible para robarnos la confianza en Cristo y la paz que él nos da a quienes creemos en él como nuestro Salvador. El diablo sabe que, por más que nos quite todo lo que tenemos en este mundo, nuestra fe perdura.
Por eso es que quiere quitarnos nuestra seguridad espiritual en el Salvador.
Pero no lo puede hacer porque Jesús, que salió victorioso de su tumba prestada, nos da seguridad para esta vida y para la eternidad.
Por CPTLN

Jesús venció la muerte

Jesús venció y destruyó el poder de la muerte al resucitar, a su nombre Gloria


Librará y preservará

Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
2 Timoteo 4.18

lunes, 20 de abril de 2020

La recompensa de buscar a Dios

Buen inicio de semana en la bendición del Señor. La recompensa de buscar a Dios es parte de una serie de enseñanzas ofrecidas en la Escuela Bíblica Dominical, que puedes escuchar para ser edificado y bendecido con la Palabra de Dios en el Canal La Gloria Es De Dios. Haz clic en el enlace provisto a continuación para escuchar:

https://www.ministeriotv.com/video/la-recompensa-de-buscar-a-dios-19675

Una vida mejor

Reflexión para hoy
… está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después venga el juicio. 
Hebreos 9:27
Para quienes mueren confiando en Cristo, la muerte es la puerta a la vida eterna junto a Dios. La vida en el cielo va a ser mucho mejor que la que tenemos aquí en la tierra donde sufrimos tantas dificultades, persecuciones y problemas, y donde luchamos en medio de aciertos y equivocaciones.
Dios nos dice en su Palabra que en el cielo no habrá más luchas, dolores, lágrimas ni sufrimientos. Por lo tanto, esperamos con expectativa esa eternidad junto a nuestro Padre celestial, seguros que, en Cristo, el cielo se abre y nos abraza como el abrazo perdonador de una madre.
Por CPTLN

Siempre

1 Corintios 15.55-58

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Evento

Recordatorio del Evento durante este mes

Hay que orar

Dios te bendiga en este nuevo día de su misericordia. Ya puedes escuchar el mensaje de la semana disponible en el Canal, clic en el enlace para ir:
https://www.ministeriotv.com/video/hay-que-orar-19674

Misiones

Esta semana

viernes, 17 de abril de 2020

Batalla profética

“Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de Acab, hijo de Colías, y acerca de Sedequías, hijo de Maasías, que os profetizan falsamente en mi nombre: He aquí los entrego yo en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y él os matará delante de vuestros ojos” (Jer. 39:21).
            Hubo una batalla campal entre Jeremías y los falsos profetas. Con la muerte de Hananías no terminó la plaga de los falsos profetas. Fueron tiempos de gran confusión espiritual, igual que los nuestros, y Jeremías estaba solo. La gente oía mensajes contradictorias y se preguntaban quién realmente predicaba la palabra de Dios. ¿Cómo podemos saberlo? Hoy en día los verdaderos profetas (1 Cor. 13:3) están en minoría. Es más fácil que uno oiga un evangelio que no denuncia el pecado ni compromete a nada que la verdadera Palabra de Dios.
Los falsos profetas decían que Israel iba a volver a de la cautividad en dos años. En tal caso la gente no necesitaba comprar casas, plantar huertos, celebrar bodas o tener hijos. Pensaban que ya que iban a volver tan pronto, mejor esperar tener hijos hasta regresar. Una mujer embarazada tendría mucha dificultad para volver andando a Jerusalén. Mejor esperar. De esta manera la población disminuiría. Israel desaparecería del mapa por falta de natalidad. ¡Un gran plan del enemigo!
El verdadero mensaje consistía en someterse al yugo de Babilonia; el falso en no adaptarse al país nuevo. Dios llama esto rebeldía a su palabra. Califica al falso profeta como predicador de rebelión: “porque contra Jehová ha hablado rebelión” (v. 32). Cuando alguien está predicando otra cosa en lugar del mensaje de Dios, Dios lo llama rebeldía porque está enseñando a no obedecer a Dios. Es muy grave. Es oponerse a Dios. Es pecar contra el Espíritu Santo quien inspiró la Palabra de Dios. Y Dios actúa de forma contundente para quitar a los tales de medio.
Jeremías no fue el único que escribió cartas. Los falsos profetas también lo hacían. Un tal Semaías escribió a “todo el pueblo que está en Jerusalén y al sacerdote Sofonías y a todos los sacerdotes”, diciendo: “Jehová te ha puesto por sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, para que te encargues en la casa de Jehová de todo hombre loco que profetice, poniéndole en el calabozo y en el cepo. ¿Por qué, pues, no has reprendido ahora a Jeremías de Anatot, que os profetiza?” (v. 26, 27). ¡Va a por Jeremías! ¡Es tremendo! Le trata como un loco. Dios ahora toma cartas en el asunto. Le manda a Jeremías a escribir a los cautivos: “Así ha dicho Jehová de Semaías de Nehelam (el nombre del pueblo significa “soñador”, es como decir, “Semaías el soñador”): Porque os profetizó Semaías, y yo no le envié, os hizo confiar en mentira; por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo castigaré a Semaías de Nehelam y su descendencia; no tendrá varón que more entre este pueblo, ni verá el bien que haré yo a mi pueblo, dice Jehová; porque contra Jehová ha hablado rebelión” (v. 32). Los falsos maestros, pastores y líderes espirituales hoy día tampoco verán todo el bien que Dios ha preparado para los que le amen en la Jerusalén celestial.  Estarán eternamente excluidos de la Santa Ciudad.   
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Agradó a Dios salvar

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
1 Corintios 1.21

jueves, 16 de abril de 2020

GPS Espiritual

Escucha este edificante tema
en el Canal LGEDD, sigue el
enlace provisto a continuación,
te esperamos, gracias, Dios te bendiga

https://www.ministeriotv.com/video/gps-espiritual-19651

Orar hasta poder alabar

“Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío, ponme a salvo de los que se levantan contra mí” (Salmo 59:1).
A veces el mensaje de cierto texto bíblico no está en ninguno de los versículos, sino en el formato, en como el autor organizó su material. Así es el caso con este salmo. Nos está diciendo que cuando empezamos a orar sobre cierto tema, estamos bastante angustiados. Tenemos preocupación y miedo de lo que podría pasar, pero cuando hemos volcado todos nuestros temores sobre el Señor, al final de la oración tenemos paz porque hemos puesto toda nuestra confianza en Él. Vamos a mirar el desarrollo de este salmo como ejemplo. Veremos cómo cambia el estado anímico del salmista por medio de la oración.
El salmista David empieza con temor: “Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mi poderosos” (v. 3). Es lógico que tenga miedo. Su vida peligra. Insiste en que Dios se mueva inmediatamente para protegerle: “Despierta para venir a mi encuentro, y mira” (v.4). ¡Quiere captar la atención de Dios! Los versículos 1 a 5 forman una petición de ayuda. Luego tenemos el refrán: “Volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad” (v. 6). Después viene otra petición (v. 7, 8), pero esta vez termina con pensamientos acerca de Dios. Dios se reirá del enemigo, él esperará en Dios, porque Dios es su defensa (v. 8-10). ¡Se está animando! Luego viene otra oración seguido por el mismo refrán: “Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad. Anden ellos errantes para hallar qué comer; y si no se sacian, pasen la noche quejándose” (v. 14, 15). ¡Qué horrible escuchar a perros hambrientos ladrando toda la noche! Después tendría que seguir otra oración pidiendo ayuda, pero en su lugar tenemos un cántico de alabanza.
            ¿Qué ha pasado? David ha puesto su confianza en Dios hasta tal punto que pueden ladrar todo lo que quieren; el enemigo puede hacer mucho ruido para asustar, pero Dios es más fuerte y David está tranquilo en el Señor. La noche puede ser terrible, pero David dice que ¡despertará por la mañana para cantar alabanzas a Dios! “Pero  yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia, fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia” (v. 16, 17). Y así termina el salmo, con David, sintiéndose seguro a pesar de la actividad del enemigo.
David ha encontrado en Dios su amparo, su refugio en el día de la angustia y su fortaleza, justo lo que uno necesita cuando el enemigo, que es más fuerte,  va a por él. El enemigo no ha desaparecido. Todavía está allí y volverá la tarde siguiente y ladrará  toda la noche, pero cuando venga la mañana, David estará en su sitio cantando alabanzas a Dios por su protección, porque habrá descansado en paz dentro de su Eterno Refugio.
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Gracias por tu apoyo

LGEDD ANIV 24-2020

Gracias Señor

Gracias Señor que podemos seguir diciendo:
La Gloria Es De Dios

AniversarioMinisterio2020

Yo también iré

Zacarías 8.20-21

20 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de muchas ciudades;
21 y vendrán los habitantes de una ciudad a otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré.

miércoles, 15 de abril de 2020

Conociendo a Dios #4

Continuación Serie: Conociendo a Dios
Parte #4 y final disponible en el Canal y
puedes escuchar, haz clic en el enlace a
continuación, te esperamos, gracias, te
bendiga el Señor:

https://www.ministeriotv.com/video/conociendo-a-dios-parte-4-final-19641



Esperanza viva, Jesucristo

1 Pedro 1.3-5

3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

Confrontación entre profetas

“Aconteció… en el año cuarto, el quinto mes, que Hananías, profeta que era de Gabaón, me habló en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pueblo diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebrantaré el yugo del rey de Babilonia” (Jer. 28:1, 2).
            Dios había mandado a Jeremías a ponerse un yugo a la vista de reyes, sacerdotes y de todo el pueblo para ilustrar su mensaje: tenían que someterse al yugo del rey de Babilonia. Ahora el profeta Hananías se puso en el mismo lugar de templo en presencia de todo el pueblo y en nombre de Dios profetizó todo lo contrario. Anunció que Dios iba a romper el yugo de rey de Babilonia: “Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa de Jehová que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia. Y yo haré volver a este lugar a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados de Judá…” (v. 3, 4).
            ¿Cómo le contestó Jeremías? Dijo que ojalá que fuese verdad, y añadió: “El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió” (v. 9). Hananías respondió quitando el yugo del cuello de Jeremías y rompiéndolo. ¡Qué fuerte!
            Poco después Jeremías recibió otro mensaje de parte de Dios: “Ve y habla a Hananías diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de madera quebrantaste, mas en vez de ellos harás yugos de hierro… Yugo de hierro puse sobre el cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor rey de Babilonia, y han de servirle” (v. 13, 14). Incluía un mensaje personal para Hananías: “Ahora, oye, Hananías; Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová” (v.15, 16). Dos meses más tarde murió. Tuvo tiempo para arrepentirse, pero no lo hizo.   
            La conversación entre él y Jeremías había tomado lugar en privado, por lo tanto la gente no sabía que Jeremías había profetizado que moriría y cuando ocurrió Jeremías no fue vindicado. ¿Por qué no tuvo lugar en público? ¡Porque las profecías no se usan para pelearse! Porque si la gente quiere creer un mensaje falso, lo harán no importa lo que pasa al falso profeta. Porque habría parecido que Jeremías estaba buscando vengarse del otro profeta. Y, finalmente, porque el conflicto no fue entre Jeremías y Hananías, sino entre Hananías y Dios, y Dios defendió su propio nombre. Dios le quitó de la faz de la tierra  para que no siguiese engañando a la gente. Los que tenían ojos para verlo, lo habrían visto.
            Hace muchos años había una famosa “sanadora por la fe”, una especie de profetisa, que aparecía por televisión en ropaje vistoso. Miles veían su programa pasmados, hipnotizados bajo el poder de su encanto. Enseñaba que si no te sanabas, era porque no tenías fe. Esta mujer murió joven de un cáncer. Los que tenían ojos para ver podías ver. ¿Siempre ocurre así? No. Pero lo que dijo Jeremías siempre es cierto: “El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió”.
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Recordatorio

Hay mucho por lo cual clamar y agradecer a Dios



martes, 14 de abril de 2020

Carta a los exiliados

Reflexión de hoy

“Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió a los ancianos que habían quedado de los que fueron transportados, y a los sacerdotes y profetas y a todo  el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia” (Jer. 29:1).
            Dios no abandonó a su pueblo en la cautividad, pero a los que se quedaron en Israel, sí, porque no hicieron caso a las palabras de Dios por medio de Jeremías cuando les mandó ir a Babilonia para salvarse la vida. Los que quedaron en Jerusalén murieron de hambre, plaga y espada. A los que fueron a Babilonia Dios les mandó una carta con instrucciones y promesas: “Casaos, y engendrad hijos e hijas… multiplicaos ahí, y no os disminuyáis. Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz” (v. 6, 7). Viene un aviso a no atender a los falsos profetas: “porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié ha dicho Jehová” (v. 9).
            La promesa que les da es hermosa y llena de esperanza: después de 70 años Dios  les visitará y les devolverá a Jerusalén: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis , y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón, y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová” (29:11-14). Es de consuelo saber que uno está en el lugar donde Dios le ha puesto, aunque sea por motivos disciplinarios. No es por casualidad, sino por su expresa voluntad, y allí tiene planes para ti y tendrá misericordia de ti.
            Mendelssohn ha puesto estos versículos a música en su famoso oratorio llamado “Elías”. De niña lo cantaba sin saber que venía de la Biblia, y me llenaba y abría el cielo. Son palabras que han dado esperanza a miles en circunstancias terribles donde parecía que no había salida alguna salvo la muerte. Dios dice: “Sé los planes que tengo para ti”. Los ha elaborado expresamente, no ahora, al ver dónde te has metido, sino eternamente. Como dijimos antes, Dios no improvisa. Son para prosperarte espiritualmente, para que crezcas para ser más como Cristo. Dios no conduce a callejones sin salida. Nunca tiene malos planes para los que le aman, a los que Él ha llamado conforme a su propósito.  
            Dios mismo tocará sus corazones para que clamen a Él.  Tiene que ser una obra de Dios o nunca le buscaríamos de todo corazón. Pero la contrapartida también es cierto: búscale de todo corazón y le hallarás. Las dos cosas coinciden. Búscale más intensamente con más insistencia. Pon todo tu empeño en ello y hallarás a Dios como nunca antes. Se dejará encontrar por ti. Saldrá de su escondite a tu presencia y le encontrarás y terminará tu cautividad. ¿Estaba Jesús meditando en este pasaje cuando dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mat. 7:7, 8). El que busca a Dios siempre le halla.  
Enviado por el Hno. Mario Caballero

No cesaban de...

Hechos 5.40-42

40 Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad.
41 Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
42 Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.

lunes, 13 de abril de 2020

Pascua más Pentecostés es igual a Victoria

“Habló más Jehová a Moisés diciendo: Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavar; la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua” (Éxodo 30:17-18).
Esta fuente de bronce, también llamado el lavacro, era uno de los muebles del tabernáculo. Su simbolismo es rico en enseñanza para nosotros hoy día, para los que anhelamos vivir una vida de victoria en el Señor Jesús. Para ello necesitamos el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas. Este mueble nos habla del Espíritu Santo.  
Vamos a acercarnos a Dios en imaginación, empleando como modelo el tabernáculo. Entramos en el recinto por la única puerta que representa a Cristo. Estando en el patio, el primero mueble con que topamos es el altar de bronce donde se hacen los sacrificios año tras año que nunca puedan quitar el pecado. Encuentran su cumplimiento en la Cruz de Cristo, el altar donde fue sacrificado el último Cordero, el Cordero de Dios, cuya sangre sí quita el pecado del mundo. En esta sangre hemos sido lavados.
Pero no podemos proceder directamente desde el altar de bronce al lugar de la morada de Dios sin dar con otro mueble. Este segundo es el lavacro, la fuente de bronce, donde hemos de ser lavados también. Hemos sido lavados en sangre, y ahora hemos de ser lavados en agua. Necesitamos dos lavamientos: uno en sangre para quitar nuestro pecado, y otro en agua para nacer de nuevo, dos operaciones complementarias. Este segundo es el lavamiento de la regeneración, es el bautismo en el Espíritu Santo, es el nacer del Espíritu, que da entrada a una nueva vida en el Espíritu. Es una parte esencial de nuestra salvación: necesitamos el perdón de nuestros pecados y una nueva vida. Si tenemos el perdón sin la nueva vida, seguimos pecando igual que antes. Nos falta el poder para dejar de pecar. Sería lavarnos para volver a caer en el barro. El bautismo del Espíritu Santo nos proporción una nueva vida de poder para vivir en santidad, en victoria. Son las dos cosas imprescindibles si vamos a vivir una nueva vida no dominado por el pecado: perdón y poder, Jesús y el Espíritu Santo, el Cordero y la Paloma.
Una vez que tenemos el Espíritu hemos de aprender a andar en Él. De la misma forma que tenemos que volver vez tras vez a la Cruz para la limpieza de nuestro pecado cada vez que pecamos, hemos de volver vez tras vez al lavacro para volver a llenarnos del Espíritu cada vez que necesitamos más poder. La conversión es una vez para siempre; la limpieza de pecado e el ir llenándonos del Espíritu Santo constituyen nuestro trabajo de mantenimiento de la obra que Dios ya ha efectuado. Limpios de pecado y nacidos de su Espíritu, podemos entrar en la presencia de Dios, en el Lugar Santísimo, la morada del Padre, nuestro hogar.   
Enviado por el Hno. Mario Caballero

Oye mi Voz


Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdadoye mi voz.
Juan 18.37

Evento

Recordatorio
Esta oración durante todo el mes 

Misiones



Sigamos en clamor

domingo, 12 de abril de 2020

Esperanza en medio de la adversidad

El tema de enseñanza dominical
esta semana, disponible en el
Canal, clic en el enlace para escuchar

https://www.ministeriotv.com/video/esperanza-en-medio-de-la-adversidad-19617

Juan 2:22
Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.


La resurrección: ¿Tiene importancia?

Leer | Hechos 2.22-24
Creer que el Señor Jesucristo resucitó de los muertos es fundamental para los cristianos. Reconocer simplemente que Él murió por nuestros pecados, no es suficiente; tenemos que aceptar su Resurrección para poder recibir la vida eterna. Cristo pagó nuestra deuda, pero su sacrificio en la cruz no significa nada, a menos que Él tenga poder sobre la tumba. Al imponerse sobre el mal y la muerte, el Señor hizo posible nuestra salvación.
La resurrección de Jesús demostró que tenía el poder de quitar el pecado y su castigo. Creer que Cristo permaneció muerto significaría aceptar lo contrario: Que los creyentes siguen estando en el pecado. Y el final inevitable de una vida de pecado es la muerte. Por consiguiente, una persona que niega la naturaleza eterna de Cristo mira hacia un futuro sin esperanza. Bertrand Russell, un famoso filósofo ateo, dio esta triste descripción de tal desesperanza: “Breve y estéril es la vida del hombre; sobre él y sobre todo su linaje, se abate la muerte, de una manera despiadada, lenta e infalible”.
En vez de disfrutar de la esperanza de un hogar en el cielo, quienes rechazan la resurrección son esclavos del presente. La profesión, la familia y las buenas obras pueden ofrecer un placer breve, pero no la clase de gozo que da saber que disfrutamos de una relación con el Señor y vivimos dentro de su voluntad.
La resurrección no es un tema para un debate teológico. O creemos que Cristo resucitó de los muertos y ascendió al cielo, o no lo creemos. Si rechazamos su victoria sobre la tumba, nos negamos a nosotros mismos un lugar en el cielo. Pero si aceptamos la verdad, seremos salvos.
Por Min. En Contacto

Mensaje Pastoral

Mensaje Pastoral bajo el tema
Está Vivo, disponible en el 
Canal, puedes oírlo aquí:
https://www.ministeriotv.com/video/est-vivo-19616


Serie

Hemos llegado al último audio de la serie:
La última semana de Jesús, puedes oírlo
siguiendo el enlace provisto a continuación

https://www.ministeriotv.com/video/serie-la-ltima-semana-de-jess-parte-8-final-19615


El Espíritu Santo nuestro maestro

Leer Juan 14.25, 26
Si va a recibir instrucciones de alguien, quiere tener la certeza de que esa persona esté bien calificada, ¿verdad? Es interesante, entonces, que tantos creyentes descuiden al mejor maestro de la Biblia. Leemos libros religiosos, observamos a nuestros amigos y hacemos preguntas en la iglesia antes de decidir ponernos de rodillas y consultar a la Autoridad verdadera. Si bien esas fuentes pueden guiarnos en la dirección correcta, solo el Espíritu Santo revela la Palabra de Dios a nuestros corazones y mentes.
Pedir a alguien que nos explique la Biblia parece más fácil que tratar de entenderla por medio del poder del Espíritu Santo. Pero deténgase a pensar en lo que una persona pierde ignorándolo a Él. ¿Quién mejor para instruir a los creyentes en cuanto a la profundidad y anchura de la Palabra, que quien la escribió? (vea 2 Pedro 1.20-21). El Espíritu puso su mensaje en el corazón de cada autor humano de la Biblia, y los escritores lo documentaron fielmente conforme a su expresión particular.
Además, como miembro de la Santísima Trinidad, el Espíritu conoce la mente de Dios (1 Co 2.10), reconoce nuestro estado emocional y mental, y es capaz de identificar con precisión nuestra condición espiritual. Por consiguiente, Él puede revelar a nuestra mente los pasajes que nos alentarán, desafiarán o reprenderán, cuando sea necesario.
Tenemos un maestro divino que nos ayuda a aprender y a crecer; nos guía a través de pasajes difíciles; y nos muestra el propósito del Señor al permitir las pruebas. Cuando se trata de ayudar al pueblo de Dios a conocer su Palabra, nadie está mejor calificado que el Espíritu Santo.
Por Min. En Contacto

A todos

Lucas 9.23-24
Refiriéndose a la persona de Jesús

23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.