“Ellos se asombraron aún más, y se preguntaban unos a otros: ‘Entonces, ¿quién podrá salvarse?’ Jesús los miró fijamente y les dijo: ‘Esto es imposible para los hombres, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible.” Marcos 10:26-27
En los deportes siempre hay una oportunidad, por mínima que sea, de que el equipo considerado más débil triunfe sobre otro más fuerte. Las victorias o derrotas consideradas imposibles, pueden suceder. Sin embargo, ante la ley de Dios no tenemos ninguna posibilidad de triunfar. Su ley es santa, justa y perfecta, y nosotros somos pecadores, injustos e imperfectos.
Por lo tanto, ¿quién puede triunfar y salvarse? Jesús nos responde: “Esto es imposible para los hombres, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible” (Marcos 10:27). ¿Cómo hizo Dios posible nuestra victoria? Enviando a su hijo Jesús al mundo, quien cumplió al pie de la letra toda la ley, y dio su vida en la cruz para pagar con su sacrificio el precio que nuestros pecados demandaban. Por eso, quien confía en él recibe el perdón por sus pecados, la paz con Dios, y la esperanza segura de la vida eterna. Contra todas las probabilidades, Jesús hizo que nuestra victoria sea posible.
En los deportes siempre hay una oportunidad, por mínima que sea, de que el equipo considerado más débil triunfe sobre otro más fuerte. Las victorias o derrotas consideradas imposibles, pueden suceder. Sin embargo, ante la ley de Dios no tenemos ninguna posibilidad de triunfar. Su ley es santa, justa y perfecta, y nosotros somos pecadores, injustos e imperfectos.
Por lo tanto, ¿quién puede triunfar y salvarse? Jesús nos responde: “Esto es imposible para los hombres, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible” (Marcos 10:27). ¿Cómo hizo Dios posible nuestra victoria? Enviando a su hijo Jesús al mundo, quien cumplió al pie de la letra toda la ley, y dio su vida en la cruz para pagar con su sacrificio el precio que nuestros pecados demandaban. Por eso, quien confía en él recibe el perdón por sus pecados, la paz con Dios, y la esperanza segura de la vida eterna. Contra todas las probabilidades, Jesús hizo que nuestra victoria sea posible.
Por CPTLN