viernes, 16 de septiembre de 2022








 

Las promesas de Dios fortalecen nuestra fe

 Leer | 2 Pedro 1.3, 4

Las promesas de Dios son preciosas. No solamente nos recuerdan su interés en nosotros, sino también nos dan esperanza y aliento en los momentos difíciles. Pero antes de apropiarnos de una promesa, debemos examinarnos en tres categorías: fe, obediencia y paciencia.

Primero, debemos poner la fe en Cristo como nuestro Salvador personal y vivir de acuerdo a nuestra fe en Él. Obedecer a Dios también es necesario. Si seguimos desobedeciendo al Señor voluntariamente, Él no estará obligado a cumplir su promesa (1 P 3.12). Por último, la paciencia es otro requisito. Dios actúa según su calendario para lograr sus propósitos, conforme a su plan perfecto. Esperar en Él es necesario.

A veces, parecerá como si alguna promesa divina no se está cumpliendo. En ese caso, eche una segunda mirada al pasaje bíblico para asegurarse de que se aplica a usted. Después, compruebe que ha llenado todos los requisitos, y considere si hay una necesidad verdadera. Si tiene todavía el convencimiento de que la promesa se aplica a usted, entonces puede profundizar un poco más en la petición. ¿Será honrado el Señor cuando se cumpla esta promesa? ¿Puede Él responder esta oración sin que resulten afectadas otras personas, o estorbar la voluntad de Él para sus vidas? ¿Me ayudará esto a crecer espiritualmente? Estas preguntas le ayudarán a orar adecuadamente.

El Espíritu Santo es nuestro maestro que nos enseñará las promesas del Señor Jesucristo. Él quiere edificar nuestra fe por medio de la Biblia, darnos el aliento necesario para obedecer, y desarrollar en nosotros el fruto de la paciencia.

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lunes, 12 de septiembre de 2022





 

Mansos y humildes y el deber

 Tema disponible en el Canal, haz clic en el enlace para ir y escuchar

https://www.ministeriotv.com/video/mansos-y-humildes-en-el-deber-25237

Cristo modelo de mansedumbre

 Enseñanza en la Escuela Bíblica Dominical, para escuchar visita

https://www.ministeriotv.com/video/cristo-modelo-de-mansedumbre-25236

Evento

 Evento todo el mes de septiembre, recuerda incluírlo en tus devocionales personales. Detalles aquí

https://www.ministeriotv.com/video/evento-de-septiembre-25242


La provisión de Dios en la adversidad

 Leer | 1 Tesalonicenses 5.18

Si usted no está pasando por un momento difícil, probablemente lo estará pronto. Jesús dijo que tendremos muchas aflicciones en esta vida (Jn 6.33). Pero, por más desagradables que sean las pruebas, hay muchas razones para dar gracias. Ayer vimos que los creyentes podemos contar con tres ayudas en los problemas: la presencia de Dios, una vía de escape y el potencial para crecer. Hoy veremos dos más.

  1. Protección. Dios no siempre impide que los creyentes experimentemos sufrimiento o desilusiones. Detener las tormentas puede ser nuestro objetivo, pero desde la perspectiva de Dios, la adversidad puede ser necesaria para que maduremos espiritualmente. No obstante, el Padre celestial nos da su protección permaneciendo con nosotros en la lucha. Después que recibimos a Jesús como nuestro Salvador, tenemos la promesa de que Dios morará en nosotros y de que nunca nos dejará. Es más, tenemos la seguridad de que nada podrá separarnos de su amor (Ro 8.38, 39). Así pues, nuestro Dios siempre camina con nosotros en medio de las dificultades, dándonos su orientación y su verdad en la situación.
  2. Paz. Aunque las dificultades nos causan dolor, los creyentes tenemos la paz de Dios. Esta serenidad interior no depende de que mejoren las circunstancias, sino de nuestra relación con Dios. Nuestro principal enfoque no debe ser la solución del problema, sino nuestra dependencia de Dios.

Cuando reconocemos la ayuda de Dios en las pruebas, podemos expresar gratitud. Hacerlo nos permitirá fijar nuestros ojos en Él, no en nuestras circunstancias. Muchas veces no sabemos cuál es el propósito de cada prueba, pero sí sabemos que nuestro Señor es misericordioso y digno de confianza.

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Promesa

 




Tema de Septiembre

 Recordatorio tema del mes



miércoles, 7 de septiembre de 2022




 

Cómo orar al Dios soberano

 Leer | Juan 17.1-12

La oración es esencial para el andar del creyente con Dios. Pero, algunas veces, nos preguntamos:

  1. Si el Señor controla todas las cosas, ¿por qué quiere que oremos? Porque Dios desea involucrar a sus hijos en el trabajo que está haciendo; por medio de la oración podemos ser parte de sus planes y propósitos. Orar con regularidad nos ayuda a mantener un sentido de dependencia de nuestro Padre, y nos lleva a tener una relación más estrecha con Él. Asimismo, Dios desea que conformemos nuestra voluntad a la suya. Cuanto más armonicen nuestros planes con los de Él, más podrá hacer en nuestra vida y por medio de nosotros. Además, sabe que la oración contestada desarrollará nuestra fe.
  2. ¿No se cumplirán los planes de Dios si decidimos dejar de orar? Dios no está subordinado a nosotros, por lo que sus planes dependen únicamente de Él. El Señor hace todas las cosas según el designio de su voluntad, no conforme a nuestras oraciones. Sin embargo, Él nos impulsa a orar para incluirnos en sus propósitos eternos.
  3. Si no oro, ¿afectará ello mi vida o la de alguien más? Según la Biblia, algunas cosas que Dios ha pensado darnos, solo las recibiremos si se las pedimos (Stg 4.2). Por ejemplo, Jesús no hizo muchos milagros en el pueblo donde se crió, porque muy pocas personas tuvieron la fe para pedir (Mt 13.57, 58).

Las acciones del Señor ilustran el lugar que debe tener la oración en la vida del creyente. Sabiendo que el Padre tenía el control perfecto de todas las cosas, iba siempre a Él en oración. ¿Buscará usted imitar el ejemplo de Jesús?

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Oremos

 




Qué leer cuando...

 




martes, 6 de septiembre de 2022




 

Misericordia disponible

 Escucha este edificante tema que ministrará tu vida. Sigue el vínculo que aparece abajo

https://www.ministeriotv.com/video/misericordia-disponible-25208


El carácter cristiano y la misericordia

 Escucha la primera enseñanza del nuevo trimestre en la Escuela Bíblica Dominical, sigue el enlace a continuación

https://www.ministeriotv.com/video/el-carcter-cristiano-y-la-misericordida-25206

Introducción

 Bienvenidos al nuevo trimestre de enseñanzas: El carácter cristiano ideal, visita el enlace para conocer los detalles.

https://www.ministeriotv.com/video/introduccin-25205


Mes de la Biblia

 Regocijados de tener y compartir la Palabra de Dios tocando y transformando vidas.

https://www.ministeriotv.com/video/mes-de-la-biblia-25192


Cómo proteger nuestro futuro

 Leer | Génesis 25.23-34

Vivimos en una cultura orientada al placer y enfocada en el presente. Dios no quiere que sacrifiquemos las bendiciones futuras por los deleites inmediatos. Echemos un vistazo al error cometido por Esaú, y aprendamos de él.

Ciego a lo que era valioso en la vida, Esaú vendió despreocupadamente su primogenitura para conseguir lo que quería. Por ser el hijo mayor de Isaac, encaraba un futuro seguro en su papel de líder espiritual y cabeza de la familia. Pero, sin darle ninguna importancia a sus derechos como primogénito, ni a las consecuencias sobre las generaciones futuras, lo vendió todo por un plato de lentejas.

Algunos de nosotros somos igualmente miopes. Pasamos gran parte de nuestro tiempo trabajando o involucrándonos en actividades que nos producen placer. Cuando lo que Dios quiere es que nuestras prioridades reflejen las suyas —que lo amemos con todo nuestro corazón, alma y mente; y que amemos a los demás por medio de una vida de servicio y sacrificio (Mt 22.37-40).

Esaú era gobernado por su apetito y por sus emociones. Cuando regresó de cazar, sus pensamientos estaban centrados en el hambre que tenía, y en la manera más rápida de satisfacer su estómago vacío. Aceptó la oferta de Jacob sin considerar el costo. Las emociones que nos impulsan a actuar con rapidez pueden llevarnos por el mal camino.

Podemos proteger nuestro futuro rindiéndonos al control del Espíritu Santo y sirviendo a Dios obedientemente. Asegúrese de ponerlo a cargo de su mente, su voluntad, sus emociones y su apetito.

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Génesis 25.23-34

 Génesis 25:23-34


23 y le respondió Jehová:


Dos naciones hay en tu seno,


Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas;


El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,


Y el mayor servirá al menor.


24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. 25 Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 26 Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob.[a] Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz.


Esaú vende su primogenitura

27 Y crecieron los niños, y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas. 28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.


29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, 30 dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.[b] 31 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.


Tema de Septiembre




 

jueves, 1 de septiembre de 2022




 

La garantía de la vida eterna

 Leer | Apocalipsis 19.4-9

El primer capítulo de Mateo muestra el linaje de Jesucristo: 42 generaciones que empiezan con el milagro del niño nacido a Abraham, y terminan con el milagro del ser divino que asume forma humana. En medio de la lista están los nombres de un tramposo, de una prostituta, de un homicida, de reyes y de antiguos adoradores de ídolos. Estos hombres y mujeres fueron transformados por Dios, y ocuparon un lugar en la estirpe de nuestro Salvador. Dios protegió este linaje, a pesar de la utilización de la mentira, la guerra, el cautiverio y la asimilación.

Este es el mismo Dios que nos promete la vida eterna por medio de Jesucristo. La Biblia enumera una tras otra las promesas de parte de Dios, y Segunda carta a los Corintios 1.20 nos asegura que todas sus promesas se cumplen en Cristo. A quienes hemos nacido de nuevo por la fe en el Señor Jesús se nos ha dado un lugar permanente en la familia de Dios, que está garantizado por el Padre y el Hijo (Jn 10.28, 29). El Espíritu Santo nos es dado como sello de la promesa, lo que garantiza que recibiremos nuestra herencia eterna como hijos de Dios (2 Co 1.21, 22).

Para que la garantía de la vida eterna surta efecto, hay un solo requisito: Que iniciemos una relación personal con Cristo. El Señor mismo escribe nuestro nombre en el libro de la vida del Cordero (Ap 21.27). No hay más especificaciones que cumplir para que esta garantía entre en acción, y ella seguirá en efecto para siempre. La vida eterna nos pertenece en el instante que nos convertimos en hijos de Dios. El Señor lo ha prometido, y podemos contar con ello. ¡Aleluya!

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Mes de la Biblia

 




Promesa

 




Tema de septiembre

 




Bendecido mes