martes, 14 de abril de 2020

Carta a los exiliados

Reflexión de hoy

“Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió a los ancianos que habían quedado de los que fueron transportados, y a los sacerdotes y profetas y a todo  el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a Babilonia” (Jer. 29:1).
            Dios no abandonó a su pueblo en la cautividad, pero a los que se quedaron en Israel, sí, porque no hicieron caso a las palabras de Dios por medio de Jeremías cuando les mandó ir a Babilonia para salvarse la vida. Los que quedaron en Jerusalén murieron de hambre, plaga y espada. A los que fueron a Babilonia Dios les mandó una carta con instrucciones y promesas: “Casaos, y engendrad hijos e hijas… multiplicaos ahí, y no os disminuyáis. Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz” (v. 6, 7). Viene un aviso a no atender a los falsos profetas: “porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié ha dicho Jehová” (v. 9).
            La promesa que les da es hermosa y llena de esperanza: después de 70 años Dios  les visitará y les devolverá a Jerusalén: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis , y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón, y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová” (29:11-14). Es de consuelo saber que uno está en el lugar donde Dios le ha puesto, aunque sea por motivos disciplinarios. No es por casualidad, sino por su expresa voluntad, y allí tiene planes para ti y tendrá misericordia de ti.
            Mendelssohn ha puesto estos versículos a música en su famoso oratorio llamado “Elías”. De niña lo cantaba sin saber que venía de la Biblia, y me llenaba y abría el cielo. Son palabras que han dado esperanza a miles en circunstancias terribles donde parecía que no había salida alguna salvo la muerte. Dios dice: “Sé los planes que tengo para ti”. Los ha elaborado expresamente, no ahora, al ver dónde te has metido, sino eternamente. Como dijimos antes, Dios no improvisa. Son para prosperarte espiritualmente, para que crezcas para ser más como Cristo. Dios no conduce a callejones sin salida. Nunca tiene malos planes para los que le aman, a los que Él ha llamado conforme a su propósito.  
            Dios mismo tocará sus corazones para que clamen a Él.  Tiene que ser una obra de Dios o nunca le buscaríamos de todo corazón. Pero la contrapartida también es cierto: búscale de todo corazón y le hallarás. Las dos cosas coinciden. Búscale más intensamente con más insistencia. Pon todo tu empeño en ello y hallarás a Dios como nunca antes. Se dejará encontrar por ti. Saldrá de su escondite a tu presencia y le encontrarás y terminará tu cautividad. ¿Estaba Jesús meditando en este pasaje cuando dijo: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mat. 7:7, 8). El que busca a Dios siempre le halla.  
Enviado por el Hno. Mario Caballero