viernes, 28 de mayo de 2021







 

Escudriñar las Escrituras

 


Misiones

 





No contristar al Espíritu Santo

 “Yo haré recordar la gran misericordia de Jehová y las alabanzas de Jehová” (Is. 63:7).

               Ha salido el anuncio: el Ungido viene. Acudid para conocerle. Y viene con tres finalidades: para consolar, para salvar, y para juzgar (61:1; 62:11; 63:1). Pensar en esto nos conduce naturalmente a la alabanza: “Yo haré recordar la gran misericordia de Jehová y las alabanzas de Jehová, según todos los beneficios que Jehová hizo por nosotros, y su gran bondad para con la casa de Israel que Él ha hecho conforme a su amor entrañable, y conforme a la multitud de sus misericordias:” (Is. 63:7). Israel estuvo muy contento con su Salvador, y Él estuvo ilusionado con tenerles a ellos por pueblo y entró en íntima relación con ellos: “Pues que dijo: ¡Ciertamente ellos son mi pueblo, hijos que no se portarán falsamente! Y así, Él se convirtió en el Salvador de ellos” (v. 8)La relación fue de identificación total por su parte: “Y fue afligido con todas sus aflicciones. El Ángel de su presencia los salvó, y en su amor y en su ternura, Él mismo los redimió, y cargó con ellos, y los llevó todos los días, desde la antigüedad” (v. 9). Si tú eres creyente en esta mañana, todo esto es lo que tienes en tu Salvador: el Ángel de tu presencia te salvó, te redimió para ser suyo, está presente y sufre contigo en todos tus sufrimientos, y en su amor y ternura carga contigo todos los días y te lleva. ¡Cómo no responder con gratitud y amor por un Salvador tan bueno!

               Deberían de estar encantados con Él, pero le fueron infieles y le devolvieron mal por bien: “Pero ellos se rebelaron y contristaron su Espíritu Santo, por lo que se tornó su enemigo y guerreó contra ellos” (v. 10). No sigas su ejemplo. El pecado es deslealtad, contrista su Espíritu Santo y produce consecuencias terribles, diseñadas para hacernos reflejar y volver. La disciplina surtió efecto con ellos. Se pusieron a pensar: “Entonces se acordaron de los días antiguos, de Moisés y su pueblo: ¿Dónde está el que los sacó del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en medio de ellos su Santo Espíritu? El Espíritu de Jehová los hizo descansar; así pastoreaste a tu pueblo para hacerte un Nombre glorioso” (v. 11, 14). ¿Dónde se ha ido? Horrible realización. Ya no está como antes. Qué acusación de terrible soledad. Este es el clamor del creyente que se ha apartado y sufrido las consecuencias: “¡Lo que he perdido!” Hizo tanto para mí, y le he sido desleal, después de todas sus misericordias.

               Los demás reflexionamos: Me salvó de mis miserias, me condujo por muchas dificultades, estuvo conmigo, pasando lo que yo pasé, ayudándome dándome su gracia, puso su Espíritu Santo en mí, y su Espíritu me dio descanso. Dios se glorificó en mi salvación y mostró su gracia y ternura por medio de mi vida a mucha gente. ¿Cómo puedo serle desleal? ¿Cómo puedo abandonar al Dios de mi salvación y contristar a su Espíritu Santo? ¡Qué incalculable pérdida sería la mía! Oh Dios, no dejes que me aparte de ti. No quiero dar pena a tu Espíritu, al que me desea y me añora, sino contentarle y hacerle feliz de que vive en mí, y quiero que siempre pueda, desde el fondo de mi alma, alzarte un cántico de alabanza por tan grande salvación que ha ganado mi corazón. 

Enviado por el Hno. Mario Caballero


Misiones

 


María y Marta

 “Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa” (Lu. 10:38).

            Hoy toca hacer una pequeña visita a estas dos hermanas, Marta, la hospitalaria y la hacendosa, y María, la que decidió dejar que su hermana sirviese sola para poder sentarse a los pies de Jesús y escucharle a él. En eso, María parece egoísta, y si no fuese por el comentario del Señor Jesús, pensaríamos que la que estuvo en el lugar correcto era Marta. A veces es violento optar por Jesús. Se presta a malentendidos. Siempre hay cosas urgentes para hacer. Quedamos mal si dejamos que otros se encarguen de nuestras responsabilidades para “descansar”, o así lo podrían pensar ellos. ¿No es cierto que “primera la obligación y después la devoción”? Hay que atender a las cosas espirituales cuando hemos cumplido con todo lo demás, ¿no es así? Si lo fuera, el Señor casi no tendría ningún lugar en nuestro ocupado horario. Siempre hemos de sacrificar algo para atender a las cosas espirituales. Y otros pueden molestarse.

            Para ti, ¿qué es prioritario? Para la mayoría de los creyentes, es el trabajo. Encajan su vida espiritual alrededor del trabajo. La mayoría no pasan horas escuchando la Palabra, estudiándola y orando. Y en tu caso, ¿qué es más importante, el trabajo o tiempo con Jesús? Otra pregunta: ¿Qué es más importante: pasar tiempo con Jesús a solas, o servirle? ¿Tu iglesia es una María o una Marta? ¿Te enseña a servir o a pasar tiempo con Jesús? ¿Cuánto tiempo pasas en la Palabra y la oración cada día? Cualquier prioridad en la vida que no es Jesús mismo es un ídolo, ¡aunque sea el servicio cristiano! La gente que pone el servicio primero, se molesta con “los espirituales”.

            Marta pensaba que tenía razón y que Jesús estaría de su parte. Después de todo, le estaba sirviendo a él, ¿no es cierto? Para su sorpresa, la reprende, suavemente. Parece que no lo valora cuando anteponemos el servicio a estar con él a sus pies, escuchándole. Le dice: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas, pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. El trabajo que hemos hecho para Jesús a expensas de la relación con él nos será quitado en Aquel Día. Será quemada como “madera, heno y hojarasca”. No tendremos ninguna recompensa eterna para él.  Pero cuando pasamos tiempo sentados a los pies de Jesús, estamos invirtiendo en la eternidad.

            “Solo una cosa es necesaria”. La única cosa necesaria en la vida es conocer a Jesús. ¡Qué pena gastar la vida en cosas que nos serán quitadas: el dinero, los bienes  materiales, placeres pasajeros, tiempo malgastado, hasta el servicio cristiano realizado en la carne, sin la plenitud del Espíritu Santo, todo esto será quemado. En cambio, el tiempo que hemos pasado con Jesús es una inversión en la eternidad que rinde tesoro eterno. Esto nunca nos será quitado.

Enviado por el Hno. Mario Caballero

Misiones

 


miércoles, 26 de mayo de 2021







 

Salmos 73.28

Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;

He puesto en Jehová el Señor mi esperanza,

Para contar todas tus obras.

Salmos 73.28

Salvador sí, Señor no

 “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2: 36-28).

¿Es salva la persona que recibe a Cristo como su Salvador, pero no tiene ninguna intención de dejar la vieja vida para vivir para Dios en el poder del Espíritu Santo y bajo el señorío de Jesús?  Hay un evangelio falso que va circulando por allí que enseña que uno pude creer en Cristo como su Salvador, pero no obedecerle como su Señor y todavía ser salvo.

            En su predicación del evangelio Pedro hace constar que Dios ha hecho a Jesús de Nazaret Señor y Cristo. El Salvador es Dios y Rey. Fue crucificado por nuestros pecados y resucitado por nuestra justificación. Cuando nos arrepentimos, recibimos el perdón de nuestros pecados y al Espíritu Santo.  No recibimos el perdón de nuestros pecados para seguir pecando, ni el don del Espíritu Santo para vivir en la carne, en desobediencia a su dirección. El arrepentimiento significa muerte a la vieja vida, y el don del Espíritu Santo significa nueva vida en Cristo. “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” (Rom. 8:9). Toda esta sección sigue hablando de la vida en el Espíritu. Termina diciendo: “Si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios” (Rom. 8:13, 14). Los hijos de Dios son los que han crucificado la carne y viven en el Espíritu.

            ¿Qué quieres? ¿Vivir esta vida conforme a los deseos de tu carne y todavía ir al Cielo?  ¿Amas la carne? ¿Amas este mundo y su forma de vivir? ¿Qué dicen los apóstoles al respeto? “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo . Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:15, 15). El mundo está en enemistad con Dios y nuestra carne está en rebeldía contra Él: “La mente carnal es enemistad contra Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede” (Rom. 8:7). El mismo Señor Jesús nos dijo que no podemos servir a dos señores, a Dios y a las riquezas (Mat. 6:24). 

            No podemos vivir con un pie dentro de la iglesia y otro dentro del mundo, de acuerdo con los valores de ambos. No es posible. ¿Dónde está tu corazón? ¿En la discoteca, con la música popular, en el mundo de televisión y cine, con las fiestas y conciertos, o con las cosas de Dios? Si somos de Cristo, Él es nuestro Señor, y hemos crucificado la carne con sus pasiones y deseos (Gal. 5:24). No te engañes con un evangelio que te permite vivir en el mundo: la doble vida es evidencia de que uno no es salvo. O bien Jesús es nuestro Salvador y nos sometemos a Él con gratitud por su maravillosa salvación, o bien seguimos en nuestros pecados. Estas son las dos opciones. 

Enviado por el Hno. Mario Caballero

Oremos

 Con la Palabra



Recordatorio

 Cada miércoles de semana



Destruíd este Templo

 “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto” (Jn. 2:19-22).

            Cuando fue desafiado por los judíos acerca de su autoridad, Jesús dijo que lo que ratifica sus pretensiones es la resurrección. Hablaba de su cuerpo como “el Templo”. Los judíos le malentendieron y pensaban que hablaba del Templo de Jerusalén. Las dos cosas eran el Templo de Dios. Dios moraba en el Templo de Jerusalén y el cuerpo físico de Jesús era la morada de Dios, pues Jesús era: “Emanuel, Dios con nosotros”.

            En la Cruz de Calvario los judíos destruyeron el Templo de Dios, el cuerpo de Cristo, y ocurrió lo mismo que ocurrió cuando los Babilonios destruyeron el Templo de Jerusalén en el año 586 a. C., a saber, el Espíritu de Dios abandonó el Templo antes de que fuese destruido. Veamos.  

            ¡Evidentemente, los babilonios no destruyeron el Templo con Dios dentro! El profeta Ezequiel habló de cómo Dios abandonó el Templo antes de que fuese destruido (Ez. 10:4; 10:18; 11:23). Dios iba abandonando su Casa poco a poco. Se levantó de entre los querubines del Lugar Santísimo del Templo, se fue hasta el umbral de la Casa, Dios abandonó su Casa, y luego la Ciudad de Jerusalén, y se fue hasta el Monte de los Olivos. Cuando Jesús finalmente fue rechazado como Mesías y Dios de Israel, repitió lo mismo. Se fue del templo hasta el Monte de Los Olivos. Lloró por Jerusalén, porque rechazaron su única salvación: “Jerusalén, Jerusalén,…” (Mat. 23: 37). “He aquí vuestra casa es dejada desierta” (Mat. 23:38), “desierta” porque Él la dejó. Jesús salió definitivamente del Templo; habló de su destrucción (24:2); y se fue al Monte de los Olivos (24:3). Así Dios dejó el Templo, que fue destruido por los romanos en el año 70.

            Quedó el Templo del cuerpo de Jesús. El Espíritu de Dios lo habitaba. Los judíos iban a destruir este Templo. Lo llevaron al Calvario y allí le crucificaron, ¡pero no destruyeron el Templo con Dios dentro! Antes de morir Jesús, habiendo clamado a gran voz, entregó el espíritu, y el velo del Templo se rasgó en dos (Mt. 27:50, 51). ¡Las dos moradas de Dios fueron partidas/rasgadas a la vez!  “Jesús entregó el Espíritu”, es decir, su espíritu, el Espíritu de Cristo, es decir, el Espíritu Santo. ¡El Espíritu Santo se fue del Templo de su cuerpo antes de que fuese destruido! Jesús murió y cumplió así las Escrituras de Ez. 10 y 11. Asombroso.

            En cuanto a nosotros, encontramos juntas estas dos palabras claves, “templo” y “destruir”,  en 1 Corintios 3:16, 17: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguien destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él”. Es una advertencia solemne a cuidar nuestro templo, la iglesia. Si lo destruimos las consecuencias para nosotros serán terribles. Dios en verdad mora en su templo y no quiere verlo destruido otra vez. Nuestro cuerpo es santo porque es la morada actual de Dios en la tierra. Cuidémoslo, pues, en santidad para Él.

Enviado por el Hno. Mario Caballero

lunes, 24 de mayo de 2021




 

Un diagnóstico de Cristo a la Iglesia

 Tema disponible en el Canal ofrecido en la Escuela Bíblica Dominical lo escuchas haciendo clic en el enlace que aparece a continuación

https://www.ministeriotv.com/video/un-diagnstico-de-cristo-a-la-iglesia-22584

Ovejas esparcidas

 “Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas” (Ez: 34:6).

            “Andan errantes por falta de pastor” (v. 5).Dios está consternado por la condición en que se encuentran sus ovejas y pone la culpa sobre los pastores: “Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, les haré dejar de apacentar las ovejas” (v. 10). Los pastores no han cumplido con su función: “No fortalecisteis a los débiles, no curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia” (v. 4). No se han ocupado de ellas, y las ovejas han huido.

Por lo tanto, Dios dice que Él mismo vendrá para ser su Pastor, ¡y envía a Jesús! Estamos en el Antiguo Testamento. Los pastores de Israel eran los sacerdotes y  maestros de la Ley, pero ni conocían a Dios, ni le dieron a conocer. Por lo tanto, Dios mismo vino a pastorearlos en forma del Señor Jesús: “Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas… En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor” (Ez. 34:11-15).

Vino el Buen Pastor y sufrió por la condición de las ovejas. Fue movido a compasión por las multitudes de Israel que andaban como ovejas sin pastor y puso su vida por ellas para salvarlas: “Yo soy el buen pastor y el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11).

Ahora estamos en el año 2000 y pico, y ¿cómo están las ovejas? Muchos están iguales que en los días de Ezequiel: errantes, perdidas, confundidas, heridas y hambrientas. Muchas andan de iglesia en iglesia, buscando a alguien que les pastorea. Los motivos son variados: algunos quieren una iglesia más moderna, mientras que otros buscan una iglesia más fiel a las Escrituras. Necesitamos más pastores, pastores de corazón, que aman a las ovejas, que conocen bien las Escrituras y que pueden enseñar con profundidad la Palabra de Dios, que puedan aconsejar, consolar, animar, liderar, confrontar, avisar, desafiar, disciplinar, corregir y perfeccionar a los fieles; pastores que pueden descubrir dones y motivar, comunicar con los jóvenes, apoyar a los que sufren y buscar a los que han dejado de asistir. Necesitamos  pastores que pueden trabajar en equipo para el bien de toda la iglesia. La capacidad de planear cultos y organizar reuniones es importante, pero lo es mucho más el cuidado de las almas según el modelo de Jesús, el Pastor y Obispo de nuestras almas (1 Pedro 2:25).  

Enviado por el Hno. Mario Caballero


Promesa de Dios

 Correspondiente recordatorio durante el mes de mayo, detalles aquí

https://lagloriaesdedios.blog/2021/05/24/promesa-de-dios-condicionada-a-la-obediencia-16/



Legalismo ó santidad

 Te invitamos a escuchar este edificante tema en el Canal, haz clic sobre el enlace provisto a continuación

https://www.ministeriotv.com/video/legalismo-santidad-22583

Evento del Mes

 Recordatorio pedido de oración durante Mayo



Misiones

 


viernes, 21 de mayo de 2021





 

Al final de la pila

 Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca. Salmo 34:1

Todos tenemos cuentas que pagar. Y creo no equivocarme al decir que la mayoría de nosotros sabemos lo que es tener más deudas para pagar que dinero para hacerlo.

Eso le sucedió a un hombre que recibió una carta de uno de sus acreedores demandándole que le pagara lo que le debía. Como respuesta, este hombre escribió a su vez una carta a la compañía diciendo: “Estimados señores, cada vez que cobro tomo todas las cuentas que tengo para pagar, las pongo sobre la mesa, las mezclo, y pago las seis que quedan que quedan más arriba en la pila. Si recibo otra carta en el mismo tono que la que me acaban de enviar, el mes que viene quedarán oficialmente fuera de la pila.”

Si bien la idea es muy creativa, dudo que le haya dado resultado.

Aunque parezca mentira, muchas personas hacen lo mismo con respecto a sus almas. Se fijan en todas las cosas que quieren hacer y tener, y las ponen por encima de todo lo demás en su vida. Y si Dios les hace saber que quisiera ser parte de sus vidas, lo quitan del medio y hasta amenazan con olvidarlo para siempre.

Esa sí que es una mala idea que no va a dar resultado.

Nuestro Señor dio a su Hijo para salvarnos. Más aún, cada día nuestro Dios nos cuida y protege de peligros y problemas ocultos.

Es justo que el darle gracias siempre sea lo primero en la pila. El salmista dijo: “Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán.”

Él sabía que Dios debía estar primero que nada.

Por CPTLN


Busca primeramente

     Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 6.33

Misiones

 


jueves, 20 de mayo de 2021





 

Con el tanque lleno

 “Estén atentos, porque ustedes no saben el día ni la hora en que el Hijo del Hombre vendrá.” Mateo 25:13

Alguna vez nos ha ocurrido que empezamos un viaje y, a la mitad del camino, nos damos cuenta que nos olvidamos de cargarle combustible al vehículo. Frustrante, ¿no? Jesús quiere evitar que algo parecido le suceda a nuestra vida antes que él regrese. Cuando él regrese a buscarnos, quiere que estemos listos para irnos con él. Pero si sucede que en ese momento nos falta “combustible”, puede que no lleguemos a entrar a la fiesta de la vida eterna.

Por eso es muy importante que mientras estemos aquí en la tierra, nos abastezcamos de combustible que encontramos en su Palabra. Con nuestra fe fortalecida y viva, seguiremos en el camino: “Estén atentos, porque ustedes no saben el día ni la hora en que el Hijo del Hombre vendrá” (Mateo 25:13). No dejes que falte “combustible” en tu vida. Sólo la Palabra de Dios puede recargar tu fe diariamente.

Por CPTLN

Mateo 4.4

  El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Mateo 4.4


Misiones

 


miércoles, 19 de mayo de 2021




 

Apocalipsis 21.4

     Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Apocalipsis 21.4


No hay una respuesta fácil

 “Yo sé bien que todo lo puedes, que no hay nada que tú no puedas realizar.” Job 42:2

Job fue un patriarca bueno, piadoso, caritativo, muy rico y con una familia numerosa, a quien le sobrevino un completo desastre: perdió prácticamente todos sus bienes materiales, todos sus hijos murieron, y fue atacado por una enfermedad dolorosa y repugnante. En su angustia, Job buscó respuesta a sus sufrimientos. ¿Acaso había hecho algo mal? Hasta sus amigos creían que su ruina era resultado de algún pecado que había cometido.

Sin embargo, junto con Job aprendemos que en la vida no siempre hay respuestas fáciles. Job confiesa: “Yo sé bien que todo lo puedes, que no hay nada que tú no puedas realizar. Preguntaste: ‘¿Quién se atreve a oscurecer mis designios, con palabras carentes de sentido?’ Yo fui ese atrevido, que habló sin entender; ¡grandes son tus maravillas! ¡Son cosas que no alcanzo a comprender!” (Job 42:2-3).

¿No comprendes lo que te sucede? ¿Estás cansado de sufrir? La respuesta no es siempre fácil. Sin embargo, Jesús nos invita: “Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar” (Mateo 11:28).

Por CPTLN

Oremos

 Con la Palabra




Recordatorio

 


martes, 18 de mayo de 2021






 

Un lugar en tu familia

 “Cuando Jesús oyó esto, le dijo: ‘No temas. Sólo debes creer, y tu hija será sanada.'” 

Lucas 8:50

La hija de Jairo, de doce años, está gravemente enferma. Y su padre está desesperado. Así es que decide ir a buscar la ayuda de un hombre que andaba sanando enfermos. Ese hombre era Jesús. Mientras está hablando con Jesús, Jairo recibe la noticia: ‘tu hija murió’. Pero Jesús le dice: “No temas. Sólo debes creer, y tu hija será sanada” (Lucas 8:50). Sin entender lo que estaba sucediendo, Jairo regresó a su casa, acompañado por Jesús. Cuando llegaron a la casa, Jesús tomó la mano de la niña y ella volvió a la vida.

A través de esta historia podemos ver cuán importante es que Jesús tenga un lugar en nuestra familia. La presencia de Jesús en la casa de Jairo cambió completamente la situación: donde había muerte, pasó a haber vida. Aun hoy, Dios quiere estar presente en nuestra familia, en la educación de nuestros hijos, en nuestro día a día. Cuando como familia confiamos en Dios, su presencia hace que las cosas cambien.

Por CPTLN



Benditas

 Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra.

Hechos 3.25


Misiones

 


lunes, 17 de mayo de 2021






 

La revelación de Dios para los últimos días

 Primera lección del segundo trimestre de Escuela Bíblica Dominical, disponible en el Canal, siguiendo el vínculo la escuchas

https://www.ministeriotv.com/video/la-revelacin-de-dios-para-los-ltimos-das-22539

Introducción Segundo Trimestre

 Comenzando nuevo ciclo de lecciones dominicales, a tales fines te compartimos la introducción, te esperamos:

https://www.ministeriotv.com/video/intro-la-revelacin-de-dios-para-los-ltimos-das-22538

Retén lo que tienes

    He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

Apocalipsis 3.11


Libertad de Hijos

 “Para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y por cuanto ustedes son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ‘¡Abba, Padre!’ Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, también eres heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4:5-7

Dios quiere que todas las personas se conviertan en hijos e hijas suyas. Él quiere librarlas del castigo eterno, para que vivan en libertad. ¿Qué libertad? La libertad que sólo se encuentra en el perdón en Jesucristo, donde ya no hay condenación para quienes están en él. Libertad para vivir como hijos de Dios, llamándolo de Padre, y un Padre lleno de amor.

“Y por cuanto ustedes son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ‘¡Abba, Padre!’ Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, también eres heredero de Dios por medio de Cristo”

(Gálatas 4:6-7).

Por CPTLN

Adórale

 Escucha este edificante mensaje pastoral disponible en el Canal, clic sobre el vínculo provisto aquí

https://www.ministeriotv.com/video/adrale-22554

Promesa de Dios

 


Evento

 Todavía puedes ser parte del Evento del Mes de Mayo todos los detalles los consigues siguiendo el enlace a continuación

https://www.ministeriotv.com/video/evento-del-mes-de-mayo-22429

Misiones

 


viernes, 14 de mayo de 2021

 






Hacedores de la Palabra

 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

Santiago 1.22


Un Dios en quien podemos confiar

 Leer Efesios 2.4-10

Basándonos en el carácter de Dios, ¿de qué podemos estar seguros?

1. Dios nos impartirá su misericordia. Al enviar a su Hijo a morir en nuestro lugar, el Padre celestial demuestra su amor por nosotros (Sal 100.5; 1 Jn 4.10).

2. El Señor nos ayudará a hacer lo que Él requiera de nosotros. Nos dará no solo la sabiduría espiritual para que podamos realizar las tareas que nos ha asignado, sino también el poder para llevarlas a cabo (He 13.21).

3. Dios pondrá un límite a las tentaciones y a las presiones que permite en nuestra vida. Como artesano de nuestras vidas, Él sabe cómo moldearnos a la imagen del Señor Jesús (2 Co 4.8).

4. Dios nos fortalecerá y protegerá para que no tengamos que claudicar o rendirnos. Aunque somos débiles, Él sabe cuán fuertes podemos ser cuando su poder está en nosotros (1 Co 10.13).

5. Nuestro Padre celestial perdonará nuestros pecados. Él está listo para recibir nuestra confesión, perdonarnos y limpiarnos de toda maldad cada vez que acudamos a Él (1 Jn 1.9).

Además de estas bendiciones durante el tiempo que vivamos en este mundo, tenemos también bendiciones futuras de las que podemos estar seguros. Podemos tener la confianza de que la vida no termina cuando nuestro cuerpo terrenal muere (2 Co 5.8); que viviremos en el cielo para siempre; y que Jesucristo volverá un día.

La vida tiene, sin duda, experiencias dolorosas (Jn 16.33). Pero cuando los problemas nos opriman, pensemos en todas las razones por las que podemos depender de Dios.

Por: Min. En Contacto


Lectura sobre la reflexión

 Efesios 2.4-10

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

no por obras, para que nadie se gloríe.

10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Cuando nuestra fe vacila

 Muchos han entrado en desánimo, desesperanza, ansiedad y debilidad espiritual, este tema aportará edificación y bendición a tu vida, haz clic en el vínculo provisto a continuación para leer el artículo

https://lagloriaesdedios.blog/2021/05/13/cuando-nuestra-fe-vacila/

Frente a la adversidad

 Tema de actualidad desde la perspectiva bíblica que te guía, ánima y ayuda a seguir adelante. Visita la página del Ministerio y lee este interesante artículo. Clic para ir:

https://lagloriaesdedios.blog/2021/05/12/frente-a-la-adversidad/

Misiones

 


martes, 11 de mayo de 2021





 

Jesús . . .

 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

Tito 3.5


Nacer de nuevo

 Leer Juan 3.1-8

Nicodemo era miembro del consejo rabínico conocido como el sanedrín. La gente de su época habría dado por hecho que tales credenciales aseguraban que estaba bien espiritualmente. Sin embargo, Jesús le dijo que la única manera de entrar en el reino de Dios era nacer de nuevo.

Muchas personas hoy día son como Nicodemo: religiosas, virtuosas y se comparan con otras personas. Razonan así: De algún modo, nuestro amoroso, benévolo y maravilloso Dios hará posible que yo vaya a dar al cielo. Pero esto es absolutamente falso. El Señor Jesús dijo: “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo” (Jn 3.7).

Nuestros pecados nos separan de Dios. Ser buenos no puede cerrar la brecha, porque no importa lo bien que tratemos de conducirnos, todos pecamos. Nuestra naturaleza es ser pecadores, y la naturaleza es algo que no podemos cambiar.

El autoengaño más grande es pensar que podemos portarnos bien y así ser aceptados por Dios. La única manera de ser agradable a Dios es nacer de nuevo, por un acto divino.

Cuando una persona pone su fe en Jesucristo como su Salvador, experimenta una regeneración. En otras palabras, en el momento de la salvación, se convierte en una nueva creación (2 Co 5.17 NVI).

Usted puede estar “actuando” bien sirviendo a Dios, leyendo la Biblia, ofrendando y orando. Pero ¿hubo alguna vez un cambio radical en su alma, un momento en que comenzó una relación personal con Dios? ¿Tiene una nueva naturaleza por la obra del Espíritu Santo? Si no puede responder sí a estas preguntas, usted necesita nacer de nuevo.

Por: Min. En Contacto


Lectura sobre la reflexión de hoy

 Juan 3.1-8

 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.

Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es.

No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.

El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.


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