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lunes, 31 de enero de 2022
Derribar las mentiras del diablo
Ya puedes escuchar la enseñanza de la Escuela Bíblica Dominical disponible para ti en el Canal, haz clic en el enlace siguiente
https://www.ministeriotv.com/video/derribar-las-mentiras-del-diablo-24148
El significado de la cruz de Cristo
Mensaje pastoral disponible en el Canal, lo puedes escuchar visitando el vínculo provisto a continuación
https://www.ministeriotv.com/video/el-significado-de-la-cruz-de-cristo-24147
La bendición de Dios
Leer | Génesis 12.1-4
“¡Dios le bendiga!” Escuchamos esto todo el tiempo, ¿verdad? Escuchamos tan a menudo esta frase, que no nos detenemos a considerar lo que significa.
En Génesis 12, la orden de Dios a Abram revela su maravillosa promesa de crear una nación próspera a partir de este hombre, y de darle renombre imperecedero. Pero, además, Dios extiende también su bendición a la familia de Abram y, en última instancia, a una escala mundial, prometiendo bendecir a toda la humanidad por lo que estaba haciendo en la vida de esta persona específica.
Por tanto, cuando el Señor habla de bendecir a alguien, significa que le promete intervenir de manera clara y poderosa en la vida de ella. Esto pudiera significar darle una familia próspera y feliz o, posiblemente, prosperidad económica. También pudiera implicar seguridad emocional o discernimiento espiritual. El Padre celestial pudiera tener en mente darle honra, sabiduría o un propósito eterno. De hecho, vemos cada una de estas cosas en la promesa de Dios a Abraham.
Pero no pasemos por alto dos condiciones para tener el favor del Señor. Al observar la vida de Abram, vemos que Dios valora la obediencia y la fe (12.4; 15.6; 22.2, 3, 12).
Dios quiere traer abundancia a su vida. Asegúrese de que su bendición no esté siendo obstaculizada. Hágase estas preguntas: ¿Estoy confiando en Él? ¿He dejado de hacer algo que el Señor me ha pedido que haga? Ríndase a su llamada, y abra sus brazos para recibir lo que su Padre celestial anhela darle.
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Lectura para la reflexión
Génesis 12.1-4
1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
viernes, 28 de enero de 2022
El perdón un acto de amor
Leer | 1 Corintios 13.4-7
Perdonar a quienes nos han causado algún daño es una orden difícil de obedecer, ya que es más fácil aferrarnos a nuestra ira. Pero como vasos del amor de Dios, los creyentes ya no vivimos de acuerdo con los impulsos de la carne. Gracias al Espíritu Santo, cuando alguien nos trata mal, podemos perdonar y además demostrar amor a esa persona.
Primera a los Corintios 13.5 nos dice que . . .
• El amor no busca lo suyo. A muchas personas les preocupan sus “derechos”. Pero la idea de los derechos es un concepto mundano, no un mandato bíblico. Eso no quiere decir que debamos permitir que los demás se aprovechen de nosotros; sino que debemos enfocarnos en mostrar el amor de Dios a nuestro enemigo (Mt 5.44).
• El amor no se irrita. Mantener un espíritu sereno cuando estamos irritados es difícil. Pero los momentos en que somos perseguidos o agraviados son precisamente los que más nos ayudan a estar conscientes del amor de Dios que fluye a través de nosotros. Piense en las tantas veces que el Señor Jesús tuvo que enfrentar a líderes religiosos que lo provocaron deliberadamente; sin embargo, en la cruz, también, pidió el perdón para ellos.
• El amor no tiene en cuenta el mal recibido. El amor de Dios que fluye a través de nosotros puede soportar la herida causada por otra persona.
La gente nos herirá. Pero si tenemos una actitud amorosa, y nos negamos a preocuparnos por nuestros derechos, seremos capaces de dejar de lado el resentimiento y perdonar con amor.
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Lectura para la reflexión
1 Corintios 13.4-7
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
jueves, 27 de enero de 2022
Eva
Tema del programa de la semana, disponible para tí visitando
https://www.ministeriotv.com/video/eva-24139
Dios es bueno para con todos
Leer | Salmo 118.1-4
El mundo es malo, pero Dios es bueno, y aun los que no creen en Él experimentan su bondad (aunque puedan atribuir su bienestar a la buena suerte o su dedicación al trabajo). Pero nosotros, que seguimos a Cristo, sentimos a veces que los no creyentes no merecen tener prosperidad o buena salud; particularmente si hemos sido fieles, pero nos encontramos luchando con problemas. Sin embargo, no importa cuán grande sea nuestro servicio a Dios, no somos más merecedores que los demás.
Nuestro Dios omnisciente toma muchas cosas en cuenta a la hora de decidir qué es realmente bueno para alguien, y cómo bendecir mejor a esa persona. Basa su decisión en lo que hay en el corazón de cada persona. Por ejemplo, un diezmo de $10 puede parecer ser fácil de dar para una persona que gane solamente $100 a la semana. Pero, unos años más tarde, la misma persona, ahora rica y exitosa, puede creer que no puede permitirse dar $1.000, aunque esa cantidad represente el mismo porcentaje de su sueldo.
A veces, el Señor se abstiene de derramar su bendición porque sabe que lo bueno en exceso puede hacernos daño, o puede ser selectivo en cuanto o lo que Él nos concede, para que no seamos tentados a adorar el regalo, en vez del Dador.
En realidad, a menos que seamos mayordomos sabios, el Señor puede quitarnos ciertas bendiciones. Para ser bendecidos plenamente, debemos prestar atención a lo que enseñan los salmistas: Dios bendice con abundancia a quienes andan en santidad, se refugian en Él, y le obedecen (Sal 84.11; 34.8, 9).
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Lectura para la reflexión
Salmos 118.1-4
1 Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia.
2 Diga ahora Israel,
Que para siempre es su misericordia.
3 Diga ahora la casa de Aarón,
Que para siempre es su misericordia.
4 Digan ahora los que temen a Jehová,
Que para siempre es su misericordia.
La oración contestada
Leer | Mateo 7.7-11
Nuestro Padre celestial nos manda a orar siempre (1 Ts 5.17). Y promete que si pedimos, recibiremos (Lc 11.9). Sin embargo, ¿cuántas veces la respuesta a nuestras peticiones ha sido el silencio?
El Señor no nos diría que oremos si no va a responder nuestras oraciones. De hecho, Él dice que cualquier padre que ama a sus hijos les da lo que necesitan y lo que es bueno (vv. 11-13). Y Él, como nuestro Padre celestial, nos dará mucho más. Pero si queremos que Dios nos responda, tenemos que cumplir con tres condiciones importantes.
Primero, debemos tener una relación correcta con Jesucristo, poniendo nuestra fe en Él como Salvador. Pero algunas personas eligen vivir haciendo cosas malas aun después de la salvación. La Biblia dice: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado” (Sal 66.18). Esto no significa que nunca podemos cometer un error —Dios entiende nuestra fragilidad. Pero sí que debemos arrepentirnos de todo pecado conocido, y evitar seguir en él.
Segundo, debemos pedir lo que es correcto. La Sagrada Escritura nos recuerda que debemos pedir conforme a la voluntad de Dios (1 Jn 5.14). Eso significa que podemos expresarle nuestras esperanzas y deseos, pero sometiéndonos a lo que Él considere mejor. Con el tiempo, nuestros anhelos pueden perder su atractivo o poner a prueba lo que hay en nuestro espíritu.
Tercero, debemos orar por cosas específicas y con confianza. Cuando hacemos peticiones que armonizan con la voluntad de Dios, podemos tener la seguridad de que Él responderá.
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martes, 25 de enero de 2022
Totalmente rendidos
Leer | Lucas 1.26-38
¿Entendemos el alto costo de ponerle límites a nuestra entrega a Cristo? Incontables almas dejarán de escuchar las buenas nuevas; obreros cristianos, que tanto se necesitan, no pondrán en acción su fe; y oraciones que podían haber sido contestadas, nunca se dijeron.
Pero estamos totalmente rendidos a Dios . . .
- Cuando decimos: “No importa lo que yo quiera, Señor, que se haga tu voluntad”. Comenzamos por reconocer su derecho a tener el control de nuestras vidas.
- Cuando dejamos de negociar con Dios. Nuestras oraciones suelen sonar así: “Señor, estoy dispuesto a hacer lo que dices si solo me ayudas primero [o me sanas, o me prosperas en . . . ]” Como pecadores condenados por nuestra propia naturaleza, e incapaces de salvarnos a nosotros mismos, no tenemos ninguna base para negociar con Dios. Él nos redimió por la sangre derramada de su Hijo y nos hizo parte de su familia. Nuestra fidelidad a Él tiene que ser incondicional.
- Cuando renunciamos para recibir de Dios. La entrega total significa que decimos adiós voluntariamente a nuestra independencia, a nuestra autodeterminación y a nuestras preferencias personales (Mt 10.39). Al hacerlo, nos posicionamos para un derramamiento de las bendiciones de Dios al máximo; para ser usados plenamente en su servicio; y para tener una profunda comunión con Él.
¿Qué ha traído el Señor a su mente, que ha dejado de entregarle plenamente? ¿No quisiera ponerse de rodillas y rendirle eso hoy mismo?
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Lectura para la reflexión
Lucas 1.26-38
26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37 porque nada hay imposible para Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
lunes, 24 de enero de 2022
Buen concepto y cordura en la Iglesia del Señor
Edificante tema en el mensaje pastoral disponible para ti en el Canal, visita el enlace siguiente
https://www.ministeriotv.com/video/buen-concepto-y-cordura-en-la-iglesia-del-seor-24112
La conversión del pecador, el mayor milagro
Te dejo el enlace hacia la enseñanza de la Escuela Bíblica Dominical de la semana, te esperamos
https://www.ministeriotv.com/video/la-conversin-del-pecador-el-mayor-milagro-24108
El conflicto
Leer | Efesios 6.10-13
La batalla espiritual se mantiene todo el tiempo. Por eso es importante que los creyentes estén conscientes de ella para luchar contra el pecado de manera efectiva y vivir de una manera agradable a Dios. La lucha se da en tres esferas.
Primero, tenemos un enemigo interno. Desde la caída en el huerto del Edén, el corazón humano no busca por naturaleza a Dios. Pero el Espíritu Santo puede atraernos y dirigir nuestros pensamientos al Señor. Sin embargo, aun después de la salvación, tenemos la capacidad de pecar en este cuerpo. La Biblia menciona conductas “carnales” con las que luchamos a lo largo de la vida (Gá 5.19, 20).
Segundo, tenemos un enemigo externo: Las creencias, las actitudes y las filosofías impías que están alrededor de nosotros. Primera de Juan 2.15 advierte: “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. Como creyentes en Jesucristo, tenemos que ser sal y luz para el mundo que nos rodea, sin permitir que sus normas influencien nuestros pensamientos o nuestra conducta.
Tercero, hay un enemigo infernal, y su nombre es Satanás. Su deseo es desacreditar a Dios y lograr la victoria sobre el reino del Señor. Sabemos por las Sagradas Escrituras que esto no va a suceder, pero el conflicto arreciará hasta los últimos días mencionados en Apocalipsis.
Esté consciente de estos tres enemigos. Usted no dormiría en medio de una guerra encarnizada, y tampoco debe vivir sin percatarse de la batalla espiritual de todos los días. El pasaje de hoy da la información específica para mantenerse firme en Cristo: Ármese con la Palabra, y busque la protección y la guía de Dios.
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Lectura para la reflexión
Efesios 6:10-13
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
viernes, 21 de enero de 2022
Un Dios de amor
Leer | Efesios 3.17-19
El amor de Dios no se basa en nuestra manera de ser ni en nuestros logros. Sabemos esto por la promesa de Juan 3.16, y por su acción al enviar a Jesús a morir en nuestro lugar (1 Jn 4.10).
La manera como el Salvador actúa con las personas, nos demuestra la profundidad del amor de Dios. Judas Iscariote, uno de los doce discípulos de Jesús, ministró en estrecha colaboración con el Señor durante tres años, pero al final decidió traicionarlo. Aunque Él sabía lo que haría Judas, Jesús nunca lo rechazó. Por amor, el traicionado fue clemente con el traidor.
En otro ejemplo, una mujer sorprendida en adulterio estaba a punto de ser muerta a pedradas por su transgresión. Fue condenada por los líderes religiosos, pero Jesús intervino para protegerla. Luego, por amor, le ordenó que no pecara más (Jn 8.11).
Además tenemos a Pedro, quien amaba al Señor Jesús y deseaba seguirlo siempre. Sin embargo, en un momento de debilidad negó incluso conocerlo. Aunque Jesús sabía de antemano que el discípulo iba a hacer esto, su amor por este hombre no menguó. Él demostró esta realidad al aparecerse a Pedro después de la resurrección.
Dos ejemplos finales son Zaqueo, el codicioso cobrador de impuestos que se aprovechaba de sus compatriotas; y la mujer samaritana que, tras una serie de relaciones destruidas, estaba involucrada en un estilo de vida inmoral. Nada de esto impidió que Jesús se acercarse a ambos para brindarles su amor perdonador.
Por la fe en Jesús, cualquier persona —aun el peor pecador— puede convertirse en un hijo de Dios y experimentar la abundancia de su amor. Nadie está más allá de su alcance.
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Lectura para la reflexión
Efesios 3:17-19
17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
jueves, 20 de enero de 2022
Confianza y compasión en la oración
Te comparto el tema correspondiente al programa de la semana, disponible para tí en el canal, clic para ir a escuchar aquí
https://www.ministeriotv.com/video/confianza-y-compasin-en-la-oracin-24080
El regalo del perdón
Leer | Colosenses 3.12-17
Algunos diccionarios definen regalo como “algo que se da para demostrar amistad, afecto, ayuda, etc.” Según esta definición, parece lógico dar regalos solamente a las personas que amamos, no a quienes nos lastiman o maltratan. Sin embargo, la Biblia nos dice claramente que demos uno de los regalos más grandes –el perdón– a quienes nos traten mal.
Perdonar significa “renunciar a todo derecho a castigar o exigir castigo por un agravio”. El perdón debe ser sin condiciones; de lo contrario, dejaría de ser perdón. Efesios 2.8, 9 hace un contraste entre el regalo de la salvación y las obras. Ni la salvación ni el perdón pueden ganarse; ambos deben darse gratuitamente. Dios nos concedió un perdón que no merecíamos ni podíamos ganar. De igual manera, nosotros debemos liberar a quienes nos han hecho mal de cualquier tipo de condena.
El resentimiento es una esclavitud emocional que consume la mente con recuerdos de agravios, distorsiona las emociones por la venganza, y llena al corazón de desasosiego. Penetra profundamente en el alma, afectando tanto la salud física como la espiritual. Pero la persona que decide revestirse de amor y ofrecer perdón está lista para recibir la paz de Cristo. Permita que la Palabra de Dios le ayude a poner sus heridas y su ira en las manos de Dios, hasta que los pensamientos de venganza se transformen en alabanza y gratitud al Señor.
Afortunadamente, el regalo del perdón nos es dado gratuitamente por el Salvador, y nuestra tarea es simplemente compartirlo con los demás.
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Lectura para la reflexión
Colosenses 3:12-17
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
martes, 18 de enero de 2022
El Señorío de Jesús
Leer | Filipenses 2.5-11
Ya sea que usted haya sido creyente por muchos años, o puesto su fe en Cristo como su Salvador hace poco tiempo, hay una cosa importante que debe determinar en su corazón. Muchos cristianos entienden que Jesús murió en la cruz por sus pecados. Pero ¿quién es Él hoy?
La Biblia nos dice que Jesús es el Hijo de Dios, que se hizo carne y que entró en nuestro mundo en la forma de un siervo. Vino a vivir entre nosotros y a hacer posible que conociéramos a Dios. Luego, después de su muerte, su sepultura y su resurrección, fue exaltado de nuevo a su legítimo lugar como Señor y Soberano.
Es esencial que todo creyente entienda la persona y la posición de Jesucristo. A menudo lo llamamos “Señor”, pero ¿qué significa eso? La respuesta es que, como Señor y Creador, Él hizo y sostiene todas las cosas (Col 1.16, 17). Al poner nuestra fe en el Salvador, aceptamos su legítimo lugar en nuestra vida.
Como Señor, Él tiene autoridad sobre cada aspecto de nuestra vida. Somos ovejas que debemos seguir al Pastor (Jn 10.2-15). ¿Se niega usted a reconocer que Él tiene el derecho de determinar lo que hace y dónde va? Puede tener la seguridad de que el plan de Dios resulta siempre en plenitud de vida.
Jesús no es un gobernante distante y arbitrario; es su maravilloso y comprensivo Señor que le ama y ha preparado el terreno para que usted sea salvo, después de haber vivido una vida humana y sufrido inimaginablemente. Por eso, cuando Él dice: “Sígueme; yo haré que tu vida tenga significado”, puede tener la seguridad de que el Señor es digno de su confianza en todo momento.
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Lectura para la reflexión
Filipenses 2:5-11
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
lunes, 17 de enero de 2022
Sufrimiento ahora, Gloria después
Esta servidora les deja el tema disponible en el Canal, para escuchar visiten el siguiente enlace
https://www.ministeriotv.com/video/sufrimiento-ahora-gloria-despus-24062
Los milagros causan conmoción y producen fe
Amados: aquí les dejo el vínculo hacia la enseñanza de la Escuela Bíblica Dominical más reciente, clic para escuchar
https://www.ministeriotv.com/video/los-milagros-causan-conmocin-y-producen-fe-24061
Dios está obrando
Leer | Juan 5.15-19
A lo largo de la Biblia vemos a Dios trabajando en la vida de las personas. A veces, actúa de manera dramática, como cuando abrió el Mar Rojo para que los israelitas escaparan del ejército egipcio. En otras ocasiones, puede parecer que no está haciendo nada. Marta y María mandaron a decir a Jesús que su hermano necesitaba su ayuda, pero Cristo se demoró antes de llegar a ellas (Jn 11.3-6).
El Espíritu Santo nos ayuda a reconocer la presencia y el trabajo de Dios. Lo hace mediante el cultivo de nuestra capacidad de discernir cuándo y dónde está el Señor obrando.
Además de discernimiento espiritual, tenemos que desarrollar paciencia, porque Dios actúa conforme a su plan, no al nuestro. A Abraham se le prometió una descendencia numerosa, pero hubo una larga espera antes de que su esposa concibiera; de hecho, él y Sara ya no estaban en los años fértiles.
El trabajo del Señor puede proporcionar gozo, como fue el caso de Ana, cuando se convirtió en madre (1 S 1.27-2.1). Su plan puede también dar lugar a períodos dolorosos, como fue la experiencia de José. Antes de que el Señor lo elevara a una posición de autoridad para ayudar a su familia, fue vendido como esclavo y encarcelado injustamente.
Jesús dijo a sus discípulos que su Padre trabajaba siempre, y que Él también hacía lo mismo. Seremos alentados y fortalecidos en nuestra fe si reconocemos las maneras como Dios está actuando. Estas señales de su trabajo nos motivarán a perseverar hasta el final y a mantener su perspectiva en cuanto a la vida.
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Lectura para la reflexión
Juan 5.15-19
15 El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16 Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo.[a] 17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. 18 Por esto los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el día de reposo,[b] sino que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios. 19 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.
viernes, 14 de enero de 2022
Cómo aprender a perdonar
Leer | MATEO 6.9-15
¿Le resulta difícil perdonar a quienes le han herido? Si es así, puede que las siguientes cuatro pautas le sean de mucha ayuda:
- Reconozca y confiese delante de Dios que tiene un espíritu rencoroso. Aunque no siempre resulte fácil perdonar, a veces, somos el blanco de ofensas extremadamente dañinas. Sin embargo, no somos responsables por la conducta de otras personas, sino solo de la nuestra. Dios nos ha ordenado que seamos comprensivos y perdonadores. Si guardamos rencor, ese es nuestro problema, no de la otra persona; debemos arrepentirnos de este pecado y pedirle a Dios que nos ayude a superar nuestra falta de perdón.
- Deje de estar pensando en la otra persona. Tome la decisión consciente, de dejar de pensar en el ofensor. Si se encuentra reviviendo constantemente los detalles de la conducta de la otra persona que le produjo la molestia, oblíguese a no hacerlo más.
- Perdone al ofensor, y olvide el agravio. Mantener detalles frescos en la mente, le atrapa en un ciclo de dolor que solamente le afecta a usted. Decida más bien separar a la persona del recuerdo doloroso.
- Perdone con carácter definitivo. El perdón genuino es completo. Esto significa que usted no puede “perdonar” a alguien, y después seguir hablando del tema. Perdone a esa persona, y después siga adelante.
Si usted se ha mantenido empecinado en la amargura, pida a Dios las fuerzas para perdonar. Y hágalo después, sin demora.
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Lectura para la reflexión
Mateo 6.9-15
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. 14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; 15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
jueves, 13 de enero de 2022
La búsqueda del Señor
Leer | Oseas 10.12
Todos dedicamos tiempo para buscar al Señor, pero para lograrlo, tenemos que aprender a ajustar nuestro enfoque. La razón por la que el enfoque es importante, se debe a que llegamos a ser lo que contemplamos. Si fijamos nuestra atención en las cosas materiales y a las que apelan a nuestros sentidos, no pasará mucho tiempo sin que comencemos a inclinarnos en esa dirección. Le reto a no sentarse frente al televisor, y a no participar de formas de entretenimiento que pongan ideas nocivas en su mente. Aunque piense que esto no tiene ninguna influencia, en realidad tiene un sutil pero terrible efecto controlador en usted.
Si, por el contrario, usted enfoca su amor y su atención en Jesús, llegará a parecerse a Él. Como creyentes, podemos enfocarnos en Jesucristo cuando oramos, estudiamos la Biblia, y meditamos en las verdades de Dios. Pero debemos profundizar más, al punto de que escuchemos al Señor y le digamos todo lo que hay en nuestro corazón. Si somos transparentes delante de Él, el Señor nos hablará directamente a nuestro espíritu.
Si aprendemos a hacerlo, encontraremos que nuestra hambre y nuestra sed de todo lo demás comenzarán a disminuir. No es que nuestros deseos desaparecerán, sino que serán redirigidos. Usted descubrirá que tiene un hambre cada vez mayor de Dios y el anhelo de conocerlo de una manera personal y profunda. Y notará también que hay en su vida un gozo rebosante que no puede ser detenido o sofocado. ¿Por qué razón? Porque después que usted haya comenzado a buscar con afán al Señor, reconocerá que Él es su todo en todo.
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Lectura para la reflexión
Oseas 10:12
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
miércoles, 12 de enero de 2022
Respuestas a la oración
Leer | 2 CRÓNICAS 20.14-25
“Mi jefe es intolerable, Señor. Te ruego que me ayudes a conseguir otro empleo”.
“Señor, esta espalda me está arruinando la vida. ¡Ten misericordia de mí, y sáname!”
Todos los cristianos estamos de acuerdo con que Dios responde las oraciones. Sin embargo, hay quienes dirían: “Él responde la mayoría de las oraciones, pero no las mías”. Un creyente puede clamar a Dios con fervor sin recibir lo que considera una respuesta satisfactoria. El problema no es la falta de disposición o la imposibilidad de Dios de responder, sino más bien la palabra “satisfactoria”. Si venimos a Dios con una idea preconcebida de cómo debe resolverse nuestro problema, es probable que pasemos por alto la solución perfecta que Él tiene.
Supongamos que el rey Josafat hubiera determinado que Dios sólo podía responder su oración dándole a su ejército más aguante para la batalla que se avecinaba. Habría convocado a un consejo de guerra y armado a sus soldados. Pero la solución de Dios era enviar a un coro para cantar alabanzas y salvar a Israel. Si el ejército israelita hubiera ido a combate, habrían perdido Jerusalén.
A veces, no nos gustan las soluciones de Dios. Deseamos vernos libres de las dificultades, en vez de orar por una dosis extra de gracia para soportarlas.
Es normal querer que el Señor lo arregle todo, sin requerir esfuerzo de nuestra parte. Pero nuestra disposición de obedecer es clave para que la oración tenga respuesta. Cuando Dios nos diga cómo resolver nuestro problema, debemos actuar tal como Él dice, o nunca estaremos satisfechos.
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Lectura para la reflexión
2 Crónicas 14.25
14 Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; 15 y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. 16 Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. 17 No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.
18 Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. 19 Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.
20 Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. 21 Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. 22 Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros. 23 Porque los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir para matarlos y destruirlos; y cuando hubieron acabado con los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.
24 Y luego que vino Judá a la torre del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí yacían ellos en tierra muertos, pues ninguno había escapado. 25 Viniendo entonces Josafat y su pueblo a despojarlos, hallaron entre los cadáveres muchas riquezas, así vestidos como alhajas preciosas, que tomaron para sí, tantos, que no los podían llevar; tres días estuvieron recogiendo el botín, porque era mucho.
Recordatorio
El Señor escuche tus oraciones, peticiones y súplicas y ponga en ti la gracia de sobrellevarlas mientras esperas su respuesta, amén.
martes, 11 de enero de 2022
Forma al Barro
Programa semanal hoy bajo el tema: Forma al Barro, disponible en el Canal, haz clic para escucharlo, te espearmos, te bendiga el Señor
https://www.ministeriotv.com/video/forma-al-barro-24025
Un ejemplo de servicio
Leer | FILIPENSES 2.1-7
El Señor Jesús desafió las expectativas que tenía el mundo en cuanto al Mesías. Muchos judíos de aquel tiempo aguardaban la llegada de un rey poderoso que los liberaría de los romanos -—estaban listo para servir y adorar esa clase de mesías. En cambio, el Salvador era un hombre humilde que no lo pensó dos veces para lavar unos pies sucios.
Aunque Jesucristo pudo haber borrado la presencia romana de la región, y luego ser glorificado como un gobernante terrenal, Él fue muy claro en cuanto a su razón para estar aquí: vino a servir, no a ser servido (Mt 20.28).
De hecho, Pablo se refiere al Señor Jesús como un trabajador de la clase más baja —un esclavo. Este tipo de trabajador era responsable de las tareas más humildes de la casa, incluyendo el lavado de los pies. Cristo vino al mundo preparado para hacer el trabajo que fuera necesario, para llevar a los hombres a conocerle como Salvador. El Señor valora cada alma.
Zaqueo, un despreciado cobrador de impuestos, recibió su atención y su amor, como también el fariseo Nicodemo y el joven rico (Lc 19.1-10; 18.18-25; Jn 3.1-8). El Señor Jesús también pasaba tiempo con la gente del peldaño más bajo de la escala social, sanando a los enfermos y afligidos, y hablando con los niños.
La vida de un siervo no está enfocada en sí mismo, sino en Dios y su obra. La Biblia nos llama a servir al Padre, siguiendo las pisadas del Hijo. Los creyentes nunca deben referirse a Jesús como débil; pero los que van tras la definición de éxito que tiene el mundo, probablemente sí lo harían. ¿Está usted preparado para aceptar la humilde posición de un siervo?
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Lectura pra la reflexión
Filipenses 2.1-7
1Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, 2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
lunes, 10 de enero de 2022
Jesucristo es el Señor de . . .
Jesucristo es el Señor de la vida y la muerte enseñanza reciente de la Escuela Bíblica Dominical disponible en el Canal y puedes escucharla visitando el vínculo a continuación
https://www.ministeriotv.com/video/jesucristo-es-seor-de-la-vida-y-la-muerte-24014
Un Dios en quien podemos confiar
Leer | EFESIOS 2.4-10
Basándonos en el carácter de Dios, ¿de qué podemos estar seguros?
- Dios nos impartirá su misericordia. Al enviar a su Hijo a morir en nuestro lugar, el Padre celestial demuestra su amor por nosotros (Sal 100.5; 1 Jn 4.10).
- El Señor nos ayudará a hacer lo que Él requiera de nosotros. Nos dará no solo la sabiduría espiritual para que podamos realizar las tareas que nos ha asignado, sino también el poder para llevarlas a cabo (He 13.21).
- Dios pondrá un límite a las tentaciones y a las presiones que permite en nuestra vida. Como artesano de nuestras vidas, Él sabe cómo moldearnos a la imagen del Señor Jesús (2 Co 4.8).
- Dios nos fortalecerá y protegerá para que no tengamos que claudicar o rendirnos. Aunque somos débiles, Él sabe cuán fuertes podemos ser cuando su poder está en nosotros (1 Co 10.13).
- Nuestro Padre celestial perdonará nuestros pecados. Él está listo para recibir nuestra confesión, perdonarnos y limpiarnos de toda maldad cada vez que acudamos a Él (1 Jn 1.9).
Además de estas bendiciones durante el tiempo que vivamos en este mundo, tenemos también bendiciones futuras de las que podemos estar seguros. Podemos tener la confianza de que la vida no termina cuando nuestro cuerpo terrenal muere (2 Co 5.8); que viviremos en el cielo para siempre; y que Jesucristo volverá un día.
La vida tiene, sin duda, experiencias dolorosas (Jn 16.33). Pero cuando los problemas nos opriman, pensemos en todas las razones por las que podemos depender de Dios.
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Lectura para la reflexión
Efesios 2.4-10
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Mensaje Pastoral
Te recerdo
Te recuerdo el evento de este mes de enero. Si aún no conoces los detalles visita la siguiente página web y únete
sábado, 8 de enero de 2022
Sábado
Empezando el 2022 los sábados hemos incluído lecturas bíblicas, comenzando por el libro de los Salmos. Hoy tienes disponibles para leer el número 2, 3 y 4. Te esperamos. Dios te bendiga.
Proclama
Gloria a Dios y gracias por haberte unido a la Proclama 2022 desde el día 1 hasta ayer día 7. Tenemos la certeza que el Señor ha escuchado conforme a su Voluntad obrará, confía.
viernes, 7 de enero de 2022
Valentía en tiempos díficeles
Leer | Romanos 8.28-34
Hace algún tiempo, dos mujeres chinas me contaron la historia de su padre. Éste fue arrestado en una redada a miembros de la iglesia que se reunía en una casa, y le fue dada una opción: negar a Cristo o ir a la cárcel. El hombre pasó veinte años recluido en prisión por su fe.
Me sentí conmovido hasta las lágrimas por el fiel testimonio de este hermano. Él entendió que Dios tenía el control de su vida, y esa conciencia le dio la valentía para agradar a su Padre celestial, sin importar las consecuencias.
Romanos 8.28 enseña que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. Las primeras palabras del versículo: “Y sabemos” ofrece un indicio en cuanto a cómo debemos confiar en que el Señor cumplirá su promesa. Podemos enfrentar la adversidad con valentía cuando desarrollamos el hábito de encontrar las huellas de Dios en situaciones de nuestro pasado.
Aunque Dios hace que nuestras experiencias sean para bien, Él no origina necesariamente las pruebas. El Salmo 103.19 dice que “su reino domina sobre todos”. Hay otras fuerzas en actividad en el mundo, pero el poder del Padre es el que predomina. Satanás puede tocar nuestra vida con sufrimientos, pero solo porque el Señor le permite hacerlo. Y Dios le da permiso solo cuando una situación se ajusta a su propósito final.
No importa las tragedias que enfrentemos, el compromiso de Dios sigue siendo el mismo: sacar bien del mal. Pablo sabía que la promesa era verdadera, y yo también. Examine su vida para encontrar evidencias de la actividad del Señor, y tendrá también esta seguridad.
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Lectura para la reflexión
Romanos 8.28-34
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.