Leer | Oseas 10.12
Todos dedicamos tiempo para buscar al Señor, pero para lograrlo, tenemos que aprender a ajustar nuestro enfoque. La razón por la que el enfoque es importante, se debe a que llegamos a ser lo que contemplamos. Si fijamos nuestra atención en las cosas materiales y a las que apelan a nuestros sentidos, no pasará mucho tiempo sin que comencemos a inclinarnos en esa dirección. Le reto a no sentarse frente al televisor, y a no participar de formas de entretenimiento que pongan ideas nocivas en su mente. Aunque piense que esto no tiene ninguna influencia, en realidad tiene un sutil pero terrible efecto controlador en usted.
Si, por el contrario, usted enfoca su amor y su atención en Jesús, llegará a parecerse a Él. Como creyentes, podemos enfocarnos en Jesucristo cuando oramos, estudiamos la Biblia, y meditamos en las verdades de Dios. Pero debemos profundizar más, al punto de que escuchemos al Señor y le digamos todo lo que hay en nuestro corazón. Si somos transparentes delante de Él, el Señor nos hablará directamente a nuestro espíritu.
Si aprendemos a hacerlo, encontraremos que nuestra hambre y nuestra sed de todo lo demás comenzarán a disminuir. No es que nuestros deseos desaparecerán, sino que serán redirigidos. Usted descubrirá que tiene un hambre cada vez mayor de Dios y el anhelo de conocerlo de una manera personal y profunda. Y notará también que hay en su vida un gozo rebosante que no puede ser detenido o sofocado. ¿Por qué razón? Porque después que usted haya comenzado a buscar con afán al Señor, reconocerá que Él es su todo en todo.
Por Min. En Contacto