lunes, 26 de junio de 2017

Es Ud. una amenaza para satanás

Es usted una amenaza para satanás   


Leer | 1 JUAN 4.4-6

La Biblia registra dos ocasiones en las que Satanás pidió permiso a Dios para probar a un creyente. El diablo intentó destruir la fe de Job primero (1.6-12), y luego la de Pedro (Lc 22.31-34). Jesús advirtió que Satanás quería “zarandear” al discípulo como a trigo, sacudiendo su fe de la misma manera que un agricultor separa los granos de la paja. El enemigo esperaba que Pedro cayera como la paja. Pero ambos ataques fracasaron, y los dos hombres salieron vencedores con una fe restaurada y fortalecidos por el Señor. Sin embargo, en el tiempo de la prueba, cada uno de ellos se vio atacado en lo más vulnerable de su corazón.

¿Está usted sirviendo a Dios de tal manera que Satanás se siente amenazado? Si no es así, usted no necesita un gran ataque para que su fe sufra mucho. En vez de estar alerta y de reconocer la batalla que está en juego, se dejará llevar por la inutilidad como la rana en agua que se calienta poco a poco hasta hervir.

Pero cuando crece espiritualmente —rechazando las mentiras y echando mano de la verdad que es suya en Cristo—, usted amenaza la obra del Maligno. El Señor le llama a ofrecer el amor de Él a personas específicas, porque usted tiene el conocimiento adecuado, las experiencias o el temperamento para alcanzarlas. Cuando lo hace, recupera para el reino de Dios un territorio que le había sido robado.

EsUdUnaAmenazaParaSatanás

Usted puede pensar que no es importante, pero el Señor conoce su verdadero valor. Como su hijo amado, tiene un papel importante en su plan para la eternidad. Satanás le teme a usted cuando reconoce esta verdad. Resista y confíe en el Espíritu de Dios, ¡porque mayor es el que está en usted!

Por Min. En Contacto

viernes, 23 de junio de 2017

Conociendo la Voluntad de Dios


Conociendo la Voluntad de Dios

http://www.ministeriotv.com/video/la-gloria-es-de-dios-10114


La persona separada para Dios

“¡Oh Yahweh, Tú lo sabes todo! Acuérdate de mí, y visítame, y hazme justicia de mis perseguidores… Sabes que por ti soporto afrentas” (Jer. 15:15).

            Jeremías está profetizando la destrucción de Israel a manos de sus enemigos. Por un lado, su corazón está roto a causa del juicio de Dios que caerá sobre su pueblo. Ha intercedido a su favor, ha suplicado que Dios prolongue su misericordia, pero la paciencia de Dios se ha agotado y ha pedido a Jeremías que no ore más a favor de ellos porque el juicio está determinado. Además de tener que predicar un mensaje devastador para el mismo profeta, engendra el rechazo y la persecución de parte de los falsos profetas que predican lo contrario y las amenazas de muerte para Jeremías mismo.

Jeremías ama la palabra de Dios: “Fueron halladas tus palabras , y yo las comí; y tu Palabra fue para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque tu Nombre es invocado sobre mí. No me senté a disfrutar con los que se diviertan, forzado por tu mano me he sentado solitario” (v. 16, 17). Su único gozo está en la Palabra de Dios. En cuanto a compañía humana, está solo. Sufre por su pueblo: “¿Por qué es perpetuo mi dolor, y mi herida, incurable, rehúsa ser sanada” (v. 18).  Su fidelidad a Dios le ha costado todo.

En su soledad, dolor y temor por su vida el profeta pregunta a Dios si Él le va a fallar: “¿Serás para mí como un arroyo que se seca en tiempos de sequía?” (v. 18, nota). Recibe una palabra muy fuerte en respuesta: “Si te vuelves, Yo te restauraré, para que puedas estar en pie delante de mi presencia; si apartas lo precioso de lo vil, serás mi boca. ¡Conviértanse ellos a ti, y no te conviertas tú a ellos!” (v. 19). Frente al rechazo y el odio, delante de tanto sufrimiento, uno puede sufrir la tentación de pensar que Dios te va a abandonar, que de alguna manera te va a fallar. Esta duda recibe una reprensión inmediata, seguida por la promesa que si el profeta habla palabras dignas y no vanas o falsas, puede ser la boca de Dios para su generación. No puede hablar para congraciarse con ellos; ellos tiene que ponerse de parte de él. Y Dios guardará su vida.



Hoy día la persona que fielmente presenta la Palabra de Dios encuentra mucha oposición No predica el “evangelio” que dice que Dios siempre bendice y nunca castiga, que el creyente siempre prospera y tendrá una vida fácil y placentera. Este evangelio consigue muchos adeptos, pero el que fielmente predica lo que Dios dice recibirá oposición. Estará solo. Sufrirá por lo que tiene que decir, pero se mantendrá fiel a Dios. La Palabra de Dios es su gozo y, a la vez, su sufrimiento, porque contiene palabras muy duras. Los demás tienen que ponerse de tu parte; no puedes convertirse a su forma de pensar para tener su aceptación. “Salgamos, pues, a Él fuera del campamento, llevando su oprobio” (Heb. 13:13). El creyente sale fuera del campamento, está separado de la religión oficial, pera allí es donde tiene comunión con Jesús.

Enviado por Hno. Mario

jueves, 22 de junio de 2017

Intercesión de Jeremías

INTERCESIÓN DE JEREMÍAS


“”¡Aunque nuestras iniquidades testifican contra nosotros, obra, oh Yahweh , por amor de tu Nombre! ¡Ciertamente nuestras apostasías se han multiplicado, y hemos pecado contra ti! ¡Oh Tú, Esperanza de Israel… Salvador en tiempo de angustia! ¿Por qué eres como extranjero en el país, como caminante que se desvía para pernoctar? ¿Por qué te muestras como un hombre aturdido, como héroe incapaz de vencer? Pero Tú, oh Yahweh, estás en medio de nosotros, y sobre nosotros es invocado tu Nombre; ¡No nos desampares!” (Jer. 14:7-9).


            El profeta acude a Dios llenó de contrición, reconociendo el estado lamentable en que ha caído Israel. Está suplicando que  Dios no los abandone en su pecado y apostasía. Sus iniquidades son evidentes y testifican que Israel a todas luces es culpable y merece el terrible castigo que el profeta teme que se avecina.

            Su argumento para convencer a Dios que no los desampare está basado en el nombre de Dios: “Obra, oh Yahweh, por amor de tu Nombre!” Apela a dos nombres de Dios que revelan su naturaleza: Él es “Esperanza de Israel” y “Salvador en tiempos de angustia”. Estas son las dos cosas que Israel necesita urgentemente, esperanza frente al futuro negro que se presenta. Si Dios no interviene, no hay esperanza alguna. Israel necesita salvación del poder invasor que amenaza su destrucción.

            Luego habla de cuatro nombres que no le corresponden a Dios. Dios no es “Extranjero en el país”. Extranjero en el país es uno que reside allí, pero pertenece a otra tierra. Tampoco es un ciudadano más. Es el Rey de Israel. Israel es su pueblo. Si no es extranjero que reside en Israel, menos lo es “Caminante que se desvía para trasnochar allí”. No es alguien que hoy está y mañana ya se ha ido. Su estancia con Israel es permanente. No puede abandonarles. Tampoco es un Hombre aturdido, que no comprende lo que está pasando, que todo le viene de nuevo como sorpresa. Es el Omnisciente Dios que conoce el fin desde es principio. Abarca todo el tiempo. Sabía cómo era Israel cuando lo escogió para ser su pueblo. Sabía lo que haría, como se alejaría de Dios e iría tras la idolatría y la falsa profecía. Su apostasía presente no ha pillado a Dios por sorpresa. Y, por último, dice que Dios no es un Héroe incapaz de vencer”. Dios es Omnipotente. Es incapaz de perder una batalla. Ahora que está en juego su supervivencia como nación, Israel necesita el poder de Dios para vencer.

IntercesiónProfetaJeremías

            El profeta termina su intercesión apelando al Hecho de que Dios está en medio de su pueblo, y, por otro lado, que sobre ellos es invocado su nombre. Todas las otras naciones saben que Yahweh Dios es el Dios de Israel. Cualquier cosa que les pasa reflejará sobre Dios, afectará la opinión de las otras naciones en cuanto a Él, e incidirá en su reputación. En su intercesión el profeta muestra un  profundo conocimiento de Dios, de su carácter y sus atributos, y, a la vez, de su amor y lealtad para su pueblo. Reconoce que ellos merecen ser abandonados por Dios, no justifica su pecado por un momento ni lo trata a la ligera. Su única esperanza de salvación está en el carácter de Dios.

Enviado por Hno. Mario

martes, 20 de junio de 2017

Comentario

Comentario Bíblico Libro de los Hechos Cap. 19 Parte Final

http://www.ministeriotv.com/video/la-gloria-es-de-dios-10079





Hacer cosas grandes para Dios

HACER ALGO GRANDE PARA DIOS


“Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos” (Lu. 2:49-51).

            La primea estrofa de un himno del Siglo XIX reza así: “El santo Niño volvió a la casa de sus padres terrenales y allí encontró “los negocios de su Padre”: sujeción manso y humilde”. Encontramos sabiduría y consuelo en estas palabras. El empeño del Niño Jesús fue estar en los negocios de su Padre. Cuando lo dijo estaba sirviendo al Padre en el Templo de Jerusalén, haciendo preguntas a los doctores de la Ley, investigando y estudiando la Palabra de Dios, planteándose cuestiones difíciles, posiblemente acerca de la identidad y  ministerio del Mesías como venía profetizado en las Escrituras. Aquello le iba preparando para su ministerio futuro. Su mente de niño estaba planteándose cosas muy profundas y difíciles de entender, creciendo en sabiduría (v. 52). Cuando lo encontraron sus padres, volvió a casa con ellos, sujetándose a ellos y en esta sujeción encontró la voluntad de su Padre en esa etapa de su vida.

            No  podemos rebelarnos contra la clara enseñanza de la Palabra de Dios y pensar que estamos sirviendo a Dios. Esto no es sabiduría. Es engaño. Las Escrituras dicen claramente: “Honra a padre y a tu madre” (Ex. 20:12). No se puede deshonrarlos y estar en “los negocios“ de Dios. No puedes estar mintiendo, o estafando, o engañando, o fornicando, o adulterando, o codiciando, o haciendo daño a otros, y estar en los negocios de Dios. Tampoco  puedes ser insumisa a tu marido o a tus profesores, o al gobierno, o a tus pastores, o a tu jefe en el trabajo y estar en los negocios de tu Padre. No puedes desobedecer a Dios para servirle. “Voy a vestirme para provocar y servir a Dios en la iglesia”. Esto es un engaño.
            Jesús tenía un ministerio muy grande por delante. Iba a hace la mayor obra para Dios posible. Y se preparó para servir a Dios en el futuro sirviéndole en el presente. Su servicio en presente consistía en volver a Nazaret y obedecer a sus padres. Esto en sí es un gran ministerio. Es un trabajo realizado por amor a Dios y obediencia a su voluntad en contra de la nuestra que nos parece más espiritual, pero la espiritualidad se encuentra en la mansedumbre y la humildad, no en la rebeldía y la obstinación. Jesús estaba forjando un carácter de obediencia a la voluntad de su padre que le llevaría a la Cruz. Sin sujetarse a José, nunca se habría sujetado a lo que le iba a pedir su Padre celestial.

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            ¿Tú quieres hacer algo grande e importante para Dios? Bien. Esto consiste en sujetarte a tu padre, tu jefe, tu maestra, tu marido, tus pastores, y a las circunstancias difíciles y desagradables que Dios ha permitido que tengas. Hazlo. Esto es lo más grande que puedes hace para Dios ahora. Mañana será otra cosa, pero esta es la voluntad de Dios para ti hoy. Es tu ministerio actual y es estar en los negocios de tu Padre. Al hacerlo irás creciendo “en sabiduría, y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”. Y tendrás comunión con Jesús.

Enviado por Hno. Mario

lunes, 19 de junio de 2017

Devocional

AMANDO A LA ESPOSA; RESPETANDO AL MARIDO

“Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido” (Efesios 5:33).

En este texto tenemos lo que Dios pide al marido y lo que pide a la mujer, las dos cosas necesarias para que el matrimonio funcione. Es como una bicicleta: con una sola rueda no va bien, necesita las dos. Lo mismo es cierto del matrimonio, lo que la mujer necesita es amor y lo que el hombre necesita es respeto. Esto no significa que el hombre no necesita amor y que la mujer no necesita respeto. Los dos necesitan las dos cosas. Pero para la mujer lo más imprescindible es el amor, porque ella es el vaso más frágil, y lo que el marido más necesita es el respeto, porque él es cabeza de la familia, y si no es respetado, no puede gobernar.

AmoryRespetoentreesposos

¿Cómo percibe la mujer el amor? Para nosotras la respuesta a esta pregunta es tan obvia que sobran palabras, pero para nuestros maridos no lo es tanto. Una mujer se ve amada si su marido está por ella, si le mira y le da una sonrisa, si conversa con ella, si le dedica tiempo, si la saca a pasear, si le compra flores, si la escucha y comprende, si es cariñosa con ella, compasivo y paciente, si se fija en lo que lleva puesto, su pelo, si le dice que es guapa, que le gustan sus comidas, si demuestra ser orgulloso de ella, si le da oportunidades de mejorarse, usar sus dones y talentos, desarrollarse y crecer como persona, si lee la Biblia y ora con ella, si es cercano, abierto, vulnerable con ella, si la trata como una reina, si la defiende, protege y guarda como la niña de sus ojos, si la toma en sus brazos y la besa. Esta mujer se siente querida.

¿Qué significa respetar al marido?  Esta es la parte que nos ataña a las mujeres. Parece que tenemos en nuestro poder o bien edificar a nuestro marido o bien destruirle, y esto es por medio de respetarle o no respetarle. Lejos de intentar hundirle, hemos de levantarle el moral y la autoestima. Cuando le respetamos, esto le ayudará a desarrollar todo su potencial. Si la mujer se somete gozosamente a su autoridad, si le admira, si piensa que es inteligente y capaz, si le consulta porque valora su opinión, si le escucha atentamente sin interrumpir o cambiar el tema, si no le contradice, si le felicita por lo que hace bien, si le agradece por lo que hace para ella y para la familia, si demuestra que confía en él, en su buen juicio, y sus planteamientos, en sus proyectos, si le apoya como persona y demuestra que cree en él, si sigue las decisiones que toma, si le anima en su trabajo y ministerios, si le da consuelo cuando duda de sí mismo, si habla bien de él en público y guarda su reputación, si responde a sus iniciativas, este hombre va a sentirse respetado, y amará aún más la mujer que le edifica de esta manera y estará por ella, porque le es muy agradable. Y ella estará feliz al ser amada por un hombre como él.

Enviado por Hno. Mario