martes, 20 de junio de 2017

Hacer cosas grandes para Dios

HACER ALGO GRANDE PARA DIOS


“Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos” (Lu. 2:49-51).

            La primea estrofa de un himno del Siglo XIX reza así: “El santo Niño volvió a la casa de sus padres terrenales y allí encontró “los negocios de su Padre”: sujeción manso y humilde”. Encontramos sabiduría y consuelo en estas palabras. El empeño del Niño Jesús fue estar en los negocios de su Padre. Cuando lo dijo estaba sirviendo al Padre en el Templo de Jerusalén, haciendo preguntas a los doctores de la Ley, investigando y estudiando la Palabra de Dios, planteándose cuestiones difíciles, posiblemente acerca de la identidad y  ministerio del Mesías como venía profetizado en las Escrituras. Aquello le iba preparando para su ministerio futuro. Su mente de niño estaba planteándose cosas muy profundas y difíciles de entender, creciendo en sabiduría (v. 52). Cuando lo encontraron sus padres, volvió a casa con ellos, sujetándose a ellos y en esta sujeción encontró la voluntad de su Padre en esa etapa de su vida.

            No  podemos rebelarnos contra la clara enseñanza de la Palabra de Dios y pensar que estamos sirviendo a Dios. Esto no es sabiduría. Es engaño. Las Escrituras dicen claramente: “Honra a padre y a tu madre” (Ex. 20:12). No se puede deshonrarlos y estar en “los negocios“ de Dios. No puedes estar mintiendo, o estafando, o engañando, o fornicando, o adulterando, o codiciando, o haciendo daño a otros, y estar en los negocios de Dios. Tampoco  puedes ser insumisa a tu marido o a tus profesores, o al gobierno, o a tus pastores, o a tu jefe en el trabajo y estar en los negocios de tu Padre. No puedes desobedecer a Dios para servirle. “Voy a vestirme para provocar y servir a Dios en la iglesia”. Esto es un engaño.
            Jesús tenía un ministerio muy grande por delante. Iba a hace la mayor obra para Dios posible. Y se preparó para servir a Dios en el futuro sirviéndole en el presente. Su servicio en presente consistía en volver a Nazaret y obedecer a sus padres. Esto en sí es un gran ministerio. Es un trabajo realizado por amor a Dios y obediencia a su voluntad en contra de la nuestra que nos parece más espiritual, pero la espiritualidad se encuentra en la mansedumbre y la humildad, no en la rebeldía y la obstinación. Jesús estaba forjando un carácter de obediencia a la voluntad de su padre que le llevaría a la Cruz. Sin sujetarse a José, nunca se habría sujetado a lo que le iba a pedir su Padre celestial.

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            ¿Tú quieres hacer algo grande e importante para Dios? Bien. Esto consiste en sujetarte a tu padre, tu jefe, tu maestra, tu marido, tus pastores, y a las circunstancias difíciles y desagradables que Dios ha permitido que tengas. Hazlo. Esto es lo más grande que puedes hace para Dios ahora. Mañana será otra cosa, pero esta es la voluntad de Dios para ti hoy. Es tu ministerio actual y es estar en los negocios de tu Padre. Al hacerlo irás creciendo “en sabiduría, y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”. Y tendrás comunión con Jesús.

Enviado por Hno. Mario