Jesús le dijo: ‘Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?’ Juan 11:25-26
Antes de la llegada de Cristo, las personas buscaban algo en qué creer. Tenían la Ley de Dios, pero ella sólo los acusaba de todo lo que no eran capaces de cumplir, y les advertía que el castigo era la muerte. El pueblo estaba en crisis.
Esa crisis afectaba todos los aspectos de la vida: la política, la economía, la salud y hasta la vida espiritual. Algo similar sucede hoy en día, con la diferencia que Jesús nos ha traído perdón y la esperanza de la vida eterna. Con su muerte en la cruz, Jesús asumió la condenación de nuestros pecados en sí mismo, y a través de su resurrección venció la muerte y el castigo eterno.
El mundo está gobernado por las leyes físicas; la descomposición es el fin natural de cualquier ser viviente. Pero los científicos están tratando de prolongar la vida humana desarrollando sistemas y tecnología con la esperanza de evitarla.
Sin embargo, existe algo simple -y remarcable- que nos da la fe. Sea que usted tenga dinero o no, únicamente la fe en Jesucristo nos provee esperanza. El apóstol Juan escribió: “Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna» (1 Juan 5:13).
Pero: ¿cómo podrá alguien creer, si no ha escuchado? Es ahí donde Dios lo usa a usted, ¡para que comparte con quienes le rodean, lo que Él ha hecho en su vida a través de Jesucristo!
Por CPTLN
