viernes, 27 de enero de 2017

El encuentro de tu vida

El encuentro de tu vida

“Pero era necesario hacer una fiesta y regocijarnos, porque tu hermano estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y lo hemos hallado.” Lucas 15:32

Son populares los programas de televisión en los que vemos a personas buscando a otros, ya sea familiares, amigos de la infancia, o alguien importante en su pasado. Buscan con ansias, porque saben que encontrar a quien han perdido les devolverá la alegría, y hasta incluso les traerá respuestas a preguntas que durante muchos años no han podido contestar. La parábola del hijo pródigo nos recuerda una realidad similar. El padre que había esperado con ansias el regreso de su hijo, ahora celebra porque finalmente volvió. El motivo para la celebración en este pasaje bíblico se explica con dos imágenes muy evidentes y poderosas: la muerte y la perdición. Son dos realidades que se contraponen al resultado final, donde se muestra un cambio enorme en la vida de una persona: resurrección y reencuentro.

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Pero no se trata de un relato más o de una historia sólo para niños. Porque para entender el valor de la parábola es necesario que cada uno de nosotros se ponga en la piel del hijo. Ese joven que estaba muerto y perdido somos cada uno de nosotros, y la realidad de todo ser humano alejado y renegado contra Dios es la condenación. Una verdad mayor es que el Padre celestial nos busca y encuentra: para eso envía a su propio hijo Jesús. Jesús trae luz al mundo; su presencia nos muestra el camino de la salvación, él es nuestra vida. Tal regalo de amor y cuidado quita de nosotros toda sombra de duda. Ahora estamos en Cristo y nos alegramos, porque estando en su presencia anticipamos la celebración eterna, que será el gran encuentro de todo el pueblo frente al trono glorioso del Dios trino.

CPTLN