viernes, 18 de abril de 2014

La oposición

LA OPOSICIÓN

“Cuando Oyó Sambalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de  los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Nehemías 4:1 y 2.

Alabado y adorado sea el Dios vivo, por todo su pueblo.
Gracia, paz y misericordia para todos ustedes.
Oremos para que este mensaje llegue al fondo de nuestro corazón, sigamos aprendiendo más de Dios, y así podamos crecer y dar fruto que le glorifique.
La Biblia es un libro maravilloso, perfecto; todos los que la estudian y creen en ella, podrán adquirir mucha sabiduría. Nos enseña todo lo que necesitamos para vivir. Nos enseña a ser buenos padres, buenos hijos, buenos trabajadores, buenos ciudadanos, buenos estudiantes; nos enseña cómo cuidarnos para estar sanos, nos enseña a llevar la vida en paz. Todo lo que necesitamos saber ahí lo encontramos.
Todos sabemos que nuestra mente como humanos es muy limitada para entender la grandeza de Dios, motivo por el cual muchos no toman en serio a Dios. Pero cuando nosotros vamos a la Biblia y la empezamos a estudiar, empezaremos a conocer a Dios, y en eso cosiste la vida eterna, en que nosotros conozcamos a Dios y a su amado Hijo Jesucristo.
Cada tema, cada pasaje tiene su enseñanza, no fueron escritos solo para rellenar las hojas.
Si nosotros realmente queremos servir a Dios, la Biblia debe ser nuestro manual, nuestra guía. La Biblia nos enseña que cuando nosotros queremos seguir y servir a Dios siempre vamos a tener oposición. Toda obra que emprendamos ordenada por Dios va a tener oposición. El diablo no se queda cruzado de brazos, siempre va a querer detener las obras de Dios. Toda obra que viene de Dios siempre va a tener oposición, y si nosotros no sabemos cómo enfrentar esa oposición no la vamos a terminar.
Desde que decidimos seguir a Cristo, empieza la oposición. No pocos cristianos cuando se convirtieron a Cristo sufrieron mucha oposición. La familia es la primera que se nos opone, tal vez nuestros padres, “cómo es posible que dejes las enseñanzas que yo te di” nos dicen, hasta nos dejan de hablar y de visitar. Tal vez nuestros hijos, nuestros amigos, hermanos. Cuando Dios nos ordena hacer algo siempre va a haber  oposición. Tristemente muchos no saben cómo enfrentarla y pronto se retiran.

Cuando Daniel oraba a Dios por su pueblo, había una tremenda oposición espiritual para que le llegara la respuesta (Daniel 10:12 y 13).
Si nosotros queremos hacer algo para Dios y no hay oposición, ¡cuidado! Lo más probable es que esa obra no sea de Dios, porque el diablo siempre se va a oponer a la obra de Dios.
Cuando Sambalat y Tobías se enteraron de que se iban a reconstruir los muros de Jerusalén, se enojaron mucho. Esta obra era de Dios, por lo tanto era de esperarse mucha oposición.
Igualmente pasó cuando se estaba reconstruyendo el Templo de YHWH, Dios de Israel, los enemigos de Judá se opusieron a esta obra y hasta le enviaron una carta al rey Artajerjes para detenerla (Esdras 4).
Siempre que iniciemos una obra para Dios tenemos que estar preparados porque vamos a tener oposición, y esta oposición también viene de la misma Iglesia.
¿Qué táctica usa el enemigo para oponerse y desanimarnos?
Una de sus tácticas es la burla (Nehemías 4:1) “Ah con que ya eres aleluyo, ah con que ya te volviste buenito, pero si yo te conozco no me vengas con cuentos de que ya eres otro” con frecuencia nos dicen.
Vemos las burlas con que Sambalat y Tobías intentaron detener las obras de reconstrucción de los muros de Jerusalén. Por lo regular estas personas que se burlan, son personas envidiosas, disgustadas consigo mismo, se sienten inferiores, y quieren llevar   a la gente de la cual se burlan al mismo nivel que ellos tienen de mediocridad.
Estos enemigos de los judíos se enfurecieron y hablaron con desprecio. Así pasa en nuestra vida cuando nos convertimos a Cristo, nuestras viejas amistades paganas como ya no los acompañamos en sus vicios, borracheras y adorando ídolos abominables; como ya no los acompañamos en los excesos de su mala vida, ellos se extrañan y se burlan de nosotros (1ª de Pedro 4:3 al 5).
Todo esto lo vemos en la misma familia, en el trabajo, incluso en el pueblo de Dios, qué triste pero entre nosotros mismos nos atacamos.
Otra táctica que usa el enemigo para impedir la obra de Dios, es el rumor. Es una táctica muy efectiva para atacar, ya que produce temor (Nehemías 4:12al 14).
Hermanos, todo esto crea desánimo, el efecto de la oposición crea desaliento, desánimo para no seguir adelante. Dejar la obra a medias, al ver que hay demasiados problemas nos desanimamos y dejamos la obra. Cuántos cristianos inician una obra y a medio camino debido a tanta oposición, se desalientan y no llegan, no terminan.
Eso es precisamente el propósito de la oposición, que no hagamos la obra de Dios, que nos desanimemos y no terminemos.

La oposición siempre tiene como propósito estorbar la Palabra de Dios y detener su obra.
Ahora, cómo vamos a enfrentar  la oposición.
Dependiendo de Dios; hermanos, nosotros no enfrentamos la oposición discutiendo con los que se oponen.
Nehemías no respondió a estos necios según su necedad. ¿Qué fue lo que hizo? Se puso a orar, buscó a Dios en oración (Nehemías 4:4), no se nos olvide que nuestra guerra no es física, es espiritual. Nehemías ora y ruega a Dios que tome nota de todo lo que están diciendo, de todas sus ofensas; todo lo pone en manos de Dios.
Entonces, cuando veamos que hay oposición lo primero que debemos hacer es orar, ponerlo todo en manos de Dios. Él es nuestro escudo, nuestra fortaleza. “Nunca respondas al necio de acuerdo a su necedad, para que no seas tú también como él” (Proverbios 26:4). Nosotros dependemos de Dios, no de nuestras fuerzas, la vida de oración es muy importante.
Los malos intentan impedir las buenas causas, pero las buenas causas son causas de Dios y han de prosperar.
La oposición siempre va a intentar producirnos temor. Hermanos, todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
No debemos temer porque Dios está con nosotros. Después de orar debemos seguir adelante, no detenernos, porque eso es lo que quiere el enemigo.
Muchos matrimonios cristianos terminan en divorcio porque les faltó oración, y por lo mismo no siguieron adelante, se desanimaron y no llegaron a la meta.
“Entonces oramos a nuestro Dios” dijo Nehemías. Esto es lo primero que hizo este hombre de Dios. Y esto es lo que debemos hacer todos nosotros: extender delante de Dios todos nuestras preocupaciones, todos nuestros pesares, todos nuestros temores, de este modo, vamos aligerar nuestro peso.
Amados hermanos, no tengamos miedo, tenemos a un Dios Grande y Temible, no permitamos que la oposición logre desanimarnos y con ello logre su objetivo. Sigamos adelante que Dios está con nosotros.
Dios los guarde.

Recibido de Hno. Mario