En ciertos momentos de compartir con jóvenes he escuchado con gran frecuencia, que se lamentan de no haber sido encaminados, de no contar con una figura paterna, o no sentirse parte de la familia o sociedad, padres presentes físicamente pero ausentes emocional; de no tener contar con firmeza y autoridad para obedecer, no contar con oportunidades y otros que sí han sido encaminados pero voluntariamente deciden experimentar más allá. Es maravilloso conocer y aceptar que Dios siempre está presente, disponible y dispuesto a recibirnos para encaminarnos.
Si aún no lo experimentas hoy es el día para comenzar. Compartimos como lo leemos en el libro de los Salmos Capítulo 25.4-5 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres Dios de mi salvación; en tí he esperado todo el día.
Salmos 25.8-9 Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera.