jueves, 28 de diciembre de 2023

Jesús vive

 “Yo soy el que vivo. Estuve muerto; más he aquí vivo por los siglos de los siglos” (Ap. 1:17, 18).

¿Qué significa la resurrección para nosotros tanto personalmente como teológicamente? Nos va bien dedicar un poco de tiempo para pensar en esto. 

Si le amamos, como María Magdalena, nos da un gozo profundo saber que ya no está muerto: “Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni!” (Juan 20:16).

Me está preparando un hogar en la casa del Padre: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros” (Juan 14:2). ¡Volverá! “Y si me fuere y os preparare lugar, vendrá otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:3).

Estando vivo, está intercediendo por nosotros ahora mismo: “Puede salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Heb. 7:25).

Además, ¡está con nosotros hasta el fin del mundo! “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:20).

Ocupa el lugar de poder supremo en el universo. “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mat. 28:18). Conquistó al diablo: “habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades” (1 Ped. 3:22).

Tiene autoridad sobre mí. Es mi Dios y mi Señor: “Pon aquí tu dedo, y mira mis manos… Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20:28).

Nos ama y desea volver a buscarnos: “He aquí yo vengo pronto y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Ap. 21:12).

Estoy justificado. Dios aceptó su sacrificio por mi pecado: “El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Rom. 4:25). 

Yo resucitaré con un cuerpo como el suyo: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también la resurrección de los muertos” (1 Cor. 15:20, 21).

La creación será redimida: “La creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción,  a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Rom. 8:21).

Jesús conquistó la muerte y un día acabará con ella por completo: “Sorbida es la muerte en victoria” (1 Cor. 15:54). “El postrer enemigo que será destruido es la muerte” (Cor. 15:26).

En Cristo ya he resucitado espiritualmente: “Y juntamente con él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” (Ef. 2:5).

La resurrección de Cristo le revindica; demuestra que Él es el eterno Hijo de Dios, que hay salvación en su Nombre, que su palabra es verdad y que todo lo que dijo se cumplirá, que la Biblia es verdad y que el cristianismo es la verdadera religión y el único camino a Dios.


Enviado por el Hno. Mario Caballero