La palabra de Dios es viva y eficaz… Hebreos 4:12a
Antes de comenzar cada clase de inglés, escribo un texto bíblico en la parte de arriba de la pizarra. Como está al frente del salón todos lo ven, incluyendo los estudiantes que no están interesados en la fe cristiana. Y hasta estoy seguro que muchos de ellos lo leen más de una vez.
En una oportunidad estaba enseñando a conjugar los verbos en pasado. Después de dar unos ejemplos y practicar un poco, pregunté si alguien tenía alguna duda. Un estudiante levantó la mano, y dijo: «¿Me podría explicar lo que significa lo que escribió en la pizarra?»
El versículo que había escrito ese día, era: «Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores» (1 Timoteo 1:15b).
Para explicarlo, comencé diciendo que todas las personas somos pecadoras, y que por nosotros mismos no podemos salvarnos del castigo que merecemos por nuestros pecados. Luego dije que Dios nos ama tanto, que envió a su Hijo Jesús a morir en la cruz para pagar así el castigo que nosotros merecíamos.
La Palabra de Dios demostró ser viva y poderosa: el Espíritu Santo la utilizó para tocar la mente de un estudiante de tal forma que estimuló su curiosidad y lo llevó a preguntar acerca de ella. Como resultado, cada estudiante presente en esa clase escuchó el Evangelio.
En el libro de Isaías, Dios dice: «Así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo aquello para lo cual la envié» (Isaías 55:11). La Palabra de Dios es poderosa. Dios envía su Palabra para que haga lo que él le ordena… y se cumple.
La Palabra de Dios no es buena sólo para enseñarnos y fortalecernos cuando la estudiamos, sino que también es una herramienta efectiva para llegar a quienes aún no conocen a Jesús como su Salvador.
Por CPTLN