martes, 12 de septiembre de 2023

El plan de rescate más grande

 En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según las riquezas de su gracia. Efesios 1:7

Cincuenta mil millones de dólares es muchísimo dinero.

En su momento, el Presidente Obama le pidió al Congreso que les diera esa cantidad de dinero a General Motors, Ford y Chrysler, las tres fábricas de autos más grandes de este país, para rescatarlos de la situación financiera en que se encontraban.

Seguramente esa medida tuvo muchas cosas a favor y muchas en contra, pero ese no es el tema de esta devoción.

Tampoco es el tema de esta devoción criticar al Presidente Obama. Estoy seguro que se habrá rodeado de personas expertas en temas financieros que lo aconsejaron. Además, mis conocimientos de finanzas no me califican para ser crítico de nadie.

Pero no es necesario ser una calculadora humana para saber que cincuenta mil millones de dólares es muchísimo dinero para rescatar a alguien de sus problemas.

Aún así, no es nada comparado con lo que nuestro Padre estuvo dispuesto a pagar para que cada uno de nosotros pueda ser rescatado de nuestro estado pecaminoso. Sabiendo que estábamos perdidos y que por nuestra propia cuenta no podíamos cambiar nuestra situación, el Señor dijo que proveería el plan de rescate más grande de la historia.

Un plan de rescate que no sería dirigido a una industria específica o a un período de tiempo determinado, sino que habría de alcanzar a toda las personas de todos los tiempos.

Un plan de rescate que no requirió oro o plata, sino el sufrimiento y sacrificio de su propio Hijo. San Pablo dijo: «En él (Jesucristo) tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia.»

No sé cómo reaccionó usted al plan de rescate de Obama, pero sí sé, al igual que usted, cómo debemos responder al plan de rescate del Señor.


Por CPTLN