Leer | Hebreos 13.8
En nuestro mundo en contaste cambio, las familias se mudan, los amigos se apartan, las lealtades cambian y la tecnología avanza. Por eso, si buscamos seguridad en las personas o en las posesiones materiales, seremos decepcionados.
Pero todos necesitamos saber adónde dirigir la mirada durante las tormentas de la vida. El ancla verdadera para nuestra alma es Jesucristo, quien nos asegura la Palabra que no cambiará. Para encontrar consuelo en el Señor, debemos aprender quién es, qué hace y cómo obra. Hoy veremos algunos detalles sobre su vida y carácter.
Juan 1.1 dice que Jesús siempre ha sido Dios. Como verdadero Dios y verdadero hombre, nació de una virgen, vivió 33 años en la tierra, fue crucificado a pesar de ser inocente, y resucitó después de tres días. Él es el Camino, la Verdad y la Vida —el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Jn 14.6; Mt 16.16, 17). Al igual que nosotros, Jesús tiene sentimientos —lloró por las personas afligidas y se enojó cuando los líderes religiosos usaron incorrectamente el templo. Y, lo más importante, su resurrección derrotó a la muerte, y Él sigue vivo hoy.
El carácter de Dios nunca cambia. Por supuesto, las situaciones cambian, y Él actúa como corresponde a las mismas. Pero el misericordioso, compasivo y santo Jesús que conocemos en la Biblia es el mismo Mesías al cual podemos aferrarnos hoy.
¿Adónde acude usted en sus momentos de apuro? Las circunstancias difíciles son inevitables. Prepárese para ellas sabiendo quién es el Señor Jesús. Él es el único refugio verdadero y la roca que nunca cambiará. ¡Qué Salvador tan maravilloso tenemos!
Por Min. En Contacto