«Con deseos de morirse (Elías), exclamó: ‘Señor, ¡ya no puedo más! ¡Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados!’ Se recostó entonces bajo la sombra del enebro, y se quedó dormido. Más tarde, un ángel vino y lo despertó. Le dijo: ‘Levántate, y come.'» 1 Reyes 19:4b-5
Los sentimientos de derrota y depresión pueden afectar a cualquier persona, incluso a las que parecen estar más cerca de Dios. Tal fue el caso del profeta Elías quien, acosado, cansado y amenazado de muerte, e incluso después de haber sido utilizado por Dios para la realización de milagros, exclamó: «Señor, ¡ya no puedo más! ¡Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados!» (1 Reyes 19:4b).
Pero, ¿qué hizo Dios con Elías? Lo mismo que hace con nosotros: nos cuida con paciencia, habla con nosotros a través de su santa Palabra y nos aconseja y orienta, otorgándonos el descanso que solo él puede dar. Por eso, no desmayes y oye al buen pastor Jesús diciendo: «Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar» (Mateo 11:28).
Por CPTLN