Y eso eran algunos de ustedes, pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11
¿Diría que es usted hermoso o guapo? Con toda seguridad usted no se considera alguien excepcional.
Pero más allá de cómo se considere usted, algunos desearían unirse al grupo de los autodenominados «feos», que organizaron una protesta en la oficina de una gran aerolínea no mucho tiempo atrás por lo que ellos alegaban que eran discriminaciones contra las personas no contratadas por no ser atractivas.
El grupo «Feos Ilimitados» se formó para luchar contra el prejuicio contra la gente fea. El presidente del grupo dijo: «Sólo queremos ser aceptados por quienes somos y no por nuestra apariencia». Esto es mucho pedir, pues la realidad es que la mayoría de nosotros hacemos nuestra primera evaluación de los demás basándonos en su aspecto físico.
Por otro lado, nos sentimos bien cuando encontramos a alguien que nos ama y acepta basándose en nuestra forma de ser, y no sólo en nuestra apariencia exterior. Esas personas son especiales, y es bueno que les digamos cuánto las apreciamos.
El mayor ejemplo de alguien que nos ama por lo que somos y no por nuestra apariencia, es el Señor. Su buena voluntad de vernos como deberíamos ser, y su dedicación en hacer esa transformación posible, es una de las razones por las que Dios impacta a tanta gente.
El Señor es indiferente a nuestra apariencia exterior; él se preocupa por nuestra hermosura interior. Y para los que creemos que nuestro interior es feo, lleno de tristeza y desesperación, tenemos las buenas nuevas de que Dios quiere transformarnos a través de su Hijo. Gracias a la vida, sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús, todos lo que creen en Él son lavados, limpiados, perdonados y salvos.
Lo cual no es más que otra forma de decir que quienes hemos sido hechos nuevos por el Salvador… nunca tendremos que organizar protestas en el cielo.
Por CPTLN
