“Dame entendimiento para seguir tu ley, y la cumpliré de todo corazón”.
Salmo 119:34
Hablaremos acerca del entendimiento; es un tema muy edificativo que como cristianos necesitamos comprender para poder andar en la perfecta voluntad de Dios.
Gracias a Dios que dentro de la Iglesia de Cristo, hay muchas ovejas que aman al Señor con todo su ser, viven con pasión su vida cristiana, son fieles en donde Dios les llama a servir, y aun están dispuestos a dar su vida por Él.
Y ¿por qué digo muchas ovejas, cuando deberíamos de ser todos los que amaramos a Dios con todo nuestro ser? Lamentablemente no todos son así, lamentablemente las cosas no son así. Muchos decimos: “soy cristiano”, y sin embargo sigo diciendo mentiras; “soy cristiano” y sin embargo sigo engañando a mi cónyuge; “soy cristiano”, y sin embargo fornico con mi novia o novio; “soy cristiano”, y sin embargo veo películas indecentes; “soy cristiana”, y sin embargo sigo vistiendo en forma provocativa, sensual. ¿Por qué? ¿Por qué si leo la Biblia y ahí dice cómo debo comportarme, cómo debe ser un hijo de Dios, no lo hago? Leo y releo la Biblia, me aprendo los versículos de memoria y sin embargo no hago lo que dice, no cambio, sigo imitando al mundo. ¿Realmente soy cristiano, o solo lo grito para llamar la atención? ¿Por qué, porqué pasa esto en la Iglesia de Cristo? Hombres y mujeres que se dicen cristianos, pero que acuden a las congregaciones sin ningún recato.
Amados hermanos, lo que nos falta es entendimiento.
¿Qué es el entendimiento?
Según el diccionario español es la capacidad de aprender, comprender, juzgar y tomar decisiones; es la facilidad de comprender en general; razonar y formarse una idea determinada de la realidad.
Pero hermanos, ese entendimiento no viene por sí solo, Dios nos dejó a su Santo Espíritu para guiarnos a la verdad.
“Dame entendimiento para seguir tu ley, y la cumpliré de todo corazón”. No se trata de hacer la voluntad de Dios por obligación, se trata de hacerlo por amor, de todo corazón. Ese entendimiento solo puede venir de Dios, y Él nos lo da si nosotros se lo pedimos en forma sincera. No es un entendimiento como el del mundo, no es un entendimiento que venga del alma o de la carne, sino del espíritu. La Biblia no es como cualquier libro de medicina o de alguna otra ciencia, es un libro divino, sobrenatural, por lo tanto para poder entender que es lo que Dios quiere de mí al leerla tengo que pedir entendimiento al Espíritu Santo y así poder andar en la perfecta voluntad de Dios.
“No forniques, no adulteres, no mientas, no robes, viste con recato”, esto ya lo leí varias veces, ya me lo aprendí de memoria, entonces, ¿por qué sigo haciéndolo? Porque no lo he entendido, no lo he razonado, no lo pongo en práctica porque no tengo entendimiento.
No confundamos el entendimiento con el discernimiento, este último es la capacidad de distinguir lo bueno de lo malo, saber diferenciar lo que viene de Dios y lo que viene del maligno. Son dos cosas diferentes pero que igualmente necesitamos para no ser engañados.
Los verdaderos cristianos debemos pedir entendimiento a Dios para poder andar en su perfecta voluntad. El salmista que escribió el Salmo 119, era un hombre de Dios que nos enseña la necesidad de pedir entendimiento a Dios para poder practicar su Palabra y hacer su voluntad.
Hermanos, a la Iglesia le falta entendimiento, para poder cumplir con los mandamientos de Dios, para poder conocer y obedecer sus estatutos, para poder vivir como debe vivir un hijo de Dios.
No nos engañemos y seamos sinceros, la realidad es que muchas congregaciones, no andan en la perfecta voluntad de Dios, se les deja hacer lo que quieren, porque nos falta entendimiento. Gracias a Dios por los que lo tienen y lo usan para la gloria de Dios.
Oremos hermanos, no nos cansemos de orar, y pidamos a “YO SOY” entendimiento para poder cumplir con sus mandamientos de todo corazón, pero pidamos con fe, y Dios que conoce nuestro corazón, nos lo dará.
Enviado por el Hno. Mario Caballero