Efesios 3.14-19
La Biblia dice que Dios nos ama, y la cruz es prueba de ello. Por desgracia, esta es una verdad intelectual, no experimental para muchos creyentes. El problema no es con el Señor, sino con la incapacidad de las personas de reconocer ese amor.
Un obstáculo puede ser la inclinación a medir el amor divino por las circunstancias de la vida. Cuando el Señor permite el dolor y las tragedias, algunos piensan que es insensible. La antigua pregunta se convierte entonces en muy personal: “¿Cómo puede un Dios de amor dejar que yo o las personas que amo suframos?” Nunca entenderemos plenamente sus caminos, pero sí podemos saber que su compasión y su cuidado son más grandes que todo el sufrimiento del mundo, y que en el cumplimiento del tiempo lo arreglará todo.
Un sentimiento de desmerecimiento personal puede también impedir la aceptación del amor de Dios. El concentrarse en pecados del pasado y en los fracasos morales, o compararse con otros, producirá sentimientos de culpa y desaliento. Satanás se especializa en fomentar estos pensamientos y sentimientos autocondenatorios. El Señor nunca dice: “Límpiate primero, y después te amaré”. Recuerde que el amor divino está basado en el carácter de Dios, no en nuestros méritos. El origen de todos los obstáculos para experimentar el amor de Dios es la incredulidad. Cuando negamos su interés y preocupación por nosotros, dudamos de la verdad de la Biblia.
El Señor quiere que cada uno de nosotros experimente su gran amor. Cuando surjan las dudas, confíe en la verdad de la Palabra de Dios. Él le ama.
Por Min. En Contacto