jueves, 16 de diciembre de 2021

Todo cuanto existe está en Él

 “En él fueron creadas todas las cosas” (Col. 1:16)


            “En él fueron creadas todas las cosas”, tanto en el mundo visible como en el mundo invisible. Es decir, el mundo material, consistiendo en: esta planeta, nuestro sistema solar, todos los sistemas solares de todos los soles del universo, la inmensidad del espacio, la energía y el movimiento de todos los cuerpos celestiales, el macro y el micro, desde una piedra hasta la galaxia más grande, todo fue creado en Él.


            También es el Creador del mundo espiritual, de fuerzas inteligentes que no podemos ver, pero que obran en el universo, llamados en las Escrituras “tronos, dominios, principados, y poderes”. Todas las fuerzas, las de Dios y las de Satanás, tuvieron su origen en Él. Él es superior, infinitamente más poderoso, y tiene autoridad sobre toda fuerza y poder existente: “El es la cabeza de todo principado y potestad” (Col. 2:10). “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mat. 28:18).


Todo el incalculable poder que mantiene el universo funcionando tuvo y tiene su origen en Él, así mismo toda vida: “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1: 4). “En él vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17: 28). “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25). No hay vida fuera de Jesús: “Todas las cosas en él subsisten” (Col. 1:17). Todo existe dentro de Él. Desde el más pequeño partícula de una molécula, la vida y movimiento dentro de un átomo, la vida en una célula pequeñita, hasta el árbol más grande, toda vida procede de Él y toma lugar dentro de Él. Vida, luz, amor, todo está en Él. Todo amor procede de Él (1 Juan 4:7, 8), por eso el amor es eterno: “El amor nunca deja de ser” (1 Cor. 13:8), porque Él es eterno. 


En Él está toda sabiduría, conocimiento y ciencia: “…Cristo, en quién están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Col. 1: 3). Él es la Palabra (Juan 1:1). Sin palabras y luz (Juan 1:4) no hay comunicación, expresión, entendimiento o revelación. Sin Cristo nada tiene sentido; todo es un sin sentido, un gran incógnito. 


            Él es la fuerza cohesiva, unificadora, del universo. Todo gira alrededor de Él. Es el centro de todo cuanto existe y la fuerza que mantiene todos los cuerpos celestiales en su órbita y lugar en el espacio. El propósito de Dios al final del tiempo es unir todas las cosas en Cristo: “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el dual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Ef. 1:10, 11). Fuera de Él todo está suelto, separado, dividido y aislado.


Él es el motivo por el cual todo existe: “Todo fue creado por medio de él y para él” (Col. 1:16). Todo pertenece a Él. Existe debido a Él. Fuera de Jesús no hay nada: no hay poder, cohesión, luz, amor, unidad, paz (Col. 1:20), relación, o entendimiento, no hay nada, solo caos, oscuridad, confusión y muerte. Cristo lo es todo. Fuera de Él solo hay un vasto, abismal vacío, sin sentido, ni razón de ser: la nada.  


Enviado por el Hno. Mario Caballero