“Lo sacaron de la ciudad y lo pusieron fuera de ella, conforme a la misericordia que el Señor tuvo de él. Una vez que los sacaron, le dijeron: ‘¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas en toda esta llanura. ¡Huye a los montes, no sea que perezcas!” Génesis 19:16b-17
Debido al huracán Ike, mi vuelo habia sido cancelado y tuve que pasar la noche en un hotel en Amarillo, Texas. Según me dijo uno de mis vecinos, en el fondo de mi casa se cayó un árbol grande, también por culpa del huracán Ike. Pero la pérdida de un árbol no es nada comparada con la destrucción experimentada por muchos.
Increíblemente, el número de personas que perdieron la vida debido al huracán fue mínimo. Quizás se deba a que cientos de miles de personas prestaron atención a las advertencias emitidas en los lugares por donde iba a pasar el huracán: “Todos los vecindarios, y posiblemente todas las comunidades en la costa van a quedar bajo agua… Las personas que no hagan caso a las órdenes de evacuación van a enfrentar una muerte segura”.
Cuando escuché esa advertencia, recordé lo que los ángeles le dijeron a Lot antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra: “¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás… Huye… no sea que perezcas”.
Lot obedeció las instrucciones de Dios, y sobrevivió. Su esposa, en cambio, miró hacia atrás, y murió. Así de simple.
Lo más probable es que usted haya escuchado la advertencia que hace Dios con respecto a la salvación: “El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado” (Marcos 16:16).
Usted sabe que ha sido salvado completa y totalmente por la fe en Jesucristo que le ha dado el Espíritu Santo, y por ello está agradecido, porque Dios lo ha sacado de la zona peligrosa del pecado, Satanás, y la muerte, y lo ha llevado al perdón y salvación que Jesús logró con su vida, sufrimiento, muerte y resurrección.
Usted ha sido salvado, pero otros aún no. Razón por la cual le aliento a que le pida al Padre al menos por una persona, por esa persona que lleva en su corazón… y que hasta ahora ha decidido ignorar las advertencias de las Escrituras y vivir a su manera. Pídale a Dios que ablande su corazón para que huya del lugar donde está que lo llevará a una muerte segura, y vaya a la protección asegurada por el sacrificio del Salvador.
Por CPTLN