Este es el día que hizo Jehová; ¡nos gozaremos y alegraremos en él
Salmos 118:24
A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de celebrar junto a personas que han llegado a cumplir 100 años de vida. Indefectiblemente, en esas celebraciones, alguien pregunta: “¿Cuál es el secreto para llegar a esa edad?”
Las respuestas que he escuchado han sido muy interesantes. Algunos han dicho: “Yo me cuidé mucho y llevé una vida muy sana”. Otros: “Yo fumé tres cigarros por día y tomé brandy antes del almuerzo”.
Pero la mejor respuesta de todas fue la que me dio una pequeña anciana. Durante la fiesta de su cumpleaños, uno de sus familiares le hizo esa pregunta a la cual, sin siquiera pestañear, y con brillo en los ojos, contestó: “No estoy cien por ciento segura, pero creo que es porque nunca dejé de respirar, y, hasta donde yo sé, esa fue la razón por la cual mis amigos no han logrado vivir tanto como yo”.
De más está decir que tanto la familia como los amigos apreciaron mucho su manera de encarar la vida.
Ojalá hubiera más personas como ella. Porque muchas de las personas que encuentro en mi caminar parecen habitar en el lado oscuro y depresivo de la vida. Los problemas, las enfermedades, y todo tipo de dificultades, los hacen vivir malhumorados y desanimados.
Si usted se siente así, lo aliento a que, por la gracia de Dios, se deshaga de esos sentimientos. Cada día que podemos “respirar”, Dios nos ofrece alegría. Cada día de vida que Dios da a sus hijos perdonados es una oportunidad para compartir la paz y la esperanza que tenemos en nuestro Salvador. Cada día es un día que el Señor ha hecho para que sus redimidos puedan disfrutar.
Si el malhumor o el desaliento lo están tirando abajo, deje que Dios lo levante. El Señor está y estará con usted mientras usted respire, y, gracias a su Hijo, seguirá estando con usted cuando deje de respirar.
Por CPTLN