martes, 27 de julio de 2021

Paz y reconciliación

 “Y Esaú respondió: ¡Qué bien le queda el nombre Jacob! ¡Ya me ha suplantado dos veces! ¡Primero me arrebató mi primogenitura, y ahora me ha arrebatado mi bendición!” Génesis 27:36a

Esaú quería matar a su hermano Jacob porque éste le había robado sus derechos por ser hijo primogénito. Por ese hecho fue que Jacob había huido. Después de muchos años se produce el reencuentro, los dos ya más viejos, con muchos hijos e historias que contar. Al encontrarse ante Esaú, Jacob, el hermano traidor lleno de terror, se arrodilla y toca el piso con su rostro. “Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándose a su cuello, lo abrazó y lo besó. Y los dos lloraron” (Génesis 33:4).

Todo el peso del antagonismo y los remordimientos que durante años abrumaron el corazón y la vida de Jacob, de pronto se desvaneció no sólo por el perdón de Esaú y las lágrimas de ambos, sino por sanidad otorgada por Dios y reconocida por Jacob. Dios mostró claramente que con arrepentimiento, confesión y perdón, es posible restablecer una relación. Lindo ejemplo a seguir. Seamos nosotros también mensajeros de la paz y la restauración.

Por CPTLN