miércoles, 30 de diciembre de 2020

Que nadie se duerma

 Mateo 24:36-50

Por tanto, también ustedes estén preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos lo esperen. (Mt 24:44)

Estar preparados. Listos. No especular. Tomarnos en serio que el Señor ha de volver. Vivir como si regresara hoy mismo. Jesús no se ahorra advertencias para los suyos. Sin embargo, muchos de sus seguidores andan por la vida como si nada.

La segunda venida de Cristo es una promesa consoladora. Pero, si la olvidamos, puede transformarse en amenaza. Este es el tiempo de la gracia, la era en la cual el evangelio ha de ser compartido, para alcanzar hasta el último perdido. Es un período en el cual los creyentes han de vivir con fidelidad, testimonio y compromiso.

Sin embargo, muchos viven como en los días de Noé: no hacen caso a las advertencias de volverse a Dios, ni escuchan la palabra que se predica. Por eso Jesús ilustra su discurso con la parábola del siervo que es puesto a cargo de los bienes de su señor, pero que especula diciendo: “mi señor tarda en venir”. Lamentablemente, cuando el señor llegue ya será tarde. Que no nos suceda lo mismo.

No disponemos de todo el tiempo del mundo. Ahora es tiempo de volvernos a Dios en arrepentimiento… de volvernos a nuestro hermano, nuestro prójimo, en humildad y reconciliación. Ahora es tiempo de gracia. Hoy es el día. Dios no quiere la muerte del impío, sino que éste se aparte de su mal camino y viva (Ez 33:11). Cristo vino y murió, para que nuestro pecado sea perdonado. Cristo vendrá a llevar consigo a los que confiaron, a los que velaron despiertos. El tiempo de gracia llega a su fin: empieza el tiempo de gloria. Que nadie se duerma.

Por: CPTLN