Romanos 13:11-14
Hagan todo esto, conscientes del tiempo en que vivimos y de que ya es hora que despertemos del sueño. (Ro 13:11a)
Circula el siguiente dicho: cocodrilo que se duerme, se convierte en bolso. Este dicho habla del riesgo de ser pillados mientras dormimos… algo peligroso, incluso si se trata de un cocodrilo. El no estar alertas nos torna vulnerables, nos deja a merced del enemigo. Jesús habla en los evangelios de cuidarnos del ladrón que viene a medianoche.
San Pablo nos exhorta a permanecer atentos, despiertos, vigilantes, a velar y orar, y a estar conscientes del tiempo en que vivimos. Esa es la actitud propia del creyente que vela por su fe, que no se distrae en las cosas mundanas. Estar dormido equivale a andar en las obras de las tinieblas, en glotonerías, borracheras, lujurias, contiendas y envidias. Comamos y bebamos, que mañana moriremos; ese es el lema vital de algunos.
Creyentes y no creyentes somos llamados a despertar de esa clase de sueño. La muerte o la segunda venida de Cristo pueden sorprendernos, y seríamos destinados a la eterna condenación. El llamado durante esta época de Adviento es a despertar, a desechar las obras de las tinieblas y a revestirnos de luz, viviendo como si Cristo viniese hoy.
Dios mismo nos prepara para este encuentro crucial. Como pecadores no estamos en condiciones de enfrentar el juicio de Dios: arrepentidos, necesitamos ser revestidos de Cristo y tomar las armas de luz, para luchar contra el pecado en nuestras vidas. Dios nos acepta como somos, pero no nos deja como somos. Su perdón nos renueva, su Espíritu nos anima. Vivamos en su presencia, despiertos y atentos.
Por: CPTLN