miércoles, 16 de septiembre de 2020

Pon tu vida al cuidado de Dios

 “Pon tu camino en las manos del Señor; confía en él, y él se encargará de todo.

Salmo 37:5

Mientras visitaba a su vecina, una señora permitió que su hijito de 6 años saliese a jugar a la calle. Después de un momento, fue a ver lo que hacía el niño. Cerca de allí se hallaba un pintor que trabajaba sobre elevados andamios. Aterrada, la señora observó que su hijo se había subido hasta el último peldaño de la escalera.

¡Bájate Arturo! Le gritó muy nerviosa la señora, alarmando así al niño quien, al mirar hacia abajo, se llenó de miedo. El pintor se dio cuenta del peligro en que se encontraba el niño y, con voz reposada calmó a la madre, diciendo: ‘El pequeño está bien, yo me haré cargo de él.’ Luego le dijo al niño: ‘Mira hacia arriba y sube hasta donde yo estoy.’

El niño, con una sonrisa y poniendo su mirada en el pintor, llegó sano y salvó hasta donde él estaba. Luego de tomarlo en sus brazos, el pintor lo bajó cuidadosamente y lo entregó a su madre.

Cuántas veces miramos hacia abajo cuando estamos afrontando peligros y conflictos, en vez de colocar nuestra mirada en Jesús, y poner nuestras vidas a su cuidado y su orientación. Cuando nos amenazan los peligros y conflictos, nos aferramos a nuestras propias fuerzas en vez de mirar a Jesús, y dejar que a través de su amor nos guíe en medio de las dificultades de esta vida.

Muchas personas en sus experiencias de crisis y pruebas difíciles que enfrentan en su vida comienzan a llenarse de pesimismo, de fastidio y rencores contra otras personas que con el correr del tiempo, se convierten en cargas sicológicas y espirituales, que aumentan su peso en el transcurso del tiempo en la vida interior, y que conduce al mal humor, causando depresión y amargura.

Cuando estés o te toque enfrentar pruebas difíciles, y pienses que te estás hundiendo en los infortunios, deja de mirar hacia abajo y mira a Jesús con toda confianza. La Biblia nos dice: “Pon tu camino en las manos del Señor; confía en él, y él se encargará de todo.” (Salmo 37:5)

Recuerda siempre, querido amigo, que en medio de las adversidades, las promesas de nuestro amado Padre son más inmensas que los conflictos que nos aprietan en la vida.

Cuando descubras esta grande y profunda realidad, podrás poner al cuidado de Dios tu vida, y mediante su amor y su poder podrás enfrentar las pruebas con mucha paz, con la seguridad de que tienes la protección del Padre celestial, y podrás saborear las inmensas bendiciones que en su inmenso amor tiene para ti y tus seres queridos.

Por: CPTLN