miércoles, 24 de junio de 2020

Nuestros dones para su Reino

Leer | 1 Corintios 12.4-7

Muchas personas escuchan la palabra servir, y sienten que no tienen las cualidades necesarias para bendecir a otros. Esto es cierto ­—separados de Dios. Sin embargo, Dios nos ha dado dones a cada uno con el propósito de servirle para el bien de otros.

A Satanás le gustaría que creyéramos lo contrario. Quiere que nos fijemos en lo que hacen los demás, para que nos sintamos inferiores. Por ejemplo, he escuchado decir a algunas mujeres: “Yo solo soy un ama de casa”. Ven a otras personas predicando y cantando en el coro, y quisieran poder hacer algo muy grande para Dios. Pero nada podría estar más lejos de la verdad. Quienes tienen la responsabilidad de instruir a los hijos tienen una responsabilidad enorme.

En realidad, el Espíritu Santo nos ha dado dones para el trabajo específico en el reino de Dios. La Biblia lo compara con un cuerpo humano. Cada persona tiene dones y objetivos que hacen que todo el sistema funcione bien. Pero si el talón quiere tener el papel del ojo, todo el cuerpo perderá el equilibrio.

Cada parte es muy importante, a pesar de que algunas no son tan perceptibles como otras. A decir verdad, las personas con aptitudes menos evidentes tienen una ventaja, porque es posible que ellas no padezcan de orgullo y autosuficiencia.

Observe cómo se define Pedro: “Siervo y apóstol de Jesucristo” (2 P 1.1). Ya no era un hombre motivado por el interés propio. Después que comenzó a seguir a Jesús, se vio como un siervo de Dios. Nosotros, también, estamos llamados a servir al Rey de reyes con cualquier capacidad que hayamos recibido.

Por Min. En Contacto