“En la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita” (Salmo 1:2).
La pequeña carta de Pedro está llena de citas del Antiguo Testamento. Él amaba la Palabra de Dios. Cita tanto la ley como los profetas, los Salmos y Proverbios. No tenía la Palabra de Dios como antigua, anticuada, rollos viejos obsoletos y llenos de polvo, no servibles para nuestros días, ni siquiera la ley como un sistema legalista y dura de obligaciones y exigencias, sin validez actual, ahora que ha venido Cristo. Aunque parece imposible creerlo, ¡hay pastores y ancianos que tienen esta actitud hoy día en cuanto a la Biblia!, que apenas tiene vigencia para nuestros tiempos. Esta no era la mentalidad de Pedro. Él se empapaba de la Palabra de Dios: la tenía escrita en su corazón, informaba su mente, dirigía sus pensamientos. Era parte de él, no un libro en la estantería para consultar de vez en cuando. Ensenaba su mente cómo pensar. Meditaba en ella, llenaba su corazón, y cuando abría su boca, salía la Palabra de Dios. ¡Cita 10 versículos del A. T. (de la Septuaginta) en su breve carta!
Lev. 11:44, 45: “Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así no contaminéis vuestras personas… porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo”.
Is. 40:6-8: “Secase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”
Is. 28:16: “He aquí yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable…”.
Salmo 118:22: “La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo. De parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa en nuestros ojos”.
Is. 8:14: “Entonces él será por santuario; pero a los dos casas de Israel, por piedra para tropezar… y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados”.
Is. 53: 9: “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca”.
Salmo 34:12-16: “¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y hay el bien; busca la paz y síguela. Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. La ira de Jehová contra los que hacen mal…”.
Prov. 11:31: “Ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡cuánto más el impío y el pecador!”.
Prov. 3:34: “Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia”.
Con estos textos establece que el creyente tiene que vivir santamente; que la Palabra de Dios es permanente; que Jesús es el fundamente de la Iglesia; que Él será rechazado por muchos en Israel y que los que le rechazan serán destruidos; que Jesús fue enterrado en una tumba de ricos, no en el foso de pecadores previsto; que Jesús no pecó; que el creyente debe buscar la paz con los demás; que Dios ve los sufrimientos de los justos, y juzgará a los que hacen el mal; que el justo será recompensado y el malo castigado; que Dios da su gracia a los humildes. Con estas citas Pedro enseña cómo es Dios, como es Cristo, y cómo debe vivir el cristiano, como consecuencia.
Enviado por el Hno. Mario Caballero