Esta pandemia
ha incrementado las dificultades, peligros y alterado el intinerario de vida de
todos. Pero también está brindando la oportunidad de meditar y agradecer a
Dios. Sí agradecer. Porque Él nos brinda su misericordia cada nuevo día, además
nos ha dotado con la capacidad de adaptarnos a cambios y salir adelante. Un
receso, un gran respiro, tiempo de compartir, hacer cosas nuevas como individuo
y grupo familiar. Dar importancia y
prioridad a lo que realmente lo tiene. La vida pasa, solo el alma es inmortal.
Este es un tiempo de reconsiderar la vida real y permanente que Dios a dado,
por medio del alma inmortal. Si así lo
haces habrás encontrado un tesoro incalculable el cual ya muchos atesoramos en
esta vida y promesa de vida eterna, gracias a Cristo Jesús el Hijo de Dios. No
tardes más no sea pase el tiempo oportuno para hacerlo. Dios te bendiga.
Tu
hermana en Cristo: Daisy Rodríguez.