martes, 3 de marzo de 2020

Expectativas

Leer (Lucas 4:24-30)
Al oír esto, todos en la sinagoga se enojaron mucho. Se levantaron, lo echaron fuera de la ciudad, y lo llevaron hasta la cumbre del monte sobre el que estaba edificada la ciudad, para despeñarlo. Pero él pasó por en medio de ellos, y se fue. Lucas 4:28-30
Las expectativas irreales son una invitación a la desilusión, al enojo, y a la violencia. Parece que eso fue lo que sucedió aquel sábado en Nazaret. Jesús recién había comenzado su ministerio público. Después de su bautismo, “Con el poder del Espíritu, Jesús volvió a Galilea; y su fama se difundió por todos los lugares vecinos. Enseñaba en las sinagogas de ellos, y todos lo glorificaban.” (Lucas 4:14-15).
Tal vez los nazarenos, que vieron crecer a Jesús y que estaban asombrados por todo lo que Jesús había hecho en Cafarnaún, tenían grandes expectativas ahora que Jesús se encontraba de regreso entre ellos. ¿Qué esperaban de Jesús? No lo sé, pero lo que se revela por las palabras de Jesús y por el enojo de ellos es que lo que querían-lo querían para ellos solos.
Esta es la primera enseñanza que se registra de Jesús en una sinagoga. En ella, el Señor explica que el amor y el cuidado de Dios se extienden más allá de los límites de una nación, de un grupo étnico o de un determinado grupo religioso.
¿Cuáles son nuestras expectativas respecto de Dios? ¿Qué esperamos de él? Para no desilusionarnos ni frustrarnos con el Señor, tenemos que tener muy en claro quién es él y cuál es su voluntad para con nosotros. Dios infinito piensa mucho más allá de nuestra limitada percepción de la vida. Dios piensa en nuestro presente, pero sobretodo en nuestro futuro eterno.
Dios va más allá de lo material y emocional, ¡va más allá de nosotros mismos! Dios va también por el otro, por aquel que no es como nosotros, por el que, según nuestra percepción, es un caso perdido. No tenemos que olvidar que en un momento nosotros éramos un caso perdido, pero la gracia nos encontró y nos dio el don de la fe. La gracia de Dios sobrepasa nuestras limitadas expectativas.
Padre, con tu gracia, y a través de Jesús quieres llegar a cada una de tus criaturas. Haznos parte de tu voluntad de alcanzar a todos. Amén.
Por: CPTLN