“Hiciste al hombre poco menor que un dios, y lo colmaste de gloria y de honra. ¡Lo has hecho señor de las obras de tus manos! ¡Todo lo has puesto debajo de sus pies! Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!” Salmo 8:5-6; 9
Asombrado, el salmista exclamó a Dios: “Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, y la luna y las estrellas que has creado, me pregunto: ¿Qué es el ser humano, para que en él pienses? ¿Qué es la humanidad, para que la tomes en cuenta?” (Salmo 8:3-4).
Pequeños, aparentemente insignificantes ante el tamaño del universo, podemos sentirnos perdidos en el espacio. Pero no es así: estamos en las manos de un Dios que se preocupa por nosotros y que hizo al ser humano una criatura maravillosa. Al mirar al cielo, no te sientas perdido. Siéntete encontrado, viendo la grandeza de Dios en el mundo entero y su amor por ti.
Por CPTLN