Ustedes, los reyes: ¡sean prudentes! Y ustedes, los jueces: ¡admitan la corrección! Sirvan al Señor con reverencia y ríndanle culto con temor reverente. Ríndanse a los pies de su Hijo, no sea que él se enoje y ustedes perezcan, pues su enojo se enciende de repente. ¡Bienaventurados son los que en él confían!
Salmo 2:10-12