martes, 28 de enero de 2020

La Iglesia Gloriosa

“Porqué ¿quién es el que desprecia el día de modestos comienzos? 
(Zac. 4:10).
            Pensemos en nuestra pequeña iglesia. Es una cosa de poca monta. Somos cuatro gatos, insignificantes, que no valemos nada. Vemos la Sagrada Familia, imponente, magnífica, de fama universal; ésta sí es una obra importante, pero ¿nuestro templo? El mundo tiene su esplendor, lo que impresiona y deslumbra a la gente, pero nadie daría un duro por algunas de las iglesias nuestras. “¿Cómo la veis ahora? ¿No son ella y la nada un misma cosa ante vuestros ojos?” (Hageo 2:3). La despreciamos y sentimos vergüenza a pertenecer a algo tan insignificante, ridiculizada por el mundo, y abandonada por los mismos creyentes. Dios mismo hace la pregunta: “¿Qué te parece?” Muy pequeña, ¿verdad? Pero sé fuerte, todos vosotros: “Ahora, esfuérzate Zorobabel, dice YHVH, y esfuérzate también tú, Josué ben Josadac, sumo sacerdote, y esfuércese todo el pueblo de esta tierra, dice YHVH, y actuad, porque Yo estoy con vosotros dice JHVH Sebaot. Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, mi Espíritu estará en medio de vosotros. No temáis.” (Hageo 2:4,5). El Espíritu Santo nos dará el poder para participar en la construcción de la Casa de Dios, su Iglesia.
            Dios va a ir añadiendo gente a la medida que se van salvando: “Porque así dice YHVH Sebaot: Dentro de poco Yo estremeceré los cielos y la tierra, el mar y la parte seca. Estremeceré a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones, y llenaré de gloria esta Casa, dice YHVH Sebaot” (Hageo 2:6, 7). Dios ya sacudió el mundo con la crucifixión y resurrección del Señor Jesús. Ahora está incorporando a gente de todos los países del mundo en su Santo Templo. Esta Iglesia va a ser grande y gloriosa, imponente y magnífica. Verás como el templo, que empezó tan insignificante, ha llegado a formar una parte necesaria de la obra maestra que Dios está haciendo, su Iglesia Universal.
Cada uno de nuestros templos hace falta, como una hilera de piedras, en el Templo de Dios. Si falta, ¡la pared se colapsa! Cada creyente es importante, vital, ¡o la iglesia tiene un agujero donde falta esta piedra! Cada iglesia local, con los creyentes que la componen, es una parta esencial de la Iglesia Grande y universal que Dios está construyendo, y sin ella no sería completa.
Así que, ahora no desprecias tu pequeña iglesia. Es una parte necesaria y vital en la grande, inmensa y gloriosa Templo de Dios que durará eternamente.“La gloria postrera de esta Casa será mayor que la primera, y en este lugar daré paz, dice YHVH Sebaot”. La gloria postrera será la gloria del Templo hecho de piedras vivas con Cristo como Piedra del Ángulo y la Piedra del Coronamiento. Y habrá paz. Es la paz obrada por la Sangre de Cristo que nos ha reconciliado con Dios, la misma paz de Dios. Y habrá paz entre los hombres, paz universal para siempre. ¡Amén! 
Enviado por: Hno. Mario Caballero