viernes, 24 de enero de 2020

Con ganas de adorar

“Yo me alegro con los que me dicen: ‘Vamos a la casa del Señor'”. Salmo 122:1
En el Salmo 122, el rey David dice que está alegre por ser invitado a ir a la casa del Señor.
En Alemania hay una pareja que no comparte tal sentimiento. Esta pareja, ya mayor, de Inglaterra, estaba viajando por el sur de Alemania, cerca de la frontera con Austria.
Gracias a su GPS, habían andado por todas partes sin inconvenientes, aún cuando tenían que manejar en el “lado equivocado de las calles”, ya que en Inglaterra se maneja por el lado izquierdo. Todo iba bien hasta que, en un momento, el GPS les dijo que debían doblar a la derecha, lo cual ellos hicieron, sin fijarse si estaba bien o mal lo que estaban haciendo.
Lamentablemente, el GPS había estado equivocado. La calle no doblaba hacia la derecha, por lo que se chocaron contra el costado de una iglesia, destrozando el coche, teniendo que pasar la noche en el hospital, y pagando alrededor de $25,000 Euros en daños a la iglesia.
Hay veces en que confiamos a ciegas en ciertas cosas, cuando en realidad, en el único que podemos confiar a ciegas, es en nuestro Padre celestial. ¿Por qué? Porque:
Sólo Él envió su Hijo al mundo para que fuera nuestro sustituto,
Sólo Él nos amó tanto que todo el que cree en el Salvador crucificado y resucitado es protegido de las fuerzas del mal.
Cuando uno no confía en el Señor, no sabe dónde puede terminar. Por eso esta semana, cuando el Espíritu Santo le invite a ir a la iglesia, trate de hacerle caso y vaya donde el pueblo de Dios esté reunido en su nombre.
Ellos apreciarán su presencia; usted será tocado por la historia de salvación de la vida, muerte y resurrección del Salvador, y el mundo le verá seguir a Dios, y no a un GPS.
Por: CPTLN