jueves, 23 de enero de 2020

Bendiciones Ocultas

“Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea dada la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.” Efesios 3:20-21
A comienzos del 1900, una pareja se mudó de Carolina del Norte a Oklahoma, donde cultivaron un pedazo de tierra.
Para decir la verdad, durante muchos años vivieron en una gran pobreza. Pero su suerte cambió cuando un extraño pasó por su propiedad y tomó una muestra del agua. No estoy seguro qué fue lo que encontró, pero no mucho después, apareció otro extraño que ofreció comprarles la granja a un precio increíble.
En poco tiempo, un pozo petrolero de gran producción fue localizado entre la casa y el granero. Rememorando, el viejo granjero dijo: “Y pensar que nos esclavizamos aquí todos esos años, y todo el tiempo teníamos una fortuna bajo nuestros pies sin saberlo”.
No es mi intención sugerirles a todos que empiecen a cavar en sus jardines en busca de petróleo. La vida no funciona de esa forma, por lo menos no muy seguido.
Pero lo que sí les quiero sugerir, es que el Señor, quien entregó a su Hijo para salvarnos, también puede habernos otorgado a muchos de nosotros fortunas que aún no hemos descubierto.
Quizás su fortuna sea un cónyuge que le es siempre fiel, sin esperar nada a cambio. Quizás su fortuna es un lugar de trabajo inesperadamente placentero. Quizás sea la forma en que sus hijos lo respetan, o la comunidad de fe de la que participa.
La mayoría de nosotros tenemos fortunas bien cerca. Lo invito a que dé gracias por todos esos tesoros escondidos.
Por: CPTLN