jueves, 19 de diciembre de 2019

Sin perderlo de vista

Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.” Hebreos 12:2
El propósito de poner la vista en un punto fijo es ayudarnos a mantener la concentración y no distraernos con las cosas que nos rodean o que ocurren a nuestro alrededor. Nada más apropiado para este día en que celebramos la Nochebuena. En estos días previos, y hoy mismo, resulta difícil fijar la mirada en una sola cosa, ya que celebramos, nos reunimos, compartimos regalos, preparamos comida en abundancia, etc. Sin embargo, hoy más que nunca necesitamos fijar la mirada en Jesús, el tierno niño de Belén, el Hijo de Dios que fue anunciado por los profetas, alabado por los ángeles y adorado por los pastores en aquella noche en que el mundo contempló el milagro de la encarnación: cuando el Hijo de Dios se hizo humano.

Al recordar el nacimiento de Jesús nuestra mirada se fija en el principio, o sea, en tener por seguro que Jesús es el autor de la fe. La fe no es un bien que podamos comprar en los comercios ni heredar de otros. Sólo se recibe como regalo. Por eso es que, al decir que Jesús es el autor de la fe, nos damos cuenta que la verdadera fe sólo la puede dar él mismo. Jesús vino a nosotros y fue igual a nosotros en todo. El propósito de la fe es que recibamos todo lo que hizo como bendición eterna. Hoy, a través de la fe, creemos y esperamos en cada palabra de Jesús. Él nos anima a confiar y seguirle, para que también nuestra esperanza llegue a encontrar su recompensa en la presencia gloriosa de Dios.
Por CPTLN