“Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento.” Salmo 27:4
Hace algún tiempo se publicó una historia acerca de un pájaro que murió al estrellarse contra una puerta de vidrio de un conocido santuario para aves en Inglaterra.
Que un pájaro se muera al estrellarse contra una puerta de vidrio no es algo inusual. Pero este caso fue diferente, pues se trataba de un zorzal gris que había volado 3,000 millas a través del Atlántico, emigrando desde Canadá, y luego de sobrevivir su larga travesía, terminó muriendo al tratar de entrar en el lugar donde iba a estar seguro.
Ese pájaro me recuerda a muchas personas que conozco. Personas que trabajan y se esfuerzan hasta que ¡zas!, algo pasa, y justo cuando debían haber estado más seguros, el mundo se les viene abajo.
Algunas veces el diablo utiliza el desánimo y la depresión para hacerlos caer. Algunas veces ellos sienten que sus vidas han sido sacadas de curso. Si eso le suena familiar, por favor no se estrelle contra una puerta o una ventana.
Recuerde que el Señor le ama y que, a través de su Hijo Jesucristo, Él ha prometido estar con usted. Por más que usted no lo vea, Él está a su lado cuidándolo y dirigiéndolo… porque quiere mantenerlo seguro.
Póngase en sus manos, y Él le dará lo que usted necesita para seguir adelante.
Que un pájaro se muera al estrellarse contra una puerta de vidrio no es algo inusual. Pero este caso fue diferente, pues se trataba de un zorzal gris que había volado 3,000 millas a través del Atlántico, emigrando desde Canadá, y luego de sobrevivir su larga travesía, terminó muriendo al tratar de entrar en el lugar donde iba a estar seguro.
Ese pájaro me recuerda a muchas personas que conozco. Personas que trabajan y se esfuerzan hasta que ¡zas!, algo pasa, y justo cuando debían haber estado más seguros, el mundo se les viene abajo.
Algunas veces el diablo utiliza el desánimo y la depresión para hacerlos caer. Algunas veces ellos sienten que sus vidas han sido sacadas de curso. Si eso le suena familiar, por favor no se estrelle contra una puerta o una ventana.
Recuerde que el Señor le ama y que, a través de su Hijo Jesucristo, Él ha prometido estar con usted. Por más que usted no lo vea, Él está a su lado cuidándolo y dirigiéndolo… porque quiere mantenerlo seguro.
Póngase en sus manos, y Él le dará lo que usted necesita para seguir adelante.
Por CPTLN