Una mirada de cerca al nacimiento de Jesús
Leer | Lucas 2.1-7
Cada año, alrededor de los días navideños, recordamos el relato del nacimiento de Jesús, con relativa familiaridad, al punto que leemos rápidamente los conocidos versículos, pensando que ya sabemos todo lo que hay que saber en cuanto a la historia. Pero sin una mirada más profunda al nacimiento de nuestro Salvador, nos perdemos de algunas verdades que el Señor quiere que aprendamos y apliquemos.
Desde el punto de vista humano, no hubo nada especial en cuanto a María y José, una pareja común y corriente que tuvo un bebé. Y dado que había tantos pobres, aun el humilde establo como lugar de nacimiento no tuvo nada de peculiar.
Pero este fue el hecho más significativo en la historia de la humanidad. Concebido por el Espíritu Santo, ese bebé era el cumplimiento de la profecía bíblica —el Creador y Gobernante soberano del universo se convirtió en Emanuel, Dios con nosotros (Mt 1.23).
¿Quién podría haber imaginado el plan de Dios, de enviar a su Hijo al mundo como un bebé para que se criara en el seno de una familia común y corriente? Lo que nos enseña que no podemos juzgar una situación por la apariencia.
Del mismo modo, hechos que parecen comunes y corrientes en nuestras vidas, pueden ser ocasiones en las que Dios esté haciendo algo maravilloso. Puesto que Él actúa todo el tiempo para hacer su voluntad, todo evento y toda decisión en nuestras vidas tiene importancia. Solamente necesitamos tener ojos que vean más allá de lo evidente, y fe para creer que Dios está actuando.
Por. Min. En Contacto