Dios puede utilizar nuestra frustración
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| MARCOS
11.15-17
Ayer
vimos que cuando los deseos carnales y la libertad que tenemos en
Dios colisionan, el resultado puede ser frustración, ansiedad e
insatisfacción en cuanto a nuestras circunstancias.
Sin
embargo, hay un tipo de frustración que Dios utiliza para motivar a
sus hijos a marcar positivamente la diferencia en el mundo que les
rodea. Esta sensación surge al ser ellos testigos de actos de
maldad, de ver la necesidad que existe de compartir el evangelio con
los perdidos, o de estar cada vez más descontentos con el deterioro
moral de nuestra sociedad. Se produce cuando nos sentimos afligidos
por las mismas cosas que afligen el corazón de Dios.
Efesios
4.30 dice que el Espíritu Santo que mora en nosotros puede sentirse
“contristado” o entristecido por la maldad que abunda a nuestro
alrededor. Cuando esto sucede, experimentamos la sensación de una
frustración santa. Quizás esto fue lo que sintió el Señor Jesús
cuando vio a los cambistas vendiendo sus mercaderías en el santo
templo de Dios (Mr 11.15).
Sin
embargo, si no somos cautos, actuar por impulsos puede ocasionar un
daño innecesario a los demás y a nosotros mismos. Por tanto, para
lograr un cambio positivo, debemos someter todos nuestros
sentimientos al Señor. Si nuestros corazones son puros, Él nos
revelará lo que quiere que hagamos.
La
próxima vez que usted sienta una frustración santa, eleve sus
sentimientos al Señor y espere con paciencia hasta que reciba una
dirección clara en cuanto a la manera en que debe proceder. Es
posible que Él le pida que tome alguna acción, o que interceda
rápidamente en oración.
Min.
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