viernes, 12 de diciembre de 2014

Cuando las cosas parezcan imposibles

Cuando las cosas parezcan imposibles


Juan 6:1-14 Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios  de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

Hasta los discípulos de Cristo tuvieron luchas con la duda y el temor en momentos dedificultad o incertidumbre. Aunque caminaban estrechamente con el Salvador, todavía eran propensos a dirigir su enfoque en la dirección incorrecta.  Justo antes de realizar el milagro de la alimentación de los 5.000, Jesús probó a Felipe preguntándole dónde podrían comprar pan para la multitud. La respuesta del discípulo reveló que estaba pensando en resolver el dilema con ideas y medios humanos. Al mismo tiempo, Andrés estaba ocupado sondeando la multitud para determinar cómo iba a abordar la situación. Después de encontrar a un niño que tenía cinco panes y dos peces, Andrés demostró su limitada manera de pensar, preguntando: “¿Qué es esto para tanta gente?” (Jn 6.9 NVI)  Una vez más, el Señor realizó un asombroso milagro para demostrar quién era Él y lo que será siempre. El mismo Cristo que alimentó a 5.000 personas con cinco panes y dos peces, actuará a favor de nosotros cuando las circunstancias parezcan imposibles de resolver.
En tiempos de dificultad, cuando parezca que se ha perdido toda esperanza, no se pregunte: “¿Qué voy a hacer?” Por el contrario, diga simplemente: “Señor, ¿qué vas a hacer?” Recuerde que Jesucristo nos dice que echemos toda nuestra ansiedad sobre Él, porque el Señor tiene cuidado de nosotros (cf. 1 P 5.7).  Evite la tentación de manipular sus circunstancias. Las virtudes de la fe y la paciencia le ayudarán a conocer la gracia de Dios y a experimentar su amor y mano milagrosa.

Por  Palabras de Fe