Cuando menos lo esperes…
Si eres
de las personas que compra por internet, en más de una ocasión te
puede haber ocurrido que compraste algo y demoró y demoró tanto en
llegar, que cuando finalmente estuvo en tus manos casi habías
olvidado el aspecto que tenía, y lo que es peor, porqué lo querías.
A las mujeres nos pasa con la ropa o los zapatos, a veces olvidamos
lo que tenemos en nuestro closet y cuando encontramos algo que
habíamos olvidado, nos produce una alegría inclasificable.
Actualmente espero que me
llegue un libro de una buena amiga del extranjero, es muy posible que
cuando menos lo espere, ese libro llegue a mis manos, y es que parece
que así funciona la lógica, cuando no esperamos algo o a alguien,
esto llega a nuestra vida para quedarse y sorprendernos.
Sobre esto último he tenido
varias experiencias durante lo que llevamos de año 2013. Han
existido cosas que yo he deseado profundamente a lo largo de mi vida,
algunas han ocurrido rápidamente y otras han demorado meses y años,
incluso yo misma las había olvidado. No es que hayan dejado de
importarme o de quererlas, es que con el paso del tiempo se fueron
sumando nuevas y así, las peticiones de mi corazón se fueron
renovando.
Hay alguien que tiene todo apuntado y agendado para nosotros, a Él
no se le escapa detalle y nos da aquello que anhelamos no cuando
nosotros queremos, sino cuando estamos preparados para recibirlo. Su
nombre es Cristo y en Él se cumplen todos nuestros sueños. Y es
maravilloso cómo ocurre…es como en las películas de suspenso,
cuando por donde uno menos se imagina aparece el sospechoso y damos
un brinco en el asiento, así mismo ocurre con las sorpresas de Dios,
cuando tú pensabas que Él se había olvidado, es más, cuando hasta
tú mismo te habías olvidado, se cumple el tiempo de Él para tu
vida y recibes lo que tanto añoraste.
No estoy escribiendo de lo que
me contaron o de lo que he visto, estoy escribiendo sobre lo que viví
y vivo, sobre todo durante estos últimos días. Cosas que hace 7
años, 10 años pedí en oración clamando a Dios, hoy las he visto
cumplirse de maneras aún más sorprendentes a lo que yo había
imaginado. Cuando yo lo había olvidado, Dios consideró que estaba
preparada para una sorpresa así.