El león y el ratón
Iba un ratón en busca de comida por la selva africana
cuando de pronto se encuentra frente a frente con un león. El ratón por su
instinto tuvo la intención de escapar pero se quedó petrificado por el miedo
que invadiò su cuerpo. El león al verlo, sin pensarlo dos veces, pega un salto
poniendo su gran zarpa encima del pobre ratón sin dejarle tiempo a reaccionar.
Entonces el ratón le dice con voz llorosa:
- no me comas, no tendrás conmigo ni para un diente, soy muy pequeño, solo
tengo huesos, ten misericordia de mi. El
león al escuchar el razonamiento del ratón se vio movido a misericordia y
decidió dejar ir al ratón, aún contra sus propios instintos de depredador.

La moraleja de esta historia es que no puedes despreciar a los que son más
pequeños o más débiles que tú.
No menosprecies a tus hemanos cuando están pasando por problemas o tribulación
y sus fuerzas se han debilitado, no los arrincones, ni digas: “es un débil, no
supo aguantar!” Debes echarle una mano. El
día de mañana puedes ser tú el débil y el débil estar fuerte para poderte
ayudar. Nos necesitamos los unos a los
otros, para ayudarnos.
Así como Jesús te tendió la mano, tiéndesela tú a tus hermanos.
Dominio público