La serpiente
y la luciérnaga
…Cuenta la
leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga, ésta
huía rápido con mucho temor, de la feroz depredadora, y la serpiente no
desistía de perseguir la indefensa criatura. Huyó un día y ella no desistía,
dos días y nada. Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a
la serpiente: ¿Puedo hacerte tres
preguntas?. La serpiente respondió: No acostumbro a dar este precedente a
nadie, pero como igual te voy a devorar puedes preguntar.
Uno:
¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? No, contestó la serpiente.
Dos: ¿Yo te
he hecho algún mal?. No, volvió a responder.
Tres:
Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?. Porque no soporto verte brillar…!
…Así, muchos
de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:
¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?. Sencillo: Porque no
soportan verte brillar, avanza, prosperar.
La envidia es el peor sentimiento
que podamos tener. Que envidien tus logros, tu éxito, que envidien verte
brillar.

Moraleja: No hay que envidiar al que brilla,
simplemente hay que imitarlo.
…Confía en el
Señor con todo tu corazón. El éxito se trata de tener tu conciencia limpia, tu
dignidad invicta y tu deseo de ser más no de tener más.
Colocenses
3.23-24 “Y todo lo
que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres,
sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo
el Señor servís.”
Dominio Público
Dominio Público