miércoles, 19 de febrero de 2014

No estaré callado

Me asombra la capacidad que tienen algunos individuos de hablar ininterrumpidamente, a penas respirar, en todo lugar y cualquier tema;  tal pareciera que no pueden resistirse estar en silencio o menos ceder el turno a que otros también hablen.  El día inolvidable que acepté recibir a Jesús como Señor y Salvador de mi vida me ocurrió algo similar no quería callar, deseaba que todos supieran la manifestación de su Poderosa Palabra que había penetrado y trasformado mi vida, claro luego, aprendí que otros también necesitan compartir el testimonio.  Por eso debemos evaluar el tiempo y los temas a los que nos dedicamos; deseemos que nuestras conversaciones produzcan alabanzas a nuestro Dios.

Salmos 30.11-12 Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría, Por tanto, a tí cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dioso mío, te alabaré para siempre.