Durante nuestra vida escuchamos esta
palabra "supuestamente simple" que se pregunta de una a otra persona (o personas) como mecanismo verbal índicativo que un asunto (o varios) se ha(n) comprendido, es decir, sin dudas, en todas sus partes. Una persona entendida es la que comprende en adición profundiza, investiga en su mayoría especializándose en la(s) materia(s); o al menos el de tener un conocimiento superior al generalizado. En las Sagradas Escrituras encontramos como resalta este hecho en aquellos que diligentemente buscan a Dios. Uno de los ejemplos lo conseguimos en el libro de los Salmos Capítulo 14, versículo 2:
"Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, Que bucara a Dios."