Tema: Para esto he llegado a esta hora
Juan 12.27 “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora”. Hora de llegar a la muerte de cruz para consumar el plan divino de redención. Esta es una de muchas declaraciones que hizo Jesús durante su trayectoria ministerial, siempre enfocado, enfático y enérgico en su misión redentora, ejecución plan de vida, cumplimiento de la Escritura y cumplimiento de la Voluntad de Dios Padre. Su humanidad tal cual la de nosotros, tenía necesidad de descanso, alimento, atender asuntos familiares, tener amistades, relacionarse con personas aún cuando éstas a la vista de otros eran de dudosa reputación, inmundos, enfermos etcétera. En su mayor angustia hablando en oración con Dios sondeó la posibilidad de llevar la consumación de su misión de manera diferente, sin embargo, antepuso la Voluntad de Dios a la suya. Que precursor y maestro de excelencia encomiable de imitar, fundamento que encontramos en la guía enseñada de cómo dirigirnos a Dios en oración, “Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Lucas 11.2) De esta manera servía y obedecía, sometido a Dios, sometido a la oración, sometido a la vida del Espíritu, sometiendo toda su vida en santidad y consagración de esta manera mantenía el camino recto que lo llevaba al Gólgota, de allí a la tumba, de la muerte a la resurrección, de ahí a la vida eterna, regresando a su Majestad y Gloria a la diestra del Padre. El venció para que nosotros mantengamos la trayectoria ministerial, enfocados, enfáticos y enérgicos, sometidos en santidad, consagración, vida espiritual, en oración sirviendo y obedeciendo sometidos al punto de máxima expresión donde nuestra carne esté bajo sujeción diciendo cada día “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Cumpliendo la gran comisión, “para esto hemos llegado a esta hora”.