jueves, 7 de marzo de 2013

Reflexión Marzo

Cantad a Jehová, vosotros sus santos,Y celebrad la memoria de su santidad. Salmos 30.4
 ...Que extraordinaria experiencia estar en la presencia del Señor humillado en adoración y poder alabarle con agradecimiento, libertad y exaltación por quien Él Es y todas sus maravillas. El poder mantener por siempre el cántico celebrando a Jehová Dios es parte del desarrollo y crecimiento en nuestra vida devocional e íntima con Él. Y con todo y ello en ocasiones ocurrirá que tendremos que recurrir como hizo el Salmista, ha ordenarle a nuestra alma que alabe a Dios, cuando estamos en conflicto, prueba, enfermedad, persecución, inquietudes así como situaciones y circunstancias del día a día de la vida. Con los años internalizaremos que nada ni nadie debe ocupar el tiempo de Dios en nosotros. Aprendemos que Dios es fiel y podemos confiar en su Palabra y persona. Estará sujeto nuestro espíritu carnal al Espíritu Santo de Dios entonces espontáneamente será grato, un deleite, un privilegio cantar, alabar, agradecer y celebrar a Dios, incluso nuestras palabras quedaran límitadas ante su Majestad, pero igual recibe el corazón compungido, el llanto de nuestro espíritu conmovido por su presencia, momentos donde nuestros labios estarán en silencio pero gritará nuestra alma con gemidos indecibles que solo Él puede entender y recibe de sus hijos, de sus santos, de sus escogidos, de sus amados redimidos que reconocemos que sino fuera por Él que sería de nuestras vidas. Que reconcemos que estábamos existiendo más no viviendo. Que reconocemos que no podía hacer nada de nosotros mismos que Él recibiera para alcanzar el perdón y la salvación de nuestra alma. Reconociendo su liberación, sanidad y favores con que nos colma en bendición día a día. Entonces daremos menos importancia a lo que nos acontence y adoraremos más, pues conocemos en Quien hemos creído, que nuestra esperanza no es en vano y que nuestra liberación, cántico, agradecimiento y celebración se origina en Él, que fue, es y será por siempre para Él. Que es digno, o sea, merecedor de ello hoy, mañana y siempre. Amén. Juntos y únanimes en sentir desde el lugar donde estamos cada uno celebremos a Jehová.