jueves, 7 de febrero de 2013

Devocional Febrero

FEBRERO: El Amor de Cristo hacia nosotros
(Por: Ptra. Daisy Rodríguez)
Reflexionemos sobre las siguientes formas en que es el amor de Cristo hacia nosotros considerándolo a la luz escritural.
DIVINO: El amor de Cristo hacia nosotros es divino. Procede de lo alto. Se origina en Dios Padre. El amor de Dios opera en la divina persona de su Hijo Jesucristo. Jesús mismo declara esta verdad y a su vez es quien nos invita a quedarnos en amor. Consideremos por ejemplo: Juan 15.9 “ Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor”. El amor de Dios mostrado en Cristo Jesús veamos como lo expresa la escritura en Romanos 8:39: “ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor Nuestro”. Judas 1:21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. 1 Juan 4:12 “Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros”
INVARIABLE: El amor de Cristo hacia nosotros es invariable, es decir no se flexiona, no cambia o se altera de forma o manera, se mantiene sin variación. En su trayectoria humana con propósito divino no se flexionó, cambió, alteró en forma o manera alguna. Él se mantuvo sin variar en su amor habiendo soportado el rechazo, persecución, ser vejado, mal interpretado, sufrido, padeciendo maltrato, dolor extremo emocional, mental, físico, burlas, injusticia y muerte de malhechor sin serlo. Murió como pecador sin ser uno, a causa de nosotros para librarnos del castigo de la muerte eterna destituídos de la Gloria de Dios Padre y ofrecer el perdón de pecados a todos cuantos se arrepientan y en Él creen, su amor se mantuvo inalterable llegando al final de su cumpliemiento terranal en el propósito divino y espiritual. Notemos como lo expresa Juan 13.1 “Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”. Filipenses 2:8: “y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. La divinidad de Jesús le permite permanecer sin variación como Dios. Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.
INSEPARABLE: El amor de Cristo hacia nosotros es inseparable. Ninguna fuerza humana ni espiritual le separó de nosotros venciéndolas por su amor. Consideremos la Escritura en Romanos 8.35 “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Reflexione en la perspectiva que presenta el versículo, menciona situaciones y circunstancias que en nuestra humanidad enfrentamos y confrontamos pero ninguna de ellas tiene facultad, autoridad, poder, influencia o dominio para que Cristo nos deje de amar, para que nos separe de su amor. Cuán extraordinario es ello, que sublime, no hay mayor precedente que este. Ahora podemos destacar y tener alto sentido con convicción cognoscitiva, es decir entre lo conocemos, a quien conocemos y lo que de Él conocemos incluyendo el aspecto espiritual de la demostración del amor de Dios en Cristo Jesús por nosotros, como lo podemos leer en Romanos 5.8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Ninguno de nosotros en sí mismo o por sacrificio personal estaba apto para producir el perdón de pecados y mucho menos salvar nuestra alma de la muerte eterna. Solo en Jesús se cumple al ser santo y libre de caer en tentación o pecar tomando nuestro lugar y vencer por nosotros. Que hermosa representación de nuestro intercesor ante el Padre, veamos:
1 Timoteo 2:5 “ Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres Jesucristo hombre”,. Venciendo igualmente sobre el mundo de los tinieblas representado por satanás y sus demonios según leemos en Colosenses 2:15 “ y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
Colosenses 1:13 “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,” Apocalipsis 1:18 “y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.
Así que podemos decir sin temor a errar que no hay nada terrenal ni espiritual capaz de impedir El amor de Cristo hacia nosotros; un amor que es divino, invariable e inseparable.
…La pregunta entonces se dirigiría a nuestra persona que impide recibir y aceptar el amor divino, invariable e inseparable de Cristo de parte de Dios Padre hacia nuestras vidas. Es una decisión personal aceptar o rechazar el mensaje. La Palabra explica que acontecerá con quienes reciben a Jesús con su mensaje así como para quienes no. Considere los siguientes textos bíblicos para concluír:
Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Romanos 10:10 “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Consideremos también 1 Juan 5:10 “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”. Juan 3:18 “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
... Finalmente: Hebreos12:25-29 “ Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor. 2 Pedro 3:7 “pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”.
Porque los que hemos creído desde el corazón hemos confesado con nuestra boca que Jesucristo es el Hijo de Dios, recibido, aceptado su mensaje de amor, teniendo convicción que hemos sido perdonados. Siendo exhortados por la misma Palabra de esta manera: Filipenses 2:1 “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,” habiendo hecho Cristo Jesús lo que era imposible terrenal y espiritualmente por nosotros mismos para ser aceptos ante Dios, entonces nuestra parte es cuidar de esta salvación concedida por Dios para disfrutar a su lado de la vida eterna; recordando que el amor de Cristo hacia nosotros es divino, invariable e inseparable.